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¿De qué teníamos que hablar? Nos sentamos en los cómodos asientos de primera clase donde dejo mi cuerpo descansar por unos segundos.
La azafata llega con una bandeja y deja las largas copas con líquido rosa en la mesa extendible de los asientos.

-Salud -Christian levanta la copa y lo imito antes de llevármela a los labios. Está muy bueno, frutuso y espumoso -discúlpame tengo que hacer una llamada antes de partir -saca el teléfono y se para para hablar a solas.

¿No quería conversar conmigo? bebo un poco mas del líquido rosa y decido dormir un rato, para intentar olvidar lo que vendrá.

"Aria, vamos a aterrizar" Christian me toma la mano y abro los ojos, escucho su voz en mi cabeza, siendo la primera vez que ocupa nuestra conexión. Me gusta.

Solo llevamos equipaje de mano, por lo que nos dirigimos rápidamente a los estacionamientos donde Christian ha dejado su coche. Me abre la puerta del pasajero para después irse a sentar.

-¿Qué hay del coche de Escocia?

-Lo arrendé en el aeropuerto Aria. -responde algo brusco.

No hablamos más en todo el camino hasta que aparca en lo que parece ser una mansión de la época victoriana. Con razón dice que Escocia esta lleno de "Pequeños castillos"

-Bien, vamos dentro.

La entrada es tremendamente espaciosa y dos grandes escaleras de mármol se unen en medio para dar paso al segundo piso, Aunque lo que me sorprende más es la sala, lo moderno de los muebles y lo minimalista de la casa, todo lo contrario a Sam.

-¿Te apetece si cenamos? luego podemos ir al dormitorio.

-Esta bien... Aunque no tengo mucha hambre.

-Comerás. Vamos -me señala hasta llegar a una gran cocina americana, con un comedor de diario además de la barra donde me siento a mirarlo.

Christian se ve bastante cómodo en la cocina, no así como Sam.
Se decide a cortar unas patatas, las baña en mantequilla y les pone una especie de aliño antes de meterlas al horno, saca unos trozos de pescado del congelador y hace una crema de camarones con champiñones mientras se cocina en el sartén.
Al cabo de media hora huele delicioso y me encuentro más que dispuesta a dar un bocado.

-¿Podrías servir la mesa? Los individuales están en el tercer cajón a tú derecha y los cubiertos en el primero.

-¿En la barra? -asiente mientras revuelve algo con una cuchara de palo -¿Vasos? -pregunto cuando ya he terminado.

-Copas. Ya las alcanzo yo.

Los platos se ven perfectos, además la comida huele de maravilla. Christian sirve el vino que previamente ha dejado respirar y disfrutamos la cena en silencio.
No estoy para nada acostumbrada a tomar alcohol, a pesar de haber bebido todo el rosé del avión, el vino de la cena me está entorpeciendo.

- De igual forma te tengo que morder para completar la union ¿Sabes? -suelta Christian cuando termina su cena.

-Si, pero puedes marcarme después de... ya sabes -tomo otro sorbo de vino.

-Después de que tengamos sexo -asiento mordiéndome el labio. Dios... empieza a hacer calor  -Bien. Vamos arriba, podemos meternos al jacuzzi antes de irnos a la cama.

Su habitación es plana, pero lujosa como el resto de la casa. Desde los ventanales se ve el bosque y las copas de las montañas, la cama tiene un estilo ultramoderno y el cubrecama es negro, resaltando con la habitación.

El baño por otro lado está revestido de azulejos desde el piso al techo dando un aspecto marítimo al lugar. Christian echa a correr el agua del jacuzzi y vierte una especie de aceite que huele a vainilla.

-Te viene -sonríe para sí mismo.

-¿Te huelo a vainilla? -lo miro sorprendida - pensé que era igual para todos.

-A mi me hueles a vainilla -afirma chequeando la temperatura del agua.

El agua rápidamente empieza a subir y Christian levanta sus brazos para sacarse la polera. Por supuesto, no nos bañaremos con ropa. Le sigo sacándome la sudadera y los leggins quedándome en ropa interior, pero cuando me doy vuelta Christian está desnudo en todo su esplendor entrando al agua que empieza a formar espuma.

-¿Vienes?

-Si, solo que...

-Te he visto sin ropa Aria, pero como te sientas cómoda está bien.

Literalmente una parte de mi quiere desnudarse y tirarse a sus brazos sin pensarlo dos veces, la otra, se encuentra realmente incómoda con toda la situación. Decido sacarme el sujetador de algodón blanco pero conservar las bragas. El agua se encuentra a buena temperatura y los multiples chorros del jacuzzi hacen cosquillas en el cuerpo.

Nos encontramos frente a frente, siento la tensión en nuestros cuerpos. La mirada de Christian es profunda, como si estuviera evaluándome, lo que no ayuda la situación.

-¿Estás nerviosa por lo que involucra el sexo, o por que lo vas a tener conmigo?

-¿Ambas? -no lo sé, la pregunta me toma por sorpresa -Esperaba... No recuerdo cuanto te mordí pero Andrew me dijo que con tú sangre. Si pudieras... -su mirada se oscurece y su cara cambia a una de enfado.

-¿Quieres estar drogada para la primera vez que hagamos el amor? -Bueno, al menos ahora es hacer el amor -¿Quieres olvidarlo? me estás utilizando ¿lo sabes? -Nunca sube el tono de voz pero sus palabras me llegan como cuchillas al pecho. 

-¿Entonces... no me darás de tú sangre?

-¡Claro que no lo haré! Mierda, ¡Igual tengo sentimientos Aria! -Se para botando agua por todas partes y se amarra una toalla a la cintura.

-No lo entiendes -susurro.

-¿Qué es lo que no entiendo? -pregunta enfadado.

-A mí.



Nuestra Frágil Luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora