Capítulo 32

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Sus besos se vuelven más salvajes, que arranca de mi garganta un sonido animal

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Sus besos se vuelven más salvajes, que arranca de mi garganta un sonido animal. Sus manos se aferran a mi cabello y me dejo llevar donde ella quiera llegar. Sus dientes muerden mi labio inferior y me fascina esa faceta de Amy que he despertado en ella, que pueda mostrar lo que provoco con mis caricias.

—Te deseo. —Jadea. Buscando más contacto. Sus ojos verdes me miran con un fuego que puede quemarme. —Quise escapar de lo que me haces sentir pero no pude. —Confiesa. 

—Oh, no pudimos escapar, hermosa. —Le corrijo. Sonrío y beso su nariz antes de levantarla, enreda sus piernas en mi cintura. Camino sin dejar de besar y la deposito en la cama con suavidad.

—Te haré. Beso su barbilla. El amor. Beso su cuello. Por todas las veces. —Sigo el camino de sus senos. —Que desee. Beso un seno. Hacerlo y no pude. Beso otro. Ahora disfrutare de tu sabor. —Digo antes de apoderarme de su seno.

—Oh, Elliot. —Gime. Sus gemidos me vuelven loco y no puedo esperar para hacerla mía toda la noche. Tomo un preservativo y me lo coloco. —Quiero escucharte, hermosa. —Gruño al entrar en su ardiente interior.

Sabía que estaría jodido.

—Cielos. —Grita. Sus caderas buscan las mías y sus movimientos me exigen mucho más, haciendo que me pierda y la embisto con fuerza dejándonos envolver por el placer. 

—Eso es, hermosa. Me tienes a mil. —Mi boca silencian sus gritos. Sus uñas se encarnan en mi espalda haciéndome gruñir. —Eres mía y me siento en el cielo porque lo eres tú.

Continúo demostrándole todo el amor que le tengo. No solo amo su cuerpo, sino que me entrego amando su alma. 

—Te amo Elliot. —Grita al sentir como el orgasmo arrasar a su paso. 

—Mi Amy bonita. —Gruño, mis movimientos aumentan cuando sus paredes aprisionan mi miembro de una manera enloquecedora, llevándome con ella. —Te amooooo. —Grito. Sacudiéndome como nunca y descargando todo lo que succiona de mí.

Mi cuerpo pierde fuerza cayendo sobre su cuerpo sin poner todo mi peso. 
Levanto la cabeza y sus ojos brillan con el deseo grabados en ellos. Sonrío porque estoy igual que ella con las ganas de volverla amar.

Joder. Como puede dejarme así.

—Espero que te haya quedado claro que eres mía. Solo mía, Amy Steele.

—Sí, solo tuya, Elliot Grey. —Susurra. 

Mis labios se apoderan de los suyos y comienza una batalla que no estoy dispuesto a dejarla ganar.

~*~

¿Cuantas veces desee este momento?

Muchas. 

Pero paso mejor de lo que esperaba. Descubrir que nadie había disfrutado de esta hermosa mujer y que su cuerpo sólo ha sido mío. Eso me llenó de felicidad.

Enamorada de un Dandy (#2) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora