Elliot me informó que iremos a cenar los cuatro. Salgo de la oficina pensando en lo que ocurrió entre Edward y Mía, espero que las cosas entre ese par se solucionen pronto.
Llego a mi casa y me detengo a mirar cada rincón donde corría y me escondía cuando era niña, aunque he vivido por años no la siento como tal. Subo las escaleras y en los pasillos se escuchan las risas de tres niños que volvían locos a sus padres con sus travesuras.
Aunque suene loco se escucha tan extraño decir "Mi casa".
Abro la puerta de mi habitación y se siente tan fría y es porque no tiene ese calor que le da la cercanía de Dandy. Miro las cortinas verdes, las sabanas, cojines a juegos y todos los adornos que compre con tanta ilusión ahora me son ajenas.
En estos momentos y todo lo que se encuentra en esta habitación no las siento parte de mí y eso lo siento desde que dejé entrarlo en mi vida, todo ha cambiado y solo a su lado me siento en casa.
Salgo de la habitación en busca de un vaso de leche y las conocidas voces de mis padres me detienen al pie de la escalera.
Mi papá está seduciendo a mi madre de una manera tan divertida que no puedo evitar sonreír. Ellos a pesar del tiempo conservan esa llama de amor que muchos desean sentir.
La sonrisa de chiquilla de mi madre hace que ponga los ojos en blancos al imaginar lo que estaría planeando mi padre para demostrarle que tan travieso puede ser. Pasa por mi lado y me guiña un ojo y escucho como su puerta se abre y vuelve a cerrarse.
Niego divertida y sonrojada por la noche que tendrán ese par.
Entramos al Canlis con nuestros dedos entrelazados y las miradas de esas modelos se posan en nuestros hombres y se detienen un momento en nosotras con algo de odio grabado en sus ojos.
—Me siento afortunado que los hombres vean la hermosa mujer que está a mi lado y que el único que puede tener el privilegio de su compañía soy yo. —Dice besando mi mano.
— Yo que las mujeres sepan que no estás disponibles y que deben mantener su distancia. —Le digo con una sonrisa que deja una clara advertencia.
—Ustedes están claros el uno del otro y las mujeres también. —Dice Christian.
—Bros, Amy sabe que mis ojos y todo mi cuerpo le pertenece. Si no estuve con alguien antes de estar con ella, ni siguiera una mirada habría ahora. Te amo, hermosa.
~*~
Me levanto sin ánimos de ir a trabajar. A Elliot se le presentó un viaje de última hora en el día de ayer. Estará dos días en Beaverton, Oregon para supervisar un nuevo proyecto. Desee que enviara a Davis en su lugar, pero como dueño de la constructora debe ocuparse el mismo de ese contrato.
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Enamorada de un Dandy (#2) Sin editar
Hayran KurguUna tarde de baile y vinos su amor nació y se convirtió en la adición más grande que ellos algún día pudieron imaginar. Elliot & Amy: Querer volar tan alto como el halcón sin imaginar que jamás había volado más alto que el cielo de esa hada. Ellos s...