Capítulo 49

303 40 4
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


No pude elegir mejor día para no dormir en mi casa. El día más esperado por ambas familia ha llegado.

Sólo a mí se me pudo ocurrir venir a dormir con Elliot el día antes de la boda de mi hermana y no estar con ella ayudándola. Ahora estoy a la carrera por ir a casa. Mis reclamos son interrumpidos por el cuerpo desnudo de Elliot. Mi mirada recorre cada músculo y se detiene en su adictiva erección.

¿A que sabrá?

Amy, ¿Qué pasa contigo?

No es que sientas asco de pensar hacer la felación, nunca he sentido deseos de hacerlo, pero ahora no puedo evitar que mi boca se vuelva agua por probarla.

Dejo el cepillo en la cómoda y camino hacia él. Sigue secando su cabello y me arrodillo para llegar hasta él. Lo miro y me invita a probarlo y eso haré. Con manos temblorosas lo agarro y siento el cuerpo de Elliot tensarse.

—Hermo.... —su voz queda en el aire al sentir mis labios rodear su glande. —Joder. Gruñe.

Levanto la mirada y está con la boca abierta buscando aire y en ese momento baja la mirada para toparse con la mía. Su mirada está llena de lujuria y sé que mis ojos le piden que se deje llevar, mi mano libre va a su trasero y lo atraigo más a mí.

—Hermosa, no sé lo que pretendes demostrarme, pero me estas volviendo loco. —Mi lengua juega y su falo vuelve a perderse en mi boca. —Oh, hermosa.

Sus gemidos y gruñidos me demuestran que está disfrutando lo que le estoy haciendo y eso me insta a seguir. Como una mujer como yo puede darle tanto placer con mi poca experiencia. Él ha tenido las mujeres más experimentadas y que lo podrían volver loco con sus habilidades y solo pensar en eso me enerva y soy dispuesta a demostrarle que conmigo tiene mucho más. Pero tengo la recompensa y la satisfacción de descubrir como su cuerpo me demuestra que su placer lo supera.

¡Oh, cielos! No estoy menos que él.

Estoy perdida con todo lo que su cuerpo despierta en mí. Mi interior se contrae con cada gemido que sale de sus labios, siento mi sexo humedecer más y más, pidiendo a gritos su atención. Sus caderas se mueven desesperadas y siento que llega hasta la base de mi garganta. Sus maldiciones me excitan más.

¡Oh, me gusta tener ese poder sobre él!

—Eres muy traviesa. —gruñe. Cuando mis labios son arrastrados por toda su longitud y quedar atrapados en su glande, mi otra mano acaricia sus testículos y eso parece debilitarlo, su cuerpo empieza a convulsionarse y a maldecir con mayor intensidad. Sus manos agarran con fuerza mi cabeza y siento como un líquido se esparce por toda mi cavidad bucal.

—Joder, Amy. —dice apretando los dientes. Mi lengua borra cada rastro de semen y sus ojos me miran con diversión.

—¿Te gustó?—Pregunto con picardía, mirándolo a través de mis pestañas. Su respiración agitada por la intensidad del momento.

Enamorada de un Dandy (#2) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora