37

57.2K 4.9K 837
                                        

Aria:

"Claro que no cambiará aquí en frente tuyo" gruño.

"Sam necesito algo de ropa, para una arpía, Christian y yo" Digo esperando que este en casa y mostrándole la situación que tengo en frente de mí.

"Voy" En un minuto el pelirrojo sale con la ropa en mano y noto como la rubia lo mira de pies a cabeza. Puta descarada. Gruño otra vez, Sam deja la ropa que le ha escogido a la desconocida detrás de un árbol y la de Christian y la mía junta detrás de la estructura de madera del porche.

Me transformo y visto en tiempo récord ignorando la presencia de Christian. ¿Por qué la teníamos que invitar a pasar? 

Alta, rubia, curvas para regalar. No me gusta. No me gusta nada.

-Aria -llama Sam, lo ignoro.

-Así que es cierto -comenta la rubia con una voz chillona.

-Vamos a hablar dentro -la invita Christian que está a mi lado, avanzando un poco y haciéndole una señal para entrar. Los sigo.

Andrew que se encuentra sentado en un sofá se para rápidamente al vernos entrar.

-¡Andy! -Sonríe la muy perra, ¿Qué tiene que ver también con Andrew? Se acerca y lo besa en la mejilla. Andy.

-¿Cómo es que se conocen? -Pregunto con una voz más amable que lo normal.

-Sofía es hija de un Alfa importante de Inglaterra -responde Christian.

-Pensé que tú eras el más importante.

-Lo es querida... -habla Sofía. La quiero muerta - Soy algo así como la aristocracia, normalmente las Lunas salen de familias poderosas -me sonríe cínica.

-¿Qué estás haciendo aquí Sofía? -pregunta Christian.

-Bueno, primero quería saber si era cierto el porqué me habías dejado, la estábamos pasando de lo mejor hace dos semanas -hace un puchero -Pero ya veo. Y segundo mi padre me ha encargado sacarte el plan de batalla.

-¿No podías llamar por teléfono? -digo.

-Cállate, tú no sabes nada de lo que hablo, con ese cuerpo con suerte matas un mosquito -exploto.

Quien se cree la muy perra que es, soy su Luna, no sólo la suya, sino la de toda Gran Bretaña.  Debería inclinarse a mis pies. Debe inclinarse a mis pies.

Tomo aire y pongo las palmas al cielo, esperando que me entregue su poder, no demora en llegar y cuando lo siento listo la miro directamente a los ojos. Es rompible, fácilmente rompible, no tiene ninguna clase de protección espiritual en su persona. Ha decepcionado a la Diosa.

-Con este cuerpo te puedo matar así -chasqueo los dedos y cae de cuatro patas al suelo.  Mi voz suena tremendamente fuerte y poderosa. Siento que estoy brillando, que el mundo está a mis pies. -¡¿Quién soy!?-le grito.

-Luna, mi Luna, por favor ten piedad -su cara muestra pánico, río.

-¿Por qué debería tener piedad de ti?-Mi voz retumba en toda la habitación. 

-Por favor. Prometo no volver. Lucharé en la guerra junto con los demás. Y moriré de ser necesario. -Me gusta en el suelo.

-Ruegame.

-Por favor, mi Luna, te ruego.

-La diosa ya te ha dejado de todas formas -sonrío -Vete, no te quiero volver a ver, y no te vuelvas a acercar a mis compañeros. Al menos que uno esté muriendo.

-Si mi Luna.

-¡AHORA!  - la arrojo contra la pared sin siquiera tocarla y sale disparada por la puerta como si su vida dependiera de ello.

Andy, Sammy. Arrg.

Al segundo de su partida todo el poder vuelve al cielo, y antes de caer al piso estoy en los brazos de Christian.

-Gracias -susurro.

-¿Estás bien? -pregunta.

-Si, solo necesito sentarme un rato.

-Iré a traerte algo de comer -murmura Andrew caminando hacia la cocina.

-¡Eso ha sido lo máximo! -Comenta Sam y se viene a sentar a mi lado -Fue como ¡Bum! -mueve las manos, le sonrío sin fuerzas y me apoyo en su cuerpo.

-Exploté como Hulk -digo recordando al humano que se enoja y se vuelve un monstruo verde.

-Un lindo Hulk. Fue impresionante Aria -me da un corto beso en la mejilla.

-Eres una guerrera, una descendiente directa de la diosa -llega Andrew con un pote de comida que me entrega con cuidado. Empiezo a comer.

-Tal vez estés destinada a unirte a la batalla -dice Christian.

-De ninguna manera -salta Andrew.

-Piénsalo, ¿No se lo dijo su madre en sus sueños? Aún tenemos tiempo para entrenarla, y si logramos decifrar como funcionan sus poderes o lo que sea que haya hecho con su mano a Sofía. Es una gran ventaja.

-Ni siquiera ha alcanzado un buen peso -argumenta Andrew.

-Quiero ayudar -digo.

-Ya veremos que hacer -Sam acaricia mi cabeza con ternura.

Nuestra Frágil Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora