Capítulo 12

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Después de hablar con Amalia para vernos en el Seattle J.M. Tennis Club para disfrutar de un buen partido de Tennis. Llego a mi casa y subo corriendo las escaleras para darme una ducha y cambiarme.  Me visto con una blusa blanca con rayas rosa, falda corta blanca, short blancos y unos tenis a juegos. Hago una cola alta y listo.

Al llegar al club lo primero que hacen es recordarme al "Dandy de Elliot Grey" con un "adiós hermosa". 

El impertinente valet parking, lo fulmino con la mirada y en un susurro se disculpa. Mientras caminaba por las instalaciones saludo algunos conocidos y puedo ver a mi amiga tomada de la mano en modo de seducción con el entrenador más codiciado de este lugar.

—Richard, ¿hoy serás nuestro entrenador?—-Pregunto al llegar a ellos y así los demás dejen de observar la escena tan romántica entre estos dos.

—Hermosa como siempre la señorita Amy. —dice con diversión. Ruedo los ojos por su estúpido comentario de "Hermosa" será que harán que lo recuerde a cada momento. 

—Me gusta que me llaman por mi nombre Robinson. —Contesto cortante. 

Abre los ojos por mi brusco cambio. Se disculpa con algo de incomodidad y mantiene la distancia. 

—Amy, estas un poco extraña, ¿sucede algo? —Pregunta Amalia, frunciendo el ceño por mi respuesta.

—Discúlpame, Richard. —Asiente. —He tenido un día complicado y para completar mi frustración el idiota valet parking queriendo hacerse el seductor conmigo. 

—Iré a cambiarme y las veré en la cancha cinco. —Dice. Los ojos de Amalia me miran de manera inquisitiva y exige.

—Suelta lo que te quieren con tan mal humor o mejor dicho ¿quién es?

—Es algo que ni yo misma entiendo. —Digo resignada.  

Desde ese día que nuestras miradas y esa sonrisa seductora se coló en un lugar y me tiene alterada. Elliot Grey, no es bueno para mí. Salgo de mis pensamientos cuando siento la mirada de Amelia esperando que continúe. 

—¿Podemos hablarlo después del partido? —Ruego.

—Esta bien, pero de aquí no te vas sin que me cuentes. —Advierte. Asiento y me regala una tímida sonrisa.

Nos dirigimos a la cancha que nos fue asignadas y disfrutamos de un emocionante partido donde Richard regañaba a Amalia por levantar el brazos más de lo debido y bajarlo con excesiva fuerza y rapidez. Jugamos un buen partido. Acordamos volver la próxima semana. Richard se despide por tener su siguiente clase y nos desea una excelente tarde. Se aleja no sin antes dedicarle un guiño a mi loca amiga.

Hablo con mi amiga Amalia y le cuento lo ocurrido con Elliot la otra noche y lo mal que me sentí al ver que no es más que un mujeriego. Le conté mi atracción por él desde el primer momento y lo ilusionada que estaba. Me aconsejó que siguiéramos con nuestra amistad y que le demostrará que me era totalmente indiferente y así descubriría que no soy del tipo de mujer del cual estaba acostumbrado. 

Enamorada de un Dandy (#2) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora