Puedo notar que Amy no se siente bien por lo ocurrido esta noche. Su silencio y como juega con un mechón de su hermoso cabello. La miro y aprieto su mano, pero al levantar la mirada sus ojos están cristalizados.
Se levanta y se disculpa para desaparecer por la puerta de entrada.
—Iré a hablar con ella. —Dice Edward. Con preocupación pero quien desea estar con ella en este momento soy yo.
—Déjame que lo haga. ¿Dónde cree que pudo haber ido? —Pregunto. Asiente y me explica que saliendo al jardín al final encontraría unos columpios y ahí la encontrare.
Seguí sus indicaciones y la encontré con su mirada en el césped. Su tristeza hace mella en mí y me duele verla tan frágil. Sus ojos me miran suplicando algo que no comprendo y me sorprendo cuando sus manos viajan a mi cabello y ese contacto envía una descarga a mi entrepierna.
Oh, Amy, no hagas eso, por favor.
—Hermosa. —Es lo único que puedo decir cuando sus labios se apoderan de los míos en un beso salvaje que nunca había recibido de ella y en ese momento perdí en control que siempre he tenido para no devorar su boca como siempre he deseado. Un sonido brutal sale de mi garganta cuando siento su sexo empujar con el mío en ese diminuto vestido que me estaba volviendo loco desde el momento que la vi. La aferro más a mí para que sienta como me pone con tenerla cerca, pero sus malditos prejuicios salen a flote y dañan el momento.
Ahora me encuentre en este maldito baño tratando de calmarme con agua helada, la cual no ha hecho nada para bajar esa jodida erección que amenaza por reventar mis testículos. Esta mujer terminara reventando mi aparto reproductor con las excitaciones que me provoca y no las calma. Salgo del pequeño baño para dirigirme a la casa esperando que ninguno noten mi pequeño problema.
Los encuentro conversando de los cambios que han experimentados las dos familias y que aparte de este momento estarán unidos por pequeños que llenarán sus vidas de alegría. Vemos bajar a Christian con una sonrisa y eso quiere decir que las cosas salieron bien. Como todo hombre responsable solicita la mano de Anastasia y nuestras madres comentan los planes de una boda doble. Solo puedo sonreír al ver la felicidad de todos.
Si me lo hubieran dicho no lo hubiese creído.
—Cómo cambian las cosas.—Digo con diversión. —De estar de mujeriegos a cambiar pañales, teteras y vómitos. —río al ver cómo cambia la vida en un segundo.
—Deberías sentar cabeza y no permitas que la mujer que te trae loco se vaya con otro. —dice mi chistosa hermana y todos ríen por su comentario.
Lo que ellos no saben que he tratado de hacerle ver lo mucho que me importa, pero ha sido inútil.
~*~
Después de escuchar como las dos familias se pusieran de acuerdo por los nuevos acontecimientos nos despedimos. Salgo de casa de los Steele peor que cuando llegue, esta noche fue muy intensa. Primero mi hermanita embarazada, mi cuñada embarazada y tercero lo que paso con Amy en el jardín de su casa, no entiendo cómo puede hacer que pierda el control de esta manera. Estas semanas sin verla nos hicieron desearnos más, ese beso, ese roce, su gemido al sentirme duro fue algo increíble y por mas que quiero no logró sacarlo de mi cabeza. Cierro los ojos y por ilógico que parezca, siento su aroma, su calidez, es como si ella estuviera aquí, toco mis labios y la vuelvo a sentir...
—Te deseo Elliot—susurra en mis oídos.—Hazme tuya. —gimo al sentir como sus delicadas manos acarician mi torso mientras sus suaves labios besan mi cuello. La correa de mi pantalón es quitada, seguida del botón, mi pene toma aire fresco solo unos segundos hasta que ella la atrapa en sus manos y empiezan acariciarla de arriba abajo. Me dejo llevar por lo que provoca su caricia y disfruto de su toque.
—Ohhhh, Amy—gimo.—Me vuelves loco, hermosa y lo sabes.
—Lo sé, Elliot- susurra.—Tú me tienes igual. —su voz es sensual y motivadora, aumenta los movimientos de su mano y mi cuerpo se tensa, su agarre se hace más fuerte y no pasan diez segundos cuando me corro en sus manos como nunca pensé hacerlo. Gruño su nombre mientras soy sacudido por los espasmos de mi orgasmo.
—Eso fue maravillo...—abro los ojos de golpe y descubro que estoy solo en mi habitación, recostado en la cama y con las manos embarradas de mi semen.
¡Por Dios! No lo puedo creer que me masturbe con tanta frecuencia como en los años de mi adolescencia pensando en una chica.
Mi chica porque aunque ella no lo quiera admitir, Amy Steele es mía.
☆▪♡☆▪♡☆▪♡☆¤♡
Dedicado a mi morena hermosa.
Te adoro.
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Enamorada de un Dandy (#2) Sin editar
FanfictionUna tarde de baile y vinos su amor nació y se convirtió en la adición más grande que ellos algún día pudieron imaginar. Elliot & Amy: Querer volar tan alto como el halcón sin imaginar que jamás había volado más alto que el cielo de esa hada. Ellos s...