Una tarde de baile y vinos su amor nació y se convirtió en la adición más grande que ellos algún día pudieron imaginar.
Elliot & Amy:
Querer volar tan alto como el halcón sin imaginar que jamás había volado más alto que el cielo de esa hada.
Ellos s...
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Toda esa ansiedad que me recorrió por todo el cuerpo al saber que estábamos mal ha abandonado mi cuerpo y solo ha queda una deliciosa sensación de felicidad. Sentirla tan suave y como aceptaba todo lo que mi cuerpo le entregaba. Mi boca no se conformaban con lo que me ofrecía y exigía mucho más.
Sus ojos preocupados me inquietaron y cuando de su boca salió el motivo que sus ojos se cristalizaron quede pasmado. Saber lo descuidado que había sido y dejarme llevar por esa pasión que ella despierta.
No protegernos por dos ocasiones.
Me burle de Edward y Christian por haberse comportados como adolescentes inexpertos y aquí estoy yo haciendo lo mismo. Si las consecuencias a mi irresponsabilidad es un embarazo no saldría corriendo y lo afrontare feliz por ser con ella.
Unos meses hacia la cruz y ahora lo veo de manera natural.
Disfrute de su nerviosismo porque su hermano descubriera lo que había pasado en aquella pequeña casa. Se podía ver en sus ojos la incertidumbre grabada, por eso quise jugar un poco.
—Piensa en lo que hemos vivido en aquella casa hace unos minutos atrás. —Susurro en su oído, provocando un pequeño gemido cuando mis manos viajan por su espalda y mis dedos se pierden por su piel desnuda.
Sus ojos me miran con horror y trato de ocultar mi sonrisa sintiendo la mirada de Edward sobre nosotros. La vemos alejarse y mi ansiedad vuelve a creer de solo pensar que puede cambiar de opinión.
—Elliot, no quiero que tomes a mal lo que te diré, pero no quiero que lastimes a mi hermana. —dice con voz calmada. —Ella es demasiado tierna y frágil aunque no lo demuestre. Hay cosas que tú ves normal, pero ella no. Su relación será un reto para ambos y tendrán que tenerse paciencia y manejar todo con cabeza fría. Cuídala y ámala que eso hará ella por ti y te aseguro que cada día que vivas a su lado será mejor.
Lo sé.
—Eso haré. Lo más importante para mí es mantener esa hermosa sonrisa en su rostro. —Digo.
Entramos a la casa y en mi rostro se instala una sonrisa al fijar mi mirada hacia el sofá. Donde hace unos minutos la había hecho mía. Mi mirada va al suelo cerca de la chimenea donde descansa la rosa que Amy tenía en sus manos. Camino hacia ella y me pongo en cuclillas para tomarla y guardarla en el bolsillo de mi americana.
—Esta casa es el refugio de mis hermanas desde que eran niñas. Por eso mi padre quiere remodelarlo para que ellas estén cómodas cuando estén aquí. —Me explica.
Escucho atento los cambios que desean hacer y mi mente recrea las mejores modificaciones para hacer el mejor lugar de mi pequeña hada. Lo que no sabe que este lugar tiene mi huella y haré que desde el momento que entre tenga presente que fue mía.
