Capítulo 29

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Siempre he sido un hombre que no le gustan los compromisos y consideraba que ninguna mujer podría cambiar mi manera de pensar

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Siempre he sido un hombre que no le gustan los compromisos y consideraba que ninguna mujer podría cambiar mi manera de pensar. No puedo negar que disfruto mucho de la compañía de Amy y esa sonrisa que ilumina todo su entorno.
En los años que tengo he aprendido todo lo que una mujer espera y desea de un hombre, pero con ella me quedo sin manual. Hemos salido a bailar, a cenar, pero nunca ha permitido un acercamiento más de unos besos que me vuelven completamente loco.

Sé reconocer cuando una mujer se siente atraída por mí y estoy seguro que siente esa atracción y podría jurar que siente lo que ha despertado en mí, pero no entiendo porque me frena. Hago un análisis de sus reacciones y la primera que llega a mi memoria.

Cuándo mis padres los invitaron a cenar y ese exquisito jadeo provocó que la besara. Termino de enloquecerme cuando estuvimos en Aspen. En ese momento pensé que podríamos avanzar más. Sostenerla con esa rabia que recorría mi cuerpo por hacerme desearla y enviarme al fondo de un precipicio, me hicieron perder el control, cuando nos besamos sentí que disfrutaba de la misma intensidad que yo. Su entrega fue tan fuerte que podría hacerme caer a sus pies. 

Pero no fue así. 

Lo descubrí cuando sentí que su cuerpo se tensó sabía que no llegaríamos a más.
Quedé impactado cuando me aparto de manera brusca, y su rostro reflejó que ese beso no le afectó. Pero en mi interior sabía que no era así y al día siguiente sus palabras me dejaron mareado.

"Elliot, creo que no es lo correcto y es mejor ser amigos a estropear la bonita relación que hemos construido por un momento de calentura. Ambos sabemos que eres un hombre que no le gusta el compromiso y que disfruta estar con una mujer hoy, descubrir otra mañana y yo no estoy dispuesta a ser una más."

Esas palabras calaron en lo más profundo.

¿Cómo puede pensar que sería una más?

Si desde ese beso en casa de mis padres no he podido verla como antes. Sentir como su boca se entregaba a la mía y como su cuerpo reaccionó a mis caricias. Pero creó un maldito muro entre los dos por varias semanas.

Continúo con mi análisis y en nuestro distanciamiento después de ese viaje. Aquel día al volvernos a ver, pude descubrir que sus ojos me miraban con emoción haciendo evidente que nos extrañamos y nos necesitamos. Sentía esa fuerte conexión que existe entre nosotros. Su cuerpo y sus hermosos ojos gritaban que me amaba al igual que yo. No solo nosotros lo sentíamos, sino que quedó demostrado cuando los demás en el aeropuerto nos miraban con diversión y sorpresa por nuestra demostración de afecto. 

Cuando se atrevió a besarme en el jardín de su casa haciendo que despertara ese fuego que solo ella pudo hacer que naciera en mí y la necesidad que sentimos. Con esa fuerza volviéndome débil en sus manos por su manera de besarme. Volviéndome preso en su poder. 

Es una mujer poderosa que hace desvanecerme con solo tocarme o mirarme, llevándome a donde ella desea. En solo un instante volvió a crear ese muro que nos mantiene separados. Sus palabras fueron directo a mi pecho instalándose un dolor insoportable.

Enamorada de un Dandy (#2) Sin editarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora