-Lo lamento -dice Christian después de un rato.
-No tienes por qué -sus ojos siguen algo cristalinos y extiendo los brazos para empujarlo hacia abajo y besarlo. Puedo saborear nuestras lágrimas con la lengua, lo que me causa risa, y a Christian también. Nos separamos y nos reímos juntos.
Es una risa tan natural que me llena el pecho de alegría. Nunca lo había visto reír así y me prometo a sacarle más risas en el futuro.
-Sigamos el paseo -me tira hacia adelante.
-¿Vamos a alguna parte? -pregunto cuando entrelaza sus dedos con los míos.
-No, ¿Por qué, quieres volver a casa? -niego con la cabeza.
-Me gusta estar fuera, estuve mucho tiempo encerrada.
-Es muy peligroso fuera para que andes sola estos días.
-Estamos rodeados de nuestros lobos -Digo sintiendo la presencia de al menos siete de ellos a nuestra redonda.
-No es suficiente -evita mirarme.
-Tu mismo sugeriste que debería luchar para la guerra -me defiendo.
-No lo entiendes cariño, nunca será suficiente.
El olor de Sam me llega desde lo lejos, y ahora soy yo la que tira a Christian para ir a ver al escoses.
-Aria... no sé si quiero compañía justo ahora. -me detengo en seco.
Mis compañeros no se quieren, Andrew era el más neutro respecto a la situación, o al menos lo intenta. Pero Sam y Christian... solo me hacen daño odiándose así. Me dan ganas de pegarles a ambos y obligarlos a hacer las pases. Los tres me vuelven loca, los tres me tienen de rodillas, y no hay mejor momento que cuando estamos todos juntos. Aunque sea discutiendo o haciendo cosas distintas. No podía impedirme aquella oportunidad.
-No lo he visto hoy -le digo.
-A mí no me viste ayer.
-¿Estás celoso de Sam? -pregunto soltando su mano y volviendo a caminar en dirección al pelirrojo.
-¿Vas dónde él no?
-Voy donde él contigo -me giro y lo tomo del brazo. No se mueve ni un milímetro cuando lo tiro.
-No quiero más a Sam que a ti. Ni a ti que a Sam, ni a Andrew más que ustedes. No me hagas ésto...
-¿Hacer qué?
-Tener una relación con una persona ya es difícil, a mí me ha tocado con tres. Tres que no me están ayudando a sobrellevarlo mejor -hace una mueca -Y no lo digo solo por ti Christian, pero haz sido el que ha sacado el tema.
-Aria...
-Y son tan distintos... no es que sea algo malo. Me encantan, me fascina el desastre en el que me han metido. Pero nunca se termina de conocer a una persona... Y me falta demasiado para siquiera empezar a conocerlos a ustedes.
-Cariño...
-No Christian, ayer no fue un día fácil, el día anterior tampoco...
-¿Ya acabaste? -interrumpe. Me tira hacia él y me besa.
-Estamos hablando -me separo, e intento no dejarme distraer por quererlo en cada parte de mi cuerpo.
-Bien, vamos donde el pelirrojo.
-Es buena persona ¿sabes? -le digo cuando nos volvemos a poner en marcha.
-Demasiado buena -gruñe.
-¿Qué ha pasado aquí? -la casa está reluciente y huele a limpio.
-El equipo de limpieza -sonríe Andrew saliendo de la cocina -Vendrán todas las mañanas a limpiar y dejar preparada la comida.
-Fue mí idea -dice Christian a mi lado y lo golpeo con el codo.
-Al fin dormiremos en camas hechas -comento y los tres me miran divertidos.
-Christian es el único que tiende siempre la cama -miro de vuelta a los otros dos.
-Es cierto -Sam levanta las manos como si fuera culpable de algo -No tengo ningún problema en dormir en una cama desecha. Una gran perdida de tiempo -ahora es a Sam a quien le pego con el codo.
-¿Ya está el almuerzo? -pregunto -Tengo hambre.
Es la imagen que quiero todos los días, los cuatro ayudando con los platos, poniendo la mesa. Riendo mientras se pelean el puesto a mi lado. Juntos, haciendo cosas de lo más cotidianas. Pero la guerra se ve demasiado próxima como para que la felicidad dure. No se si creen que no lo he notado, o lo ignoran. Pero soy consciente que la manada de nuestros alrededores se ha triplicado. Cada vez hay conversaciones más y más secretas, y cuando uno se larga me besa como si aquel fuera nuestro último beso en la vida. Me sobreprotegen. Y no sé si es por celos o miedo de descubrir algo del otro, que aún no hemos practicado hablar todos juntos al mismo tiempo.
-Andrew me comentó sobre la ceremonia de union -dice Christian después de limpiarse la boca con la servilleta. Sam y yo asentimos al mismo tiempo -¿Tenemos fecha?
-Estaba pensando en el otro jueves -¿Qué? ¡pero si hoy es jueves! miro a Andrew con los ojos abiertos.
-No podemos esperar más -coincide Sam.
-Pero ¿Y el vestido? ¿Los preparativos?. Esperaba poder ganar un poco más de peso... -murmuro.
-Estás preciosa cariño -Christian me mira profundamente -Tienes color, las ojeras se te fueron, tu pelo brilla, y ya no estás en los huesos. Eres fuerte Aria. -siento mis mejillas teñirse de rojo y bajo la cabeza.
-Mierda hombre ¿Por qué no hablas antes? -bromea Sam.
-¿Todos de acuerdo con que sea el jueves? -pregunta Andrew y asentimos con la cabeza.
-No puedo esperar para aquella noche -sonríe Christian con una mirada que promete mil cosas.
-¿Cómo lo haremos? -pregunta Sam.
-Nos las arreglaremos, tenemos siete días para discutir los detalles -ahora es Andrew el que tiene las pupilas dilatadas.
-¿Qué detalles? -digo.
-Ooh no cariño -Christian niega con la cabeza -Tu no sabrás los detalles. Serán un secreto, tendrás que esperar a la noche de bodas. Pero te prometo que te harán gritar de placer por horas y horas y horas.
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Gracias por leer, votar y comentar!!!
No se olviden en revisar mi otra novela si no lo han hecho!!Love for all!!
Imagen: MitzySusana
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Nuestra Frágil Luna
WerewolfAria es una dañada licántropo que logra escapar del laboratorio donde la mantuvieron cautiva por cinco años. Encontrándose en el camino con el Alfa que sería su compañero. Sin embargo, la especie se encuentra a pasos de la guerra más sangrienta que...