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Estamos jodidos, realmente jodidos. Este era su plan maestro y nos han hecho caer derecho en él sin darnos cuenta.

24 alfas se encuentran fuera de sus manadas para la supuesta reunión que tendríamos hoy. 24 manadas sin su pilar más fuerte.

-En verdad la he cagado -repite Christian una y otra vez al volante.

He dejado mi mente abierta para que todos nos podamos comunicar. El plan es llegar a la manada más cercana e importante sin un alfa y partir de ahí.

-Sam ya ha llegado -murmuro.

-¿Y Andrew? -pregunta el beta desde atrás.

-En camino. Está intentando comunicarse con todas las manadas que pueda -le contesto.

-Será en Norwich, es obvio. ¿Cómo fui tan estúpido? -vuelve a gruñir.

-Es un verdadero desastre -comenta Connor, que no se encuentra en sus mejores momentos. 

-¿Quienes son sus líderes? -pregunto -No se ven como criaturas muy sabias.

-Tienen varios grupos separados -habla Christian -No sacamos nada con matar a un líder, son demasiados. Y los par de lobos que los acompañan son difíciles de rastrear.

No sé cuantos minutos pasan cuando nos adentramos a un camino de bosque. Hay guerreros observando todo el territorio, y uno de ellos inclina la cabeza antes de dejarnos pasar.

-Hey... No sabía que te vería tan pronto -Sam me abraza apenas bajo del asiento del copiloto -Te extrañé.

-Igual yo -le doy un beso corto.

Estamos frente a la casa de la manada de Norwich, que está llena de movimiento alrededor. Las tierras son amplias y el bosque frondoso, parece el lugar perfecto para combatir.

-Sammuel -saluda Christian cuando llega a nuestro lado.

-Madres y niños han sido trasladados bajo tierra -una mujer le informa a Sam. -Luna -se inclina cuando encuentra mi mirada -Beta Lizzy, en lo que pueda servirla.

-Gracias Lizzy -saludo -Nunca había conocido a una beta. Es un gusto.

-¿Tienes a todos en sus posiciones? -Christian la observa.

-Así es alfa.

-Bien, lleva a tú Luna junto con las mujeres y los niños -dice a Lizzy que asiente al instante, me voy con ella sin regañar demasiado, no necesito que se desconcentren por mí.

Mi trabajo es simple. Mantenerlos a los 3 en contacto sin dejar que se distraigan con los pensamientos del otro. Sería una clase de narrador omnisciente.

Dios... Como anhelo los días antes de la boda.

Cuando entro al bunker después de saludar respetuosamente me conceden espacio. Una esquina para mi sola, donde nadie se acerca ni hace ruido.

Me concentro, en nuestra unión, en el amor, en el deseo de estar cada momento junto a ellos.
Y es como si estuviera ahí, a lo lejos pero a su lado al mismo tiempo. Lo sienten, y uno a uno los veo sonreír.

Andrew pasará de largo hacia el norte, donde han encontrado en el camino un alfa muerto. Sam, se va a ocupar de las medidas hospitalarias y Christian, sigue afinando detalles con los guerreros y betas que ha logrado comunicar.

Veo como Andrew se topa con un lobo en su camino y lo hace hañicos aún estando en su forma humana, suelto un suspiro de alivio. Solo hasta que Christian da la orden de atacar.

Me toma por sorpresa, ¿De dónde habían salido? 

Veo un gran tumulto de lobos y vampiros acercándose a través de los ojos de Christian.

"Este es el lugar que han elegido" dice a través de mí "Vengan, y avisen a los demás"

Sam sale a pelear apenas lo oye, dejando a unas mujeres a cargo de los primeros auxilios. 

El olor a basura de las criaturas llega hasta aquí, y me pregunto qué tan lejos estarán. 

Mi cabeza es un desastre, hablan entre ellos, con sus betas y con algunos otros integrantes de la manada. Es como un escritorio que necesita ser ordenado. Y gruño a mi misma por no haber practicado esto antes.

Andrew trae consigo grandes manadas de lobos, pero al mismo tiempo veo aun una mayor cantidad de vampiros cognatis corriendo hacia Sam. Demasiados.

"Mierda, Sam. ¿Por qué estás solo?"

El único que queda en forma humana es Christian, que mete la mano al corazón de las bestias sin pestañar, y los saca de un tirón, una a una.

"Necesito refuerzos aquí" pide Sam. Pero temo que todos los necesitan.

Las manadas de aliados comienzan a llegar de a poco. Emparejado un tanto la situación. Pero da la sensación que las otras criaturas cayeran del cielo.

Supuse que la guerra duraría días. Y que habrían varias batallas antes de que terminara, como sucede con los conflictos entre humanos.

Pero aquí van por todo, no les importa morir por su causa.

"Andrew" llama Sam otra vez.

"Estoy aquí amigo, solo aguanta un poco más"

Hay sangre y cuerpos por doquier, los lobos que mueren, una vez en el suelo recobran su forma humana. Un dolor en el pecho me hinunda proveniente de Andrew. Connor yace muerto a sus pies.

"¡Aria, concéntrate!" manda Christian.

En serio tuvimos que haber practicado. Intento cerrar el canal que conecta a Andrew con los demás.

Me encuentro con una Sofía asustada ante los ojos del inglés. ¿Qué hace esta perra aquí?

Dos segundos después salta, recibiendo el mordisco que iba dirigido al cuello de Christian.

Mierda, recuerdo las últimas palabras que le dije, y un escalofrío de culpa recorre mi espalda. Ha dado su vida por uno de ellos.

"¡Aria!" vuelve a gritar.

"Lo lamento" hablo y lo noto sonreír.

El olor putrefacto se encuentra cada vez más cerca, temo que nos encuentren. Lo último que quiero es que niños inocentes salgan heridos.

Aunque tal vez sea demasiado tarde.

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Vale, espero que les haya gustado, porque nunca he escrito conflictos bélicos ni nada por el estilo,  el otro se viene mejor, necesitaba un capítulo de conexión.

Y ya se va acercando el final... chinini.

Nuestra Frágil Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora