Capítulo 54

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En la vida hay cosas que te superan y más si ellas afectan al ser que más ama. Miro los ojos de mi hermosa y en ellos se refleja un profundo dolor y saber que sería el causante en que esa herida se haga más honda, eso me destruye.

—Grey. -Advierte. —Respiro profundo.

—La doctora cuando estaba haciendo la ecografía apreció la existencia de un saco gestacional donde indicaba un embrión pero estaba vacío... —un nudo se instala en mi garganta.

—¿Eso qué quiere decir? —susurra.

—Que había un bebé. —Una solitaria recorre mi mejilla. —Amy... eran tres bebés pero uno no... —No termino de hablar porque ella entiende lo que le iba a decir.

—Mi pequeño... perdí a un bebé. No, por favor. —Su llanto se vuelve un grito y se aferra a mi pecho con fuerza.

La sostengo con fuerza y lloramos por aquella perdida. No sé cuánto tiempo llevamos aferrados llorando. Dándonos consuelo.

—Perdóname, Amy por no cuidarlos. —suplico, llorando con ella.

Su cuerpo se tensa y levanta la mirada.

—No fue tu culpa. —dice.

—Yo debí... —Su mano acaricia mi barba.

—Cielo, ninguno sabíamos de mi embarazo.—Asiento.

Acerco mi rostro al de ella para darle un beso y sus cálidos labios me reciben.

—Te amo, hermosa. —Susurro en sus labios.

—Yo también, te amo. —dice y me da otro beso antes de esconder su rostro en mi pecho y mis brazos la cobijen.

Escucho su pequeño llanto y no puedo evitar llora con ella. Lloramos la pérdida de nuestro pequeño, pero debo hacer que se calme por el bien de nuestros pequeños. Levanto su rostro para que me mire.

—Tienes que tranquilizarte por los bebés y por tu salud. Trata de descansar que estaré aquí cuando despiertes. —Asiente.

Los minutos pasan y su respiración es pausada y siento que se ha quedado dormida por el sedante que le suministraron. Estoy mirando por la ventana y entran Edward y Anastasia. Contemplan unos minutos a Amy dormir.

—Nos enteramos de los bebés y lo que pasó. —Susurra con sus ojos cristalizados.

—Lamentamos que tuviera que pasar todo esto para que se enteraran de la llegada de sus bebés.—Dice Edward.

—Sí, ahora estaríamos celebrando la noticia que pronto llegarían a nuestras vidas tres angelitos. —La puerta se vuelve abrir y entra Christian. —Pero ahora uno de ellos cuidara a sus hermanos como su ángel guardián. —le respondo, volviendo la mirada en el cielo.

Enamorada de un Dandy (#2) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora