Capítulo 4

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Como todo el día de ayer estuvimos de arriba y abajo por la vendimia, nuestro padre decidió que no fuéramos a la empresa y que cualquier cosa lo podríamos resolver desde aquí

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Como todo el día de ayer estuvimos de arriba y abajo por la vendimia, nuestro padre decidió que no fuéramos a la empresa y que cualquier cosa lo podríamos resolver desde aquí. Él quería que compartiéramos en familia y por eso Edward durmió en casa.

Cosa que a mamá la tenía feliz.

Cuando estábamos desayunado nuestro padre nos informó que vendría el señor Grey y me pregunto, ¿Tal vez venga Elliot con él y podremos tener la oportunidad de conversar?  Me causo mucha gracia el comportamiento de Anastasia al saber que vería al guapo de Grey. Me divertí más al saber que Edward notó su nerviosismo y quise jugar un poco, pero Minerva apareció y ahí descubrí que la atracción fue mutua al ver las flores.

¿Quién si no el gran Christian Grey enviaría unas flores?  

Él fue el único que tuvo contacto con mi hermana ayer. Al preguntarle me fulminó con la mirada y salió hacia el jardín.  

Pronto vendrás y me contaras, pequeña.

Mi madre le sugirió a mi padre que invitará a todos los miembros de la familia Grey a cenar mañana y así poder hacer nuevas amigas y sobretodo buscarnos pretendientes de buena posición. Al ver que mi padre acepto su cara se iluminó y no cabía de su entusiasmo por preparar ella la cena.

Después de revisar unos documentos con Edward, decido ir a la habitación de Anastasia e informarle de nuestra futura cena con los Grey.

—Anastasia, necesito que me ayudes a elegir el vestido que me pondré mañana en la noche de la cena donde vendrán los Grey. —Entro bailando entusiasmada.

—Convenciste a papá para esa cena. —Dice sorprendida. 

Suspiro profundo. Porque por más que trato de entenderla no puedo.

—Lo hizo nuestra madre y por lo que puede ver les agradaron los hermanos Grey para sus pequeñas princesas. —Me río por los planes de mi madre y al darme cuenta que mi hermana no le pondrá problema.

—Mi madre siempre queriendo arreglarles la vida a los demás. —Se queja poniendo ojos en blanco.

Como puede decir eso cuando está haciendo florecitas y escribiendo el nombre de Christian Grey, preguntándose, ¿Por qué de no dejar de pensar en él? Decido no decir nada y disfrutar lo que nos ofrecen.

—¡Y eso me encanta! —Exclamo bailando.

—Por lo que veo va más allá que un capricho lo tuyo con Elliot. —Arquea la ceja. —Hermanita no te imaginas lo que ese hombre me hizo sentir cuando nuestras manos se tocaron.

—Ese hombre me fascina y sé que no le fui indiferente ¿Y a ti? —Chillo —Christian Grey te trae suspirando. —Le hago ver lo obvio.

—Amy, no digas tonterías. —Se remueve incómoda. —Crees que soy tonta, nadie escribe el nombre de una persona por nada.

Enamorada de un Dandy (#2) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora