Capítulo 59

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Esta semana un frío infernal ha helado todo mi cuerpo con la distancia que ha dejado claro entre los dos mi hermosa hada

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Esta semana un frío infernal ha helado todo mi cuerpo con la distancia que ha dejado claro entre los dos mi hermosa hada. Una semana sin poder tenerla cerca, una semana sin poder embriagarme de su exquisito aroma y sin poder saborear sus deliciosos labios.

Todo ha sido una maldita tortuga.

Sé que debo ser paciente y dejar que enfrente los cambios en este momento de dolor y busque el mejor camino para salir de ellos. Sobretodo dejar de pensar en todas esas tonterías que le habrá dicho Lissette. Observo como vamos descendiendo y solo anhelo que esa hermosa hada que ilumina mis días vuelva a ser quien era.

—Estos días alejado darán los frutos deseados.— Anima, Christian .

—Eso espero.

Recibir la llamada de Carla informando que todo está bien con nuestros pequeños y sobre todo que mi hada ha presentado un cambio favorable en su estado de ánimo, provocó una sonrisa en mis labios. Sin poder evitarlo, deje todo y corrí a su lado con la convicción que nuestro encuentro sería diferente.

—Mi hermosa hada de ojos verdes ha regresado. —Con ese pensamiento llegue a su casa.

Subí las escaleras con el corazón acelerado por la anticipación de encontrarme con ese brillo en su mirada. Abro la puerta con esa necesidad de sentir su calor.

—No entiendes que no quiero verte. —Susurra sin siquiera mirarme. Mi sonrisa abandona mi rostro y el peso de los días cae con más fuerza. —¿Por qué has venido?
Esa emoción que nació de sentirme vivo en el momento de sentir sus latidos al mezclarse con el mío, junto con esa ilusión que guardó mi corazón se habían esfumado.

¿Por qué cambió su estado de ánimo? Trato de no mostrarme afectado y le respondo.

—Porque amo a mi mujer como a nada en este mundo. —Sonrío, esperando algún cambio en ella, pero no pasa. —Por eso haría lo que sea necesario por ella y para estar a su lado.

Cuando mis ojos la vieron tan hermosa, tan mía, mi mundo se llenó de color. Nunca iba a imaginar que dijera que era mejor que me fuera a volar otro cielo y a saciar mis necesidades.

¿Mis necesidades?

Ella es mi necesidad.

Quise creer que se tratase de una broma, pero sus ojos reflejaban esa determinación que tanto conozco en ella.

¡Carajo, porque no entiende que todo lo que hago es por ella y por nuestros bebés!
Solo debemos esperar unos poco más y podré complacerla como tanto deseamos.
Pero no, ella no lo ve así. No dejó que la tocará.

Sé que es por no haberle hecho el amor aquella noche.

Desde ese día todo cambió y para mal. Sumandole el encuentro casual con una ex amante.

¿Que carajo le dijiste, Lissete?

¡Mierda y mil veces mierda!

Las hormonas se han vuelto en mi contra y su rechazo me está matando. Sé que tengo que tenerle paciencia y por ella soy capaz de esperar sin tocarla todo el embarazo y sería feliz con tenerla a mi lado.

¡Oh, hermosa, como deseo besar todo tu cuerpo y más tu vientre donde ahora es el hogar de mis ángeles!

—Ahora debes tener un pequeño bulto que muestra a nuestros bebes. —Sonrío con nostalgia.

Entro al estacionamiento con ese sabor amargo que deja su distanciamiento. Enciendo la luz al entrar a mi apartamento y todo grita su nombre.

—¡Cuanto la echo de menos!—Mi voz se quiebra y siento cómo una lágrima se pierde por mi barbilla. —Que frío se siente este lugar que ahora pertenece a ella y a quien necesito aquí conmigo.

Entro a mi habitación y sin poder retener que mi mirada viaje a esa cama donde tantas noches la hice mía y donde su cuerpo descanso en mis brazos.

—Tantas noches de pasión y ahora tantas noches de dolor.

Tomo mi iPod para acallar ese silencio que me arropa. Con el control remoto a la mano selecciono dos canciones para su repetición.

—Otra noche en soledad. —Las melodías de The Bangles -Eternal Flame". Empiezan a sonar mientras me desvisto.

Entro al cuarto de baño para darme una ducha y calmar mis pensamientos. Abro el grifo y dejo que el agua caliente se lleve el cansancio de estos días. Los cuales me están pasando factura y el cúmulo de trabajo es asombroso. En estas semanas de ausencia en la constructora se han duplicado los contratos. Los clientes, los cuales requieren mi presencia y asesoría. Esa fue la razón por la que he tenido que ir a la oficina y alejarme de ella por unas horas y las que provocaron su distanciamiento.

—Amy, te echo de menos. Debí dejarlo todo y estar todo el tiempo con mi mujer. —Recargo mi frente en la pared. —Perdón, porque no fue así. —Levanto la cabeza hacia el chorro y me da la bienvenida una sensación de paz que hace unos días había perdido.

Enamorada de un Dandy (#2) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora