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Más, quiero más, solo un poco más... me acerco a Christian.

-¡ARIA! -Andrew se mete en medio y me empuja, caigo fuertemente al suelo unos metros más atrás, río.

-Hey... ¿Te hizo daño? -Sam, Sam, Sam...

-Estoy bien -agarro su cabeza en mis manos y lo beso.

-Aria... -se aparta -Estás borracha -me toma del brazo para ponerme de pie, me afirmo en su cuerpo, todo sigue dando vueltas.

-Vueltaas, vueltas. ¿Qué sucede? -le pregunto a Christian que está en el piso -¿Por que estas en la alfombra? Te curé, con miiii saangre y luego... Dios... -lo miro recordando aquel momento, prometiendo repetirlo de mil formas.

-Tú me pusiste de rodillas ¿Recuerdas? -me fascina su acento inglés, quiero que me hable tooodo el día. Un cuento, que me lea un cuento.

-¿Y no te puedes poner de pie? Vamos -lo tiro -Quiero bailar -oigo a Andrew gruñir, y me doy vuelta a mirarlo, Sam ríe a mi lado.

-¿Qué? Ven a bailar también -lo llamo.

-Tenemos que irnos Aria -se acerca con su mirada fija en mí, es taan grande que me hace sentir muy pequeña, lo abrazo fuerte para no dejarlo ir -Nena...

-No, no, no, no. Ustedes se quedan. No se pueden ir, no después de un día así- Estoy rodeada por los tres, tres grandes cuerpos, uno al lado del otro -Gracias diosa por lo que me haz dado -miro hacia el cielo, el techo de la casa, donde debería ir el cielo.

-Así que puedes ponerme de rodillas-habla Christian, asiento.

-También puedo poner a Sam -miro a mi escocés de reojo.

-Es turno de poner a Andrew de rodillas entonces -me guiña un ojo, y quiero volver al momento donde estaba él en el suelo del gimnasio.

"Andrew se va a enojar si lo pongo de rodillas" le hablo a Sam.

-Claro que no -me responde para que todos nos escuchen -¿Andrew? -sigo su mirada.

-Vamos nena, tengo cosas urgentes que atender, pero si quieres que me quede, hazme quedarme.

Quiero que se quede, pero no poniéndolo de rodillas.

-Bésame -le ordeno y toco su pecho.

-¿Dónde? -se acerca más a mi cuerpo-¿Aquí? -pregunta rosando nuestros labios pero sin besarme -¿O aquí? -siento su aliento detrás de mi oreja - ¿Aquí? -sus labios tocan mi marca, su marca.

-Si... -Sam me toma las caderas desde atrás, el calor de su cuerpo se junta con el mío, con el de Andrew, con Christian. Sube su mano lentamente por mi espalda, hacé presión en una cicatriz con su pulgar, acaricia toda su longitud. Dejo de respirar cuando la oscuridad amenaza con aparecer.

-Shh... -susurra Sam.

-Espera -me aparto y doy unos pasos hacia atrás, mi cabeza da vueltas y de un momento a otro la incomodidad se apodera de mí.

-Hey... nena -Andrew se vuelve a acercar, me alejo.

-Emm... -cruzo los brazos -No estoy pensando con claridad -sacudo la cabeza, mi respiración se acelera e intento concentrarme en algo más.

-Aria -llama Christian -Ven cariño, vamos a darte un baño -asiento rápidamente. Extiende su mano y lo sigo por las escaleras. No estoy sucia, no estoy sucia, no estoy sucia.

-Christian...

-Lo sé cariño, todo estará bien -necesito quitarme esta ropa, apreta y me quema, repugna. Lucho para sacármela, pero no puedo. Grito.

-Déjame ayudarte -tira del borde de la sudadera hacia arriba, mejor, mucho mejor.

-¡Ayúdame! -le suplico -Christian...

Rompe el resto de mi ropa.

-Aria -me toma ambas manos, para que no las pueda mover.

Cuando el jabón toca mi piel, me siento mucho mejor.

-Gracias... -susurro.

.

-¿Cómo te sientes?

-Mejor -digo acurrucándome al cuerpo de Sam, viendo las llamas de la chimenea.

-Hermosa, si quieres hablar...

-Lo sé. Gracias por todo lo de hoy -apoyo mi cabeza sobre su pecho y escucho los latidos de su corazón.

-¿Te he dicho lo impresionante y hermosa que eres? -me besa la coronilla.

-Tú eres impresionante y hermoso -levanto la cabeza y me da un beso corto.

-Me tienes de rodillas -río.

-Quiero salir de aquí -comento.

-¿Dónde quieres ir?

-No lo sé, a algún lugar donde no tenga que pensar en nada, ni hacer nada...

-Podemos irnos a la cama -sugiere.

-Quiero esperar a Andrew -le recuerdo.

-Podemos esperarlo en la cama hermosa, ha sido un día duro.

-En su cama -comienzo a pararme.

-No sé si estará feliz con la idea.

-No importa -bostezo, la idea de compartir una cama me gusta-Vamos...

Nuestra Frágil Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora