Una tarde de baile y vinos su amor nació y se convirtió en la adición más grande que ellos algún día pudieron imaginar.
Elliot & Amy:
Querer volar tan alto como el halcón sin imaginar que jamás había volado más alto que el cielo de esa hada.
Ellos s...
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Si me pidieran cómo defina mi vida, pues, les diría que está centrada en mi familia, trabajo y en la vida nocturna. Siempre he sido libre y eso nunca lo cambiaría por nada ni por nadie. He pensado que un hombre no debe complicarse con una mujer.
¿Para qué hacerlo? Es mejor ser un halcón.
Somos adultos. Sabemos lo que queremos y lo que esperamos el uno del otro y eso tiene que tener claro una mujer que desee compartir mi cama. Las que no entienden esa situación, les deseo buena vida pero se olviden que en algún momento me cruce en su camino.
Las mujeres son exquisitas, nos llevan a un mundo de placer y cuando les dedicamos más de lo debido por ser unas excelentes amantes siempre esperan "Más que sexo" quieren que les prometamos una vida eterna y que busquemos la manera de bajarles las estrellas.
Mi padre desea verme de otra manera. Según el "que es momento de sentar cabeza" y que tendría que tener una buena mujer que cuide de mí y yo pueda cuidar de ella. Mi madre desea que los jardines de su casa se llenen con las risas y los gritos de un niño rubio de ojos azules.
Hago la cruz.
Eso mis padres no verán de mi parte.
Yo, Elliot Grey, no ha nacido para compartir en una casa con una mujer; soy como un halcón que vuela alto y ninguna mujer jamás cortaran mis alas.
Me gustan todo tipo de mujer y como soy un hombre de mundo sé que les gusta y que no. Ellas vienen a mí sin tener la necesidad de ser buscada y quién soy yo para negarme.
Salgo de mis pensamientos cuando la hermosa azafata me indica que pronto aterrizaremos en él Sea Tac. Después de dos maravillosas semanas en NY cerrando un contrato que mi constructora llevaba meses por obtener y al fin puedo descansar tranquilo, aunque puedo admitir que todo no fue trabajo y pude disfrutar de unas hermosas morenas que me hicieron relajarme y estar concentrado en el trabajo.
Ellas pensaron que había sido un placer para mí haber compartido con ellas y el placer fue para ellas.
Bellezas nunca les rompería el corazón sacándola de su error...
Sonrío.
Ellas no podrán olvidar la maravillosa noche que les ofrecí, yo por mi parte desde este instante no sé ni que existen.
Seattle, prepárate que acaba de llegar a quién anhelabas.
Camino por la zona de embarque y pienso que iré Hyatt House, en busca de buen trago y una hermosa compañía. Eso es lo mejor de la vida y si no la disfrutas que te llevarás cuando te toque alzar el vuelo.
Pues nada.
La noche no fue como esperaba y lamento decir, que lo mejor que encontré en la noche en este bar fue una copa de Coñac, porque de la compañía sin temor a equivocarme que era un fiasco. Ahora me encuentro en mi departamento disfrutando de una relajante ducha para descansar en mi enorme cama sin tener que escuchar los tediosos lamentos de una mujer necesitada. Al día siguiente me espera muchas complicaciones y ahora me dispongo a descansar y dejar de lado cualquier preocupación ya que con el día llegan sus nuevos afanes y como no los puedo resolver es mejor descansar.
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Siempre me he considerado una mujer afortunada porque tengo el amor de mis padres y mis hermanos. Siempre he sido optimista y veo la vida con alegría porque hay que vivirla intensamente ya que no sabemos cuándo dejaremos de existir en este mundo.
Sueño con encontrar un hombre que me proteja y cuide como mi padre lo hace con mi madre. No puedo negar que en cuestiones del amor he tenido muchos desengaños, los hombres confunden la coquetería natural por insinuaciones y quieren solo llevarme a su cama.
Con mis 27 años, nadie creería que continuo siendo virgen ya que la manera de los hombres de acercarse hacen que me cuestionen si son los adecuados para dar ese paso, realmente son hombres sin cerebro o con complejos de Don Juan o Dandy y para eso tengo uno en mi casa y con su ejemplo no deseo arriesgarme a salir lastimada por vivir y disfrutar de una noche de placer que solo me dejara un enorme vacío.
A pesar de eso no me ha detenido y anhelo que en algún lugar de este planeta exista alguien destinado para mí y que estuviera dispuesto a todo por estar en mi vida.
—Amy, es de mala educación ignorar a las personas. —Dice mi hermana con mala cara.
—Disculpa, Anastasia. Estaba pensando en algo que tengo pendiente en la oficina. —sacudo la cabeza para concentrarme en lo que estábamos haciendo. —¿Qué me decías?
Frunce el ceño.
—Estas muy extraña. Los preparativos para la vendimia están listo y solo tenemos que buscar nuestros vestidos para mañana.
—Eso ya lo tengo en orden y mañana tendrás un hermoso vestido blanco. Nos veremos hermosas. —Sus ojos me miran atentos. —Encontraremos a nuestros sapos y le daremos un beso... Y pummm. —Sonrío.
—Más bien creo que esos sapos se volverán más feos. —Dice divertida.
—Tendremos a nuestro príncipe encantado.
—Estas completamente loca, Amy.
Y así, pasamos el día revisando pequeños detalles. Con posibles negocios que hará nuestro padre para poder expandir nuestro patrimonio.
La noche llega sin darnos cuenta. La luna se asoma por el ventanal del estudio y me dispongo a subir a mi habitación para una ducha y dormir.
Cada es una experiencia nueva y aprendes algo que te hace crecer y madurar. Veremos que aprendizaje me dejara el día mañana y así poder ponerlo practica para los días venideros.
Con el pensamiento de que nos espera muchas cosas importantes para cada uno de nosotros me dejo llevar en los brazos del señor de los sueños.
