Capítulo 55

422 51 4
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Recargo la cabeza en la pared frustrado por no saber cómo hacerla reaccionar y entienda que no le hace bien esa actitud que ha tomado. Me siento culpable por haberle hablado de esa manera cuando necesita de mis cuidados. Pero fue la única manera que encontré para que lo hiciera.

Respiro profundo y tomo el pomo de la puerta para volver con ella. Al abrir la puerta escucho su suplica.

—Elliot, no me dejes. —Llego hacia ella y la tomo en mis brazos. —Perdóname por no ver que sufres al igual que yo. —Me abraza como si temiera que la rechazara.

—Perdóname, hermosa por hablarte así. Te amo con todo mi corazón y esos bebés son mi alegría y nos están dando la oportunidad de tenerlos con nosotros y tenemos que hacer todo como padres para traerlos aquí sanos y salvos.

—Te prometo que me comeré todo y me cuidaré, pero come conmigo. —Susurra.

—Si quieres llorar hazlo en mis brazos. —Así lo hace y sus pequeñas manos se aferran a mi cuerpo. Estremeciéndose con el llanto y dejo que desahogue todo lo que lleva en su interior.

Le pido a Reynolds quién cuidará a Amy de ahora en adelante nos traiga una sopa de pollo y puré con pechuga a la plancha y jugo de mandarina para ambos. Después de veinte minutos llega nuestro pedido y me dispongo a ayúdala a comer.

—Vamos a comer algo. —Le digo. La observo comer con ganas y me siento tranquilo porque sé que hemos avanzado unos pasos en un largo camino. La ayudo a cepillarse y le pongo una bata.

—Te quedarás conmigo esta noche. —Dice en voz baja, mirándome con la súplica en sus ojos.

—Esta noche y todas las que estarás aquí. —beso su frente. —Ahora es hora de dormir.

Asiente como una niña y me mira esperando que vaya a su lado. Me acuesto con ella y se acomoda en mi pecho y mis dedos acarician su cabeza.

~*~

—Hola hijo. —entra mi madre con una cálida sonrisa.

Despacio depósito a Amy en la almohada y me levanto de la cama.

—Madre. —llego hasta ella y beso su mejilla. —Salgamos para que no despierte.— Asiente y caminamos hacia el pasillo.

—¿Cómo está? —pregunta sentándose en un sofá.

Me dejo caer en el sofá cansado y sin encontrar la luz a través del túnel.

—Su actitud me preocupa y tuve que ser fuerte con ella para que probara alimento. Sé que es un dolor muy grande, pero debe pensar en que hay dos pequeños angelitos que la necesitan. Madre la dejo llorar porque sé que su alma lo necesita pero también sé que, eso le hace daño.

—Es un proceso muy doloroso pero en unos días ella estará más calmada. Se su consuelo y déjala que se desahogue.

—Madre, yo quisiera llorar y sacar todo este dolor por haber perdido una parte de mí y... —Mi voz se pierde.

Enamorada de un Dandy (#2) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora