-Levántate Aria, tenemos que irnos - Christian entra la habitación distrayéndome de la película veo.
-¿Qué sucede? -pregunto saliendo de la cama. Dios estoy dolorida por lo de anoche y mis piernas se sienten de gelatina.
-Estamos siendo atacados - dice y deja mi ropa sobre la cama. Su cara de concentración me hace suponer que está dando ordenes a través de su vínculo con la manada.
Me apresuro al baño y después de hacer mis necesidades rápidamente echo a correr el agua de la ducha para sacarme el sudor y la suciedad de ayer -¡Te duchas cuando lleguemos al hotel, no tenemos tiempo Aria! -Estoy hecha un total desastre pero me apresuro a la habitación a vestirme.-¿No tienes qué quedarte aquí? ¿Para lo que sea? -lo miro subiendo el cierre de las botas.
-Tú seguridad es lo primero Aria, vamos.
Los copos de nieve se ven caer desde el ventanal y el frio de enero me azota al salir. Nos apresuramos al auto y Christian prende el aire caliente antes de arrancar a toda velocidad.
Su móvil se escucha por los parlantes del coche, y contesta la llamada desde el volante.
-Estás en manos libres -habla Christian.
-Bien -responde Andrew y mi lobo se pone a colear al oír su voz.
-Entraron al territorio por la madrugada y atacaron al rededor de las 8A.M en un cambio de turno. Hay tres caídos.
-¿Necesitas que mande ayuda? -pregunta.
-No. No son demasiados, mi beta lo tiene bajo control. Creemos que entraron a echar un vistazo al territorio, aunque se acercaron bastante a la casa.
-Aria - se dirige a mí - ¿Estás bien nena?
-Estoy bien -digo queriendo estar con él.
-Nos quedaremos en Londres ésta noche -dice Christian -Aprovecharé llevarla de compras -lo miro con una ceja levantada.
-Genial, divídelo en tres.
-Lo haré.
-Adiós, hablamos luego -termina la llamada.
Una hora más tarde nos bajamos frente a las puertas del hotel y Christian le entrega las llaves del auto a un botones.
-Walcott.
-Señor Walcott -asiente el trabajador del hotel. Christian toma mi mano y entramos al gran salon de recepción. Caminamos al meson principal donde nos registramos rápidamente y nos entregan la llave de la suite.
-Último piso - señala Christian para que apreté el botón del elevador.
La habitación es hermosa diseñada con tonos color tierra y grandes ventanas dejan Londres a la vista.
-Ve por una ducha, el desayuno estará aquí cuando termines.
Me gusta que Christian me de más libertades, aunque seamos más distantes el uno con el otro. Desde el incidente en la ducha Andrew no quiere dejarme sola y Sam está bastante de acuerdo con él.
Tomo mi tiempo disfrutando del agua caliente antes de continuar con el shampoo y acondicionador del hotel.
-¡Aria! -Christian llama golpeando la puerta.
-¿Si? -hablo fuerte para que me escuche, abre la puerta. La corredera de la ducha es de vidrio pero el vapor impide que vea mi cuerpo desnudo.
-Llegó el equipaje, te traigo la ropa -limpio una parte del vapor con la mano y veo como deja sobre la tapa del inodoro las cosas, para luego dejarme sola.
-¡Gracias!
Cinco minutos más tarde salgo del baño vistiendo jeans y una sudadera blanca.
-El desayuno está aquí -Un carrito lleno de comida se encuentra junto a la mesa con dos sillas. Christian está sirviendo el té y me apresuro a tomar asiento frente a él.
Tortitas, tostadas, cereal y huevos revueltos para mí. mientras Christian devoraba el típico desayuno inglés con porotos negros, embutidos y huevos.
-¿Cómo supiste que no me gusta el desayuno inglés? -pregunto sonriendo mientras me sirvo unas tortitas con mermelada.
-Por que eres Americana -dice como si fuera obvio.
-Lo soy -suspiro -¿Haz sabido algo más? ¿Sobre el ataque?
-Nada de que preocuparse.
-Ve a secarte el cabello antes de que salgamos. Está frio fuera -ordena poniéndose de pie para irse a sentar al sofá con su computadora.
Después de la primera tienda, recuerdo lo que me encantan las compras. Si tengo tres hombres que no me dejan irme a mi casa disfrutaré lo que pueda de ellos con todo lo que traen.
Soñaba con unos Louis Vuitton y ya llevo tres pares, aunque dudo que pueda caminar con ellos, mis piernas se ven espléndidas. Christian está igual o más encantando que yo, trayendo ropa para que me pruebe y eligiendo bolsos sin que yo siquiera los vea.
Pasamos un buen rato pero cuando ya vamos en la séptima tienda me encuentro cansada. Christian elige un conjunto de ropa interior de cada color posible y unos pijamas mientras yo me siento a esperarlo.-¿Te sientes bien? ¿Quieres algo más? -dice mostrándome el gran contenido del canasto con el logo de la tienda que nos facilitó una rubia al ver que Christian no paraba de tomar cosas.
-Estoy un poco cansada, eso es todo -asiente.
-Bien, pago esto y podemos comer en alguna parte.
-¿Podemos pedir el servicio a la habitación?
-Claro -me mira un poco preocupado -vamos.
Camino a la caja nos encontramos con el pasillo deportivo y cogemos algunas cosas más.
-No espero la hora para que entrenemos con estos - me muestra un sujetador de ejercicio negro con tiras en la espalda y le pongo los ojos en blanco.
-Serán 754 libras con 4 centavos -sonríe la rubia detrás del mostrador y mi compañero desliza su tarjeta.
Christian tiene que poner las compras en los asientos traseros por que ya no entra nada más en el porta equipaje, Sonrío para mi misma.
Arrastro las piernas hasta el ascensor, me cuesta mantener los ojos abiertos.
-Necesitas más energías Aria -me apoyo en su cuerpo.
-Caminamos demasiado y estuve de pie bastante rato, además no dormí mucho anoche -me defiendo y recuerdo lo bien que se sintió Christian en mi cuerpo, me da un escalofrío.
-Puedes dormir mientras llega el almuerzo. ¿Qué te gustaría? -pregunta abriendo la puerta de la habitación y camino rápidamente para tirarme a la cama.
-Carne -murmuro abrazando la almohada. Me ha gustado este día hasta ahora.

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Nuestra Frágil Luna
Kurt AdamAria es una dañada licántropo que logra escapar del laboratorio donde la mantuvieron cautiva por cinco años. Encontrándose en el camino con el Alfa que sería su compañero. Sin embargo, la especie se encuentra a pasos de la guerra más sangrienta que...