Capítulo 44

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Salgo del cuarto de baño y miro el reloj de la mesita de noche, son las 2:30 am. Me acerco a la cama y contemplo lo hermosa que se ve dormida en mi cama. Su cabello largo a un lado de la almohada. Con cuidado me inclino sin poder evitar que mi boca recorra su cuerpo desnudo y sus gemidos inundan la habitación. Sonrío cuando su boca busca a tientas la mía.

—Hermosa, despierta. —Susurro, rozando mi nariz en su espalda.

—Ven conmigo. —Murmura, colocando su mano en mi pierna.

—Tengo que llevarte a tu casa. Antes que tus padres noten que no has dormido en casa. —Se levanta dejándome ver sus encantadores senos.

—Quisiera pasar contigo las últimas horas que me queden del día antes que te vayas de viaje. —Dice con voz ronca, subiéndose en mi regazo. ¿Si así lo deseas?

—A mí también me encantaría dormir toda la noche contigo. —Sonrío con malicia recorriendo su cuerpo.

—¿Puedo quedarme contigo esta noche? —Pregunta con sus ojos verdes encendidos, mientras juega con mi cabello.

—Sería un exquisito placer pasar el resto de la noche abrazo a tu delicado cuerpo. —Le beso su cuello y con sumo cuidado la deposito en la cama. —Iré a cambiarme. —Le doy un beso.

Me levanto de la cama y voy a armario para ponerme un pantalón pijama. Regreso y, me acomodo en la cama y la atraigo a mí, beso sus labios para luego acomodarse en mi pecho. Su mano juega con los vellos de mi pecho y yo acaricio su espalda con movimientos circulares hasta que siento que su respiración es calmada.

Me siento feliz por tenerla a mi lado. Hacer el amor con Amy, es igual abrazarla, verla dormir y acariciarla. Lo que nos une no sólo es la piel, ni la pasión, a ella me une una caricia, una sonrisa o una mirada que me hace sentir satisfecho con todo lo que ella es capaz de entregar. Beso su frente antes de cerrar los ojos dejándome llevar por el sueño.

~*~

Despertamos temprano porque mi vuelo es al medio día y tan pronto llegue debo ir a la obra para revisar los cambios a realizar. Disfrutamos de una ducha entre besos y caricias que hicieron que volviera hacer mía con urgencia.

A veces me pregunto, ¿Qué tiene esta mujer que ha hecho que sea dependiente de su piel?

Por más que la siento me muero por volver a sentirla una vez más.

Llegamos a su casa y en sus ojos podía ver una sombra de tristeza que quiso ocultar con una hermosa sonrisa que no llegó a sus ojos. La atraje hacia mí y con pequeños besos le dije lo que sentía en ese momento.

—Tú y solo tú ocuparás mi mente y corazón en estos días que estaremos separados y nada ni nadie borrará la huella que ha dejado tu sabor, tú aroma, la suavidad de tu piel sobre la mía, ni mucho menos la calidez de tus manos sobre mí. —Digo sin apartar mi mirada de sus hermosas esmeraldas.

Enamorada de un Dandy (#2) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora