Capítulo 64

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 Todo en mi pierde estabilidad al ver como la figura de Elliot desaparece por la puerta dejando totalmente paralizada sin poder moverme ni hablar comprendiendo que mi intransigencia fui capaz de decirles tales palabras

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Todo en mi pierde estabilidad al ver como la figura de Elliot desaparece por la puerta dejando totalmente paralizada sin poder moverme ni hablar comprendiendo que mi intransigencia fui capaz de decirles tales palabras.

¿Cómo pude ser capaz de lastimarlo?

Mi dandy solo procuraba el bienestar nuestro en todo momento y siempre antepuso mi bienestar ante cualquier cosa y lo quise interpretar como una manera de controlar mi vida.

Mis lágrimas salen y siento cómo el dolor que sus hermosos ojos y sus palabras reflejaron.

«Golpe bajo, señorita Amy Steele»‎

—Soy una tonta. —Cubro mi rostro con mis manos.

—Diría que has sido muy injusta en todo este tiempo con la persona que ha demostrarte amarte más allá de todo. —La voz de mi padre se escucha en todo el despacho.

—Papá... —Sollozo.

—Con ese hombre que ha dejado absolutamente todo a un lado y eso incluyen su propio dolor al ver como esa preciosa mujer fuerte se pierde por no saber enfrentarte a las pruebas que la vida le presenta para que pueda hacerse más fuerte. —Camina hacia el sofá.

—He sido más que injusta.

—Un hombre que no era de corazones y flores, pero se convirtió en uno, solo por esa hermosa mujer que ama más que a su propia vida.

—Ha cambado todo por mí y yo... No lo merezco, papá. —Observo el ramo de Lantaras que mi padre me extiende de diversos colores. —Todo un dandy enamorado. —Sonrío tomando las flores.

—Amy el amor se entrega sin detenerse a pensar si esa persona es merecedora de el o si en el proceso saldremos lastimados, se ama y punto. —Toma mi mano y me lleva al sofá, sentándome en su regazo. —Elliot aprendió contigo ese sentimiento y ha descubierto en el proceso como todos, que se puede ser feliz como también, se puede sufrir en el proceso, pero eso no lo detuvo para arriesgarse y estar a tu lado.

—He aprendido tanto de él y siento que todavía nos faltan muchas por aprenderle.

—Así es, princesa. Desde tu accidente ha demostrado que su amor va más que cualquier distanciamiento o una tonta discusión princesa, su amor lo soporta todo. —limpia mis lágrimas. — ¿Sigues amando a Elliot? —Su voz es paternal como si fuera una niña de cinco años.

—Lo amo con toda mi alma.

—Lo estas demostrando de la manera equivocada, princesa. Viene aquí para estar contigo dejando sus obligaciones y recibe las palabras mas crueles que podría recibir del ser que se ama. —Escuchamos el toque la puerta. —Pase.

—El señor Elliot trajo esto para ti, mi niña. — dice mi nana con una bandeja, colocándola en la pequeña mesa.

—Gracias, Minerva, ¿Entiendes ahora lo que él siente por ti? —Asiento recordando ese día en mi oficina.

—Sí. —Sollozo—Estuvo aquí para pasar su tiempo conmigo y hacer este encierro más llevadero. —Besa mi cabeza.

—Quería disfrutar de su familia, princesa. Eso es lo que son ahora, una hermosa familia que empiezan a descubrir lo importante que son para cada uno.

—Mi familia. Tengo que hablar con él y disculparme por mi comportamiento. —Me levanto de su regazo.

—Es lo mejor. Recuerda que nadie te cuidara mejor en este momento que Elliot, ni siquiera nosotros que somos tus padres. —Le sonrío. —Ve a buscarlo, estoy seguro que te recibirá con todo el amor.

—¿De verdad, lo crees? —Susurro con temor de haber llevado todo al límite.

—Doy fe de ello. Reynolds te llevara a su lado.

—Gracias, papi, te amo. —Me abraza, besando mi cabeza.

—Ve con cuidado, pero sobre todo con tranquilidad. —Asiento saliendo del despacho.

Recorro el pasillo con una sonrisa en el rostro, recordando aquel mensaje en nuestra primera separación antes de irse a Los Ángeles.

«Te amo y mis alas están lastimadas por no volar en tu cielo.»

—Mi cielo necesita tanto de ese halcón para pueda volar muy alto hacia mí, pero ahora sus alas estas lastimadas por mis crueles palabras, ojala y me permita curarlas.

Abro la puerta principal encontrándome a Reynolds conversando con John y me acerco hasta donde se encuentran.

—Buenos días. —Saludos nerviosa.

—Buenos días, señorita Steele. ¿Necesita algo?

—Puedes llevarme a la oficina Elliot. Necesito hablar con él.

—El señor Grey nos ha ordenado que la llevemos donde usted desee. —asiento entrando al auto con su ayuda.

El camino a su oficina se hace eterno y solo deseo que todo lo que le haya hecho paso no termine por alejarlo definitivamente de mi, el miedo me recorre al recordar aquellas palabras que una vez me dijo.

«Hermosa, quiero que entiendas que la única que puede hacer que no esté a tu lado, eres tú.»

No quiero eso y ahora me arrepiento por no ver lo que estaba frente a mi. Su infinito amor hacia nosotros.

Entramos al edificio en completo silencio y mis nervios se incrementan por saber que lo veré en unos minutos.

—Amy, ¿Qué haces aquí?—Dice Christian sorprendido.

—Hola, Christian. Viene a ver a Elliot. —Me sonrojo por su mirada.

—Elliot no está aquí. Tengo entendido que estaba contigo en casa de tus padres. ¿Ha pasado algo?—Bajo la mirada avergonzada.

Escucho un pequeño suspiro. 

—Entiendo. Ven conmigo

—Christian, he...—Niega algo pensativo.

—Vamos a ver dónde esta y puedan arreglar lo que ha pasado.

Caminamos en silencio hacia su oficina deseando que Christian no me reprenda por lo que imagina que ha pasado. Busca en su chaqueta su teléfono sin dejar de mirarme y sus ojos grises me ponen mu nervosa.

—Lelliot, estoy en tu oficina y me han dicho que no estas. ¿Dónde estás, bros?

Espero impaciente mientras transcurre su pequeña conversación sin que los ojos de león de Christian se aparten de mi.

—Es algo que sabía sucedería. No, claro... Se más que nadie eso. —Ríe a carcajadas. —Cuídate. Está en el YK Greek Cuisine revidando unos detalles que le ha pedido Yan.

—Gracias, Christian.

—Siempre, Amy. Respira profundo para que puedas relajar los nervios y ve a arreglar las cosas con ese hombre que tanto te ama.

—Fui tan injusta con él, Christian. —Sollozo. —Siempre a mi lado y yo...

—Todos en algún momento hemos sido injustos con el ser que mas amamos, pero lo mas importante es que somos capaces de remediarlo y hacer que todo sea poco ante nuestro amor. —Sonríe con un guiño que me hace sonrojar. —Tranquilízate todo estará bien. Reynolds vayan con cuidado.

—Gracias de nuevo. —Asiente.

Enamorada de un Dandy (#2) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora