14

78K 6.4K 809
                                    

Aria:

Dolor, placer y luego todo negro.

"Aria, pequeña despierta" siento la voz de Andrew en mi cabeza. Pestañeo un par de veces intentando enfocar la vista.

Dos hombres, sentados cada uno a un lado de la cama y yo en medio. Me pongo en guardia rápidamente y me acerco a Andrew buscando espacio entre el pelirrojo y yo.

-¿Qué sucede? ¿Por qué me mordiste? -Pregunto.

-Soy tu compañero -responde el escoses que tiene un moretón en su ojo y en su mandíbula.

-No. Andrew es mi compañero -Afirmo - Esto no sucede ¿cierto? - Miro a Sam a los ojos y sé que no está mintiendo. Mi lobo responde a él al igual que con Andrew aunque está confundida. Estamos confundidas. Inhalo y el familiar jengibre se mezcla con un exquisito aroma a naranja.

-Nena escúchame -dice Andrew - Esta situación ha pasado dos veces en nuestra historia, las dos veces fue una luna y tres alfas antes de un gran desastre, de alguna forma la diosa los hacia compañeros y así las manadas se unían, eran fuertes, ya que los alfas se podían comunicar entre sí a través de su Luna, por lo que tenían mas posibilidades de éxito en batalla.

-¿Y creen que este es el caso?

-Es la única explicación que tenemos -habla Sam - Y las circunstancias calzan.

-¿Dijeron tres? - pregunto.

Dios esto no puede ser. No he terminado de confiar en Andrew, en la gente, ¿Y la diosa me está emparejado con dos lobos más? ¿Por qué a mí?

-Creo que es porque te encontrabas en el lugar y en el momento adecuado. Además de no pertenecer a ninguna manada, eras la candidata perfecta, pequeña. - Responde Andrew a mi pregunta no formulada.

-Perfectamente rota -río para mí misma, esto no es amor, no es el destino. Sino que una forma salvaje de salvar a nuestra raza, de la cual aun no estoy familiarizada.

-Aria, no significa que lo que sentimos no sea real.

-¡Deja de meterte en mi cabeza! -Gruño. ¿Pueden leer solo mis pensamientos? ¿O ver también mis recuerdos? rápidamente una imagen del recinto se me viene a la mente que intento borrar en el instante, pero cuando intentas de dejar de pensar en algo solo sale más a la superficie. Maldición.

El pelirrojo y Andrew están blancos, sus ojos se tornarnan amarillos y ambos respiran lento intentando calmarse.

-Lo lamento- Susurro.

Decido bajar las escaleras, necesito un poco de espacio. Por las ventanas se ve que ha comenzando a nevar, sin embargo la casa se encuentra cálida por la chimenea y el sistema de calefacción. Después de estar cinco años encerrada ver el exterior es hermoso, hundir los pies en la tierra es magnifico.

-Puedes ocultar tus pensamientos de nosotros si así lo deseas, es tú derecho. - Un olor a naranja invade mis sentidos y me giro para encontrar al escoses.

-¿Cómo?

-Tienes que concentrarte, y pensar en un escudo, una pared de concreto, una puerta, lo que sea que asocies a "no dejar pasar", encierra tus pensamientos dentro - Levanto una ceja, pero lo intento -¿Tal vez si le pones un candado a la puerta? aún me llega lo que estas pensando -Lo miro con amenaza y me sonríe.

-¿Ahora? -Pregunto.

-Está un poco mejor, aunque si intento leerte el pensamiento y me esfuerzo igual puedo hacerlo. Pero al menos ya no vuela, será más fuerte con el tiempo.

-¿Y siempre tengo que estar pensando en la puerta? -Es estúpido, ¿Cómo pensaba en otra cosa?

-No - vuelve a reír Sam - Ya está, solo tienes que hacerlo una vez, y después para hablarnos o dejar pasar lo que estas pensando solo abres la puerta.

-Que tonto -Frunzo el seño -¿Qué te sucedió en la cara?

-Si no fuera por Connor nos matamos -Responde Andrew mientras baja la escalera.

Claro que sí, por lo que he estado aquí me he dado cuenta que los lobos son extremadamente posesivos e impulsivos.

-¿Qué pasará ahora?-Me acerco a Andrew.

-Sam se quedará por tres días, como lo tenía planeado, luego regresará a su manada a arreglar unas cosas y volverá. No estamos seguros Aria, además tendré que llamar a Christian para explicarle la situación.

-¿Christian?

-Creemos que podría ser tu otro compañero - comenta Sam - es el Alfa con más poder de Inglaterra. Y un completo idiota.

-No lo quiero conocer - Me siento en el sillón frente al fuego.

-Tienes qué -habla Andrew - Yo tampoco te quiero compartir - su voz suena dura - Pero no me queda otra opción.

-No me haz dado opción de nada - gruño, Sam se sienta a mi lado y me alejo de él.

Andrew echa leña a la chimenea. Se ve molesto y entiendo por qué, no es solo yo la que se siente incomoda con la situación, el pensaba que el día que encontrara su compañera todo sería espectacular y perfecto, viviría una vida sin complicaciones con alguien que siempre querría estar a su lado y se apoyaran el uno al otro.

"Lo siento" le digo mentalmente no muy consiente de que lo he hecho, se da vuelta y me sonrie.

-Entonces Andrew - Sam interrumpe el momento - ¿Por qué no tienes un árbol de navidad amigo?

Mis ojos se iluminan de felicidad y ambos me miraran con una gran sonrisa en sus rostros.

Nuestra Frágil Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora