Andrew:
¿Aria, qué te hicieron? mi pecho se aprieta de dolor, La pobrecita apenas camina y no me deja cargarla. Ya es la tercera vez que le vuelvo a preguntar.
Está delgada, casi en los huesos y aun así se ve hermosa con mi extremadamente gran polera azul. Su pelo color chocolate al igual que el de su lobo caen por su espalda todo enredado. Sus ojos celeste cielo son para pasar volando en ellos toda la eternidad.
Pero mi pequeña está rota. Puedo sentirlo.
Necesito averiguar más sobre aquel lugar dónde dice la mantuvieron cautiva, ¿Habrá sido solo ella, o habían más licántropos? siento su dolor, por lo que decido que más tarde le haré las preguntas pertinentes.
"La llevo a mi casa Seth. Estaremos ahí en unos diez minutos. Pon a correr el agua de la bañera principal y dile a Callum que vaya en unas dos horas. Necesito que también vayas al pueblo o mandes a una chica por ropa femenina talla xs, compra todo lo básico que pueda necesitar"
"Enseguida Alfa, mandaré a mi hermana por la ropa"
Seth, mi omega y mi mejor amigo junto con Connor, mi Beta. Recuerdo estar juntos desde niños. Y ahora son los que me ayudan a llevar la manada más grande de Gran Bretaña a la perfección.
-Andrew- su suave voz me saca de mis pensamientos.
-¿Si preciosa?- noto como el calor le sube a las mejillas.
-¿Podemos tomar un descanso? enserio no quiero caminar más- se sienta en el suelo y me mira hacia arriba con ojos vidriosos.
-¿Me permitirías llevarte en mis brazos, pequeña?- aunque ya de antes conozco la respuesta.
-No. solo déjame dormir aquí, estoy cómoda -estira sus brazos y bosteza tiernamente.
-¿Si me transformo, te subirías a mi lomo? -la veo pensar un momento y sorpresivamente asiente con su cabeza.
Me escondo tras de un árbol para que no me vea quitarme el short y no se asuste de mi cambiando. Cuando mi lobo está preparado voy junto a ella y me acuesto en la tierra para que se pueda subir al lomo, así lo hace y mi lobo se sacude de placer. Es hermosa, es frágil, es mía.
Con cuidado de no tirarla al suelo me paro. Mi lobo es grande, más grande que un humano de pie. Siento a Aria firme contra mi espalda y en menos de cinco minutos estamos en casa. Vuelvo a acostarme en el suelo para que Aria pueda bajar. Me apresuro a cambiar detrás del arce que da la bienvenida a mi hogar, donde tengo mis shorts de emergencia.
-Vamos dentro pequeña, la chimenea está prendida y un baño te está esperando.
Le abro la puerta y entra a la casa tomando una gran bocanada de aire, sé que está disfrutando mi esencia, me hace sonreír y sentir orgulloso. le da un vistazo a la casa soltando un sonido aprobador, luego me mira.
-Por las escaleras- Va hacia donde le indico y empieza a subir lentamente cada peldaño. No puedo evitar que la angustia me llene el cuerpo.
Nos dirigimos hacia el dormitorio principal y ella sabe enseguida donde estamos. De repente mira con miedo y se va a esconder a una esquina.
-Aria no te haré nada que no quieras. Eres mi igual, mi Luna. ¿Es que no sabes nada de tu especie? -digo un poco cabreado por las emociones que estoy sintiendo. La veo hacerse más pequeña, como si quisiera cubrirse el cuerpo y unas lágrimas caen a sus mejillas.
Me acerco a ella, siento miedo y me desespera no poder tocarla, no poder abrazarla ni poder hablarle, ya que no entiende nada. Se sienta en el piso y abraza sus piernas como una niña pequeña. me agacho para quedar a su altura y levanto su barbilla para que me mire a los ojos.
-No tengas miedo, ¿Me escuchas Aria? -Me mira un rato sin hacer nada. Veo el debate que está teniendo en su cabeza. -Ahora ¿te pararías por mí bebé?
Sus ojos están llenos de preguntas e indecisión. Sin embargo, se para y me deja tomarle la mano para llevarla al baño, donde la bañera está llena, por lo que me apresuro a cortar el agua.
-Vamos a darte un baño ¿Okay? -No me mira feliz con la idea. -Ven, puedes meterte con mi polera si te hace sentir más cómoda. La lavé hoy.
Asiente y se mete a la gran tina, un ruido de satisfacción emerge de su boca. Dios si me dejaras cuantos de esos te daría.
Tomo la esponja y el jabón y cuando asiente en señal de aprobación lavo su cuerpo, procurando no tocarla con mis manos, ya que sospecho que a ello le tiene miedo. Me hace sentir como una mierda. Levanto un poco la polera de su espalda para poder enjabonarla, pero quedo en shock.
Mi luna, quien le había hecho esto a mi preciosa luna. Muchísimas cicatrices que parecen ser de látigo, algunas de electro shock y otras que no se me puede ocurrir con qué fueron hechas cubren la hermosa piel de su espalda. Quiero gritarle a la diosa, cómo deja a una de sus hijas pasar por algo así.
-Andrew... ¡Andrew! ¡para por favor! ¡me duele, Andrew! ¡No puedo! -llora.
Lagrimas caen mientras toco cada una de sus cicatrices con mis dedos. Dios mi Luna, prometo torturar a cada puto responsable que te haya causado dolor. Que te haya hecho sufrir así.
Mi pequeña llora, se da vuelta y toma mi mano que la acaricia.
-Por favor...-susurra.

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Nuestra Frágil Luna
WerewolfAria es una dañada licántropo que logra escapar del laboratorio donde la mantuvieron cautiva por cinco años. Encontrándose en el camino con el Alfa que sería su compañero. Sin embargo, la especie se encuentra a pasos de la guerra más sangrienta que...