-Necesitamos que muerdas a Sam -habla Christian sacándome de mis pensamientos.
-No lo sé... No mordí a ninguno de ustedes dos estando en mi sano juicio. Y si no hubiera sido por el ardor...
-No es una cosa de querer o no Aria -el inglés me mira feo. ¿Cuál es su problema? ¿Tener a Andrew en la casa lo ha hecho más gruñón?
-Me gusta Sam -murmuro para mi misma.
-Eso es algo bueno -señala Andrew.
-No lo sé -digo -me gusta como está ahora. Como estamos ahora.
-Hay demasiado en juego -gruñe Christian. Tenemos que adelantar esto, ver como funcionamos, como nos comunicaremos en batalla. Si es posible que Aria nos pueda comunicar solo de dos al mismo tiempo y ver si podemos filtrar información.
-Se meterán en mi cabeza -lamento.
-Tendremos que ser honestos -dice Andrew tomando de su whisky.
Honestos, honestos, honestos.
Christian conoce mi vida. No me gusta que lo haga, Andrew y Sam han visto menos, y no quiero que vean más. Soy humana, tengo derecho a guardar mis pensamientos. No están siendo justos conmigo.
-Me iré a dormir -digo poniéndome de pie.
-Voy contigo -Andrew se levanta. No digo nada pero una parte de mi quiere estar sola. Christian lo sabe y sonríe cínicamente.
-Buenas noches -dice y me apresuro por las escaleras.
-Iré a buscar un pijama a la habitación de Christian.
-Puedes usar una de mis poleras. Vamos -me empuja suavemente por la espalda y me guía a su habitación.
-Mami, mami -tiro su vestido -mami la luna me sigue.
-Te sigue por que te quiere, corazón, cuando no estemos junto a ti, la Luna se hará cargo, siempre te cuidará por que te ama-me sonríe.
-¿Me cuentas la historia otra vez?
-Seguro mi princesa Elizabeth .
Oscuridad, caigo.
Vampiros.
-¡Mamá! ¡Mami! ¡Mamá!
-¡Corre Elizabeth! ¡Recuerda lo que te dije, no olvides tu destino! ¡Te amamos mi princesa!
No lo olvido, no lo olvido. No puedo olvidar. Corro hacia las luces pero mis pies son muy pequeños. Me escondo, tengo frío,me quedaré aquí. Quiero a mi mami.
Despierto llorando, desconcertada en el espacio tiempo. Jengibre.
Andrew se incorpora y prende la luz del velador. Estoy asustada, mi corazón late acelerado y mi piel se siente pegajosa por el sudor.-Aria, todo esta bien pequeña -me abraza- Solo fue una pesadilla, ya pasó -dice meciendome con él.
Me refriego los ojos con las manos y me separo un poco de Andrew, respiro profundo tratando de asimilar aquel sueño y voy al baño a mojarme la cara. Tengo frío.
El recuerdo de aquella mujer significa algo. ¿Pero por qué ahora? ¿Era ella mi madre? Nunca había tenido un sueño como ese.
Elizabeth, mi destino.¿Podría ser solo un sueño? Mi lobo aulla. Algo me dice que es cierto.
-¿Estás bien? -Veo el reflejo de Andrew en el espejo.
-Tengo frío -es lo único que atino a decir -emm... Me daré una ducha rápida para sacarme el sudor.
-¿Quieres contarme el mal sueño?
-Si -respondo rápidamente -Pero junto a Christian -abro la llave de la regadera y espero que salga vapor.
-Iré a traerte algo de vestir y pondré la tetera -río para mi misma cuando sale por la puerta. Los británicos y su famoso té.
Me alegra que Andrew haya escogido la sudadera más calentita que encontró. Christian está sentado en el sillón de la sala de estar del segundo piso sirviendo el té y me apresuro a su lado. una taza caliente suena prometedora.
-¿Por qué esta conversación no pudo esperar hasta mañana? -pregunta entregándome un jarro, viste un pantalón de pijamas y una sudadera al igual que yo. Andrew se sienta en el sofá de en frente y sus ojos verdes me miran con interés.
-Creo que el sueño que tuve no fue por accidente. No sé aún mucho de este mundo pero es mágico -río por lo estúpido que suena -tal vez en verdad si fue un sueño. Pero lo dudo, fue diferente, nunca me había pasado antes.
-¿Qué cosa? -Apura Christian.
Les cuento con detalle todo lo sucedido, como mi mamá me decía princesa Elizabeth, mi supuesto destino y el ataque.
Me quedan mirando con la boca abierta un buen rato.
-No puede ser cierto -apunta Andrew.
-Claro que si. Nunca encontramos su cuerpo -lo contradice Christian -Tengo unos libros en la biblioteca. Vamos -me quita el té de las manos y lo coloca en la mesa.
Nos paramos rápidamente y sigo a Christian por los gran pasillos de la casa hasta que llegamos a una puerta doble. Mis ojos se iluminan al ver la estancia, Estantes y estantes de libros llenan la gran habitación, desde el techo hasta el suelo. Sillones que te invitan a hundirte en ellos con un buen cuento y una gran mesa en el centro de la habitación la hacen aún más perfecta.
Christian saca un gran libro de una de las estanterías y lo apoya en la mesa, Andrew y yo lo rodeamos para ver.
-Debería estar por aquí -dice buscando entre las paginas hasta que sonriente, lo deja quieto.
-¿Alguien me puede decir lo que está pasando?
-Lo que está pasando cariño -dice el inglés con su particular acento -Es que eres descendiente directa de la diosa -señala un dibujo de una mujer y quedo mirándolo perpleja.
-No puede ser cierto -digo.
-Hace decenas de años que no se sabe nada de tú familia -continua -Una gran lucha se desató y huyeron al nuevo continente -da vuelta la hoja y me muestra lo que ahora es una foto que se encuentra un tanto borrosa -tú bisabuela Elizabeth, supongo que por ella te dieron el nombre. Se parecen un poco -sonríe. Andrew sigue con la boca abierta y se arrodilla ante mi.
-Mi reina.
Mierda.

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Nuestra Frágil Luna
Manusia SerigalaAria es una dañada licántropo que logra escapar del laboratorio donde la mantuvieron cautiva por cinco años. Encontrándose en el camino con el Alfa que sería su compañero. Sin embargo, la especie se encuentra a pasos de la guerra más sangrienta que...