Aria:
-¿Hasta respirar? -Pregunto mientras siento sus dedos en mi espalda.
No responde y procede a aplicar la crema, cada vez que toca una nueva cicatriz puedo sentir como estas fueron hechas y la oscuridad me consume.
¿Te gusta como te pego perra? se puede ver como te encanta desde aquí, tus gritos de placer me lo dicen todo -Grita el hombre mientras me pega cada vez más fuerte con el cinturón de cuero y siento la hebilla rebotar fuerte contra la piel -Luego de esto te voy a dar tan duro, hasta que te desmalles.
-¡Aria! ¡Aria mírame! -Andrew se encuentra frente de mí, con sus manos en mis hombros moviéndome para que reaccione, me vienen arcadas ante el recuerdo y corro al baño a vomitar todo el contenido de mi estomago. Andrew me sujeta el cabello mientras acabo.
-Lo lamento -susurro un tanto descompuesta.
-No tienes que lamentarte nada hermosa, tuve que haber escuchado cuando dijiste que mejor te la aplicabas tu misma. No creí que...
-Pues si -levanto mis rodillas de las frías baldosas y me dirijo al lavamanos a enjuagar mi boca.
-Aria.
-¡Déjame! - Me doy la vuelta al darme cuenta que estoy media desnuda y con lagrimas de impotencia procedo a ponerme el poleron que está sobre la cama, sin molestarme en la ropa interior.
-Habla conmigo -demanda acercándose.
-¿Por qué debería hacerlo? -doy un par de pasos hacia atrás -¡Apenas te conozco! no tienes ningún derecho sobre mí- le grito.
De un momento a otro mi mente se llena de imágenes de Andrew, de recuerdos, Lo veo cuando niño jugando y en las navidades con sus padres, cuando se transforma en lobo por primera vez, la muerte de su papá, el tomando el mando de Alfa, a mi encontrándome en el bosque. Todos los recuerdos cargados de emociones.
-¿Ahora me conoces? ¿¡Ya sabes quién soy Aria!? ¡Nunca te haría daño! ¡Solo quiero protegerte! ¡Deja de comportarte como una niña!
-¿Cómo hiciste eso? -pregunto tocándome la cabeza.
-Somos compañeros ¿Recuerdas?
-¿Puedes leerme el pensamiento? - vuelvo a recordar la conversación que tuve con Callum en el hospital.
-No te he mordido aún, solo tu puedes con el mío, cuando te dejo hacerlo, claro -Su confesión me duele -Pero tus emociones si las puedo sentir, tal vez unas ideas.
Respiro hondo y me siento sobre la cama mirando a Andrew a los ojos, se le han escapado un par de mechones de pelo de su pequeño moño y se lleva uno detrás de la oreja.
-Vamos a correr, no haz dejado a tú lobo salir desde que llegaste. Te sentirás mejor -dice algo más calmado -Ambos lo necesitamos.
La idea de salir a correr me gusta. La primera vez había sido cuando escapé del recinto y se sintió genial, sin embargo mi lobo fue la responsable de morder a Andrew y al transformarme solo le otorgaré más poder.
Salimos por la puerta trasera y Andrew comienza a sacarse la ropa para luego dejarla a un lado del porche.
-Vamos, no cambiarás con tu ropa puesta, la romperás y después no tendrás con que vestirte -lo miro un tanto incomoda -Ve tras aquel árbol -señala y así lo hago - Nuestra cultura no ve los cuerpos desnudos como un tabú Aria, tenemos que estar cómodos, ya que como imaginarás solemos vernos bastante.
Cuando termino de quitarme la ropa me concentro en cambiar como la primera vez, cierro los ojos y me imagino en cuatro patas corriendo por el bosque, el dolor en el cuerpo no tarda en aparecer.
Empiezo a correr como si mi vida dependiera de ello sin esperar a Andrew en dirección contraria. Mi lobo empieza a llorar, quiere volver. Pero detengo sus pensamientos y sigo corriendo en línea recta. Escapando.
Claro que al igual que la primera vez tuve que haber imaginado que no llegaría muy lejos. La diferencia ahora es que el hermoso lobo chocolate gruñe y luce bastante enojado sobre mí.

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Nuestra Frágil Luna
LobisomemAria es una dañada licántropo que logra escapar del laboratorio donde la mantuvieron cautiva por cinco años. Encontrándose en el camino con el Alfa que sería su compañero. Sin embargo, la especie se encuentra a pasos de la guerra más sangrienta que...