Nuestra Frágil Luna

58

El audi no está hecho para caminos de tierra, como el 4x4 de Sam. Pero Christian lo maneja tan rápido como puede. Siento ese olor putrefacto a nuestros alrededores. Sin embargo mi compañero inglés no se detiene para matarlos esta vez. Y cuando llegamos a carretera pisa el pedal a fondo, alejándonos de ahí sin mirar atrás.

-¿Nos quedaremos en el mismo hotel que antes? 

-No. En el Grand Palace.

-Cool.

Intento relajarme, no pensar en la guerra, no pensar en nada.

Junto con sentirme más fuerte, las emociones de todos se han triplicado, aun cuando cierran sus mentes con murallas de fierro, hay emociones que escapan, y que me pesan cada momento. Preocupación, miedo, ira.
Me bajan el estado de ánimo, me frustra que no pueda hacer nada por ellos.

-Duerme cariño, será un viaje largo -Christian pone una mano sobre mi pierna y la acaricia.

-Estoy bien, dudo que pueda cerrar los ojos con lo que está pasando.

-Todo estará bien. Sabíamos que existía una posibilidad de que atacaran nuestro centro.

-¿Qué seguirá...? -pregunto de forma retórica.

-Bueno... Una pequeña manada al sur de Escocia ha sido destruida casi por completo -me mira de reojo -mandamos soldados para ayudarlos a limpiar... Los que quedaron serán restituidos a nuestra manada.

-Maldición...

-Necesitamos alguna forma de ataque sorpresa... Defendernos no nos está funcionando. Estaba pensando que tal vez deberíamos hacer el primer movimiento.

-Ellos ya lo han hecho -afirmo.

-Tú entiendes.

El Grand Palace es una maravilla. Los mayordomos son como aquellos de la película "mi pobre angelito". Christian parece encajar perfecto en el lugar.

-¿Por cuanto tiempo nos quedaremos?  -pregunto -echándole un vistazo a la gran habitación.

-Yo dos días. Tú, no lo sé. Si elegimos cualquiera de nuestras casas sería muy obvio. Podrían ir a atacar ahí.

-No pueden quedarse conmigo 24/7 ¡Andrew lo dijo! No pueden darse el lujo de eso. Todos son necesarios.

-No significa que no haga nada desde aquí. Nos reuniremos con unos alfas y nuestros betas por la mañana para debatir técnicas y analizar la situación.

-Creo que deberíamos estar todos juntos en esto. Dividirnos no es sano -me siento en el sillón y tomo el menú del hotel para ordenar algo.

-No podemos estar todos aquí, nos necesitan en terreno.

-Pues entonces, todos allá -levanto la cabeza del menú -¿Quieres algo? Estoy hambrienta -murmuro.

-Elige tú -dice y se va a la otra habitación a hacer una llamada.

Genial, lo he puesto de mal humor.

Me decido por el menú del día, sin pensarlo demasiado.

Intento comunicarme con Andrew y Sam, pero ninguno de los dos parece querer cooperar.

Doy un par de vueltas alrededor de la habitación mientras espero la comida.
La ansiedad me está matando.

-Aria... -Christian me detiene cuando regresa -Tienes que relajarte cariño, te siento muy alterada.

-No puedo, recibo sus emociones. Ustedes no están calmados, yo no estoy calmada. 

-¿Qué tal si te agendo un día en el spa?

-No me gusta el spa. Yo sobre una camilla con manos desconocidas haciendo presión en mi espalda. No gracias.

-Podrían ser mis manos, haciendo presión en otro lugar. 

-Eso suena mejor -Sonrío y viene a sentarse a mi lado, pasa su brazo por mis hombros, atrayéndome a él. 

-No sabía que nuestras emociones te estuvieran afectando de esta manera.

-No lo hacían hace un par de días -señalo -Es un tanto agobiante.

-¿Puedes distinguir a quien pertenece? -pregunta interesado.

-Ahora, todos están casi iguales. Sam un tanto más preocupado. Tú, un tanto más frustrado -acaricio su pecho en círculos con la palma abierta-¿Crees que podamos ser felices algún día? -lo miro a los ojos.

-Seré feliz, cuando tú estés feliz. Y haré todo lo que esté a mi alcance para lograrlo -se para a abrir la puerta antes de que golpeen.

-Déjame beber de ti esta noche -susurra en mi oído cuando estamos en la cama y acaricia mi cabello moviéndolo a un lado -Lo necesito cariño...

Asiento en la oscuridad, sin decir una palabra. Besa tiernamente la curva del cuello antes de hincar sus dientes justo a un lado de su marca. Acerca más su cuerpo al mío. Su pecho contra mi espalda. Y mientras bebe comienza a hacerme el amor lentamente. Entrando una y otra vez tan suave, que es casi una tortura.

-Christian... -gimo y saca sus colmillos de mi piel, causándome un escalofrío.

-Eso es, amor -murmura -correte conmigo.

Y como si sus palabras fueran magia, me hace llegar al orgasmo. Tan largo que al terminar caigo cansada, en un profundo sueño.

-¡Andrew! -despierto sobresaltada. Christian se levanta asustado a mi lado y corre a la sala.

Me cubro con la sabana blanca antes de salir. Y veo a Connor repleto de sangre en medio de la habitación.

"Estoy bien, ayuden a Connor, ha ocurrido un accidente cuando iba en camino a la reunión de Londres. Saben que están allá"

Una sensación de alivio invade mi cuerpo cuando oigo su voz en mi cabeza. Me tuvo que haber despertado mientras soñaba...
Luego recuerdo que saben donde estamos. Y quizás saben de todos los demás alfas y betas que vienen en camino.

Mierda.