Capítulo 11

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Despierto con un fuerte dolor de cabeza y con unas notables ojeras por la pésima noche que pase. Nunca había pensado que lloraría por haberme sentido tan pequeña para alguien. He sufrido decepciones pero nunca me había importado y seguía mi vida como si nada hubiese ocurrido, pero anoche sentí que todo en mi interior se quebró por completo.

Sus palabras abrieron un grieta en mi pecho.

Entro en al cuarto de baño. El espejo aparece el reflejo de esa chica apagada que nunca he sido, me mira burlándose de mí. Después de una cálida ducha me visto con pantalón Azul marino, camisa blanca, una chaqueta y un bolso azul marino, zapatos a juegos, collar en marrón y no podían faltar las perlas en este conjunto. 

Salgo corriendo de la casa sin desayunar ya que voy retrasada para la reunión que tengo programada a las 8h con los encargados de la naviera Hamm. Ellos serán los encargados de los embarques de los barriles de vinos hacia España. Después de una hora de ver los puntos, en los cuales no me convencieron. Acordamos que enviarían una nueva propuesta y programar una nueva reunión en los próximos días.

Despido a los ejecutivos de Hamm y me encamino a mi oficina, pero la voz de Clare me detiene.

—Amy hacen unos minutos llegaron meseros del Fairmont Olympic Hotel.—Comenta.

—¿Del Fairmont? Nosotros no hemos ordenado sus servicios. —Le digo con curiosidad.

—Nos informaron que lo enviaron para usted. —Responde. —Les indique su oficina y está servido en su mesa de reuniones.

Asiento y camino a mi oficina preguntándome ¿Quién lo habrá enviado? Al entrar encuentro la mesa de reuniones perfectamente decorada con unas hermosas Lantana, moradas, blancas y amarillas.

¿A quién se le ocurriría que me comería todo esto? ¿Serán de Elliot?

No creo que haya sido él.

Camino hacia la mesa y encuentro una pequeña tarjeta colocada sobre las servilletas. Mis manos tiemblan al tomar la tarjeta. 

Tarjeta:

Hermosa Amy,

Espero que disfrutes de este delicioso desayuno y puedas permitirme hacer que olvides el mal momento que te hice pasar anoche.

Me encantaría volver a disfrutar de tu compañía en una pista de baile o en un restaurante.

¿Cenamos esta noche?

Esperare tu respuesta por una llamada o un correo electrónico.

Elliot Grey.

Una enorme sonrisa se instalada en mi rostro y no puedo contener la emoción al saber que este Dandy ha tenido un hermoso detalle. Había pensado que por su estilo de vida no era de los hombres de flores para evitar mal entendidos, pero enviarme acompañado del desayuno unas hermosas flores.

Enamorada de un Dandy (#2) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora