No es el mejor día, las imágenes y titulares que leí la noche anterior no me dejan de dar vueltas en la cabeza. Christian está por llegar, lo puedo sentir. Mi cuerpo está más receptivo. Es como si ellos fueran un imán, y entre más cerca están, más fuerte es la atracción.
-Me gusta el batido de chocolate -comento cuando Andrew me entrega el vaso -Más que el de frutilla.
-Lo escribiré en la lista de compras -sonríe sentándose frente a mí.
No decimos nada, y miro de lo lejos la ventana esperando por la llegada de Christian.
-¿Puedo ver lo que rescataron del recinto? -le pregunto después de un rato. Se peina el cabello con la mano, está incomodo.
-No creo Aria... Ni yo los pude ver. Verte así... ¿Por qué querrías verlos? -levanto los hombros.
-Siento que necesito un cierre de aquel lugar.
-No creo que esa sea la manera de hacer un cierre nena.
-Christian ya está aquí -digo, y en unos segundos la puerta principal se abre.
Andrew me mira un tanto sorprendido "Me estoy sintiendo un tanto más fuerte" le hablo solo a él. Y antes que entre Christian me voy al sofá donde está sentado.
Camisa blanca con los primeros tres botones abiertos, pantalones ajustados, aspecto totalmente desordenado. Mi lobo salta por ese hombre, y está realmente feliz de verlo.
-Buenos días -dice cuando nos ve. Deja la chaqueta que llevaba en las manos sobre el sillón y camina a la cocina -Necesito un trago.
Andrew toma mis piernas para ponerlas sobre su regazo, y escuchamos en silencio a Christian, los hielos caer el vaso, el sonido del bourbon saliendo de la botella. Y sus pasos de vuelta hacia nosotros.
Se sienta con las piernas cruzadas en el sillón donde estuve unos minutos atrás.
-¿Dónde está el pelirrojo? -pregunta después de estar un rato observándonos.
-Está ayudando a ubicar a los betas y a los demás en sus nuevos lugares -responde Andrew, que de manera inconsciente me acaricia la pantorrilla con el pulgar.
-¿Dónde estuviste? -le pregunto antes de que pueda hablar.
Dios... esos ojos, me mira como si quisiera absorber todo de mí a través de ellos. Mi corazón se acelera, de repente ya no me siento tan cómoda.
-Vamos a dar un paseo. Tú y yo, ve a cambiarte mientras hablo unas cosas con Andrew.
-Yo también quiero saber -digo.
-Y lo harás -mueve la mano con dirección a la escalera -En su momento. Ponte algo abrigado, hace frío fuera.
Andrew da unas palmaditas en mi pierna, incitándome que fuera. Y un tanto molesta me paro dejando la malteada sobre la mesa.
Cuando ya estoy en mi habitación, oigo los murmullos en el primer piso. Intento prestarles atención, ellos pueden oír cuando despierto solo por mi respiración. Quizás me falta el querer escuchar.
Y... deben saber que lo estoy intentando. Por que es tan rápido y tan bajo que al instante me doy por vencida.
Me cambio rápido, ya que así tengo una excusa para bajar.
Jeans, botas y un sweater. En menos de cinco minutos estoy lista. Pero cuando bajo Christian ya está esperando en la puerta con mi abrigo en sus manos.Me ayuda a ponerlo, como si fuera lo más natural del mundo, luego le da vueltas a mí bufanda alrededor del cuello. Todo para terminar con mi gorro, asegurándose que me cubra las orejas.
Y él, ni siquiera abrocha su chaqueta.
-Andrew me comentó que te estás sintiendo más fuerte -dice cuando empezamos a caminar por el sendero que no tiene nieve. ¿A qué iba ésto? Salió corriendo de mí y actúa como... No sé.
-Eso creo -respondo. Estamos cerca pero sin tocarnos -Nunca estuve muy consiente de mi cuerpo licantropo.
-Me sucedió con el vampiro, es algo que siempre está pero no eres consiente de ello -asiento.
¿Debería pedir perdón? El había hecho lo mismo conmigo... Y dijo que debería hablarlo con alguien, por eso lo hacía.
-No quería que vieras... Yo mismo lo escondo tan al fondo como puedo -le cuesta hablar.
-No se por qué lo hiciste -paro la caminata y lo miro a los ojos -Pero nunca, escúchame, nunca te podría culpar ni querer menos por ello.
Me abraza tomándome por sorpresa. Por un momento él es el niño que necesita ser protegido, mimado. Él es el que esconde su cabeza en mi cuello, aquel hombre tan grande está quebrado.
Llevo una mano a su cabeza y le acaricio el cabello, y con la otra lo empujo más a mí.
-Hey... -Murmuro.
Llora. Y mi corazón se quiebra al escucharlo sollozar.
-Te quiero -susurra entre sus lamentos.
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Nuevo capítulo!! No es tan largo, pero siento que tenía que terminar ahí.
Muchas gracias por leer!! Y pasen a leer mi nueva novela si no lo hacen aún!!
Besos!
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Nuestra Frágil Luna
Loup-garouAria es una dañada licántropo que logra escapar del laboratorio donde la mantuvieron cautiva por cinco años. Encontrándose en el camino con el Alfa que sería su compañero. Sin embargo, la especie se encuentra a pasos de la guerra más sangrienta que...