47 |Green Dragon

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Narra Duff

Habían pasado las primeras semanas de verano yendo con los chicos a alguna fiesta, en la playa y tocando música en el garaje de Slash.

Todo para disfrutar y distraerme en las vacaciones. Intentando no pensar en Maggie y en la última vez que hablamos. Estaba tan enfadada y me odia por qué me quiere.

Ella era guapa, guapa de cojones. Podías pasarte la vida mirándola, nunca te ibas a cansar de hacerlo, porque, puedo jurar que tenía el mayor secreto del mundo escondido entre sus labios, quién fuera el afortunado que consiguiera descifrarlo. Tenía una mirada que no era de este universo, tenía galaxias, ahí, en sus mismos ojos, en su sonrisa, en su boca, en sus arrugas de tanto reír, en su valentía, en su firmeza, en sus ganas de ser alguien cuando ya lo era todo, en ella. Cuando se despertaba su pelo era alocado, era un sin fin de aventuras, pues era mi película favorita, no quería dejar de verla nunca, nunca me cansaría de ella. La veía casi todos los lunes en la playa o tomando algo con sus amigos, siempre iba con su música, distraída, jodida loca, escribiendo algún que otro poema entrelazando sus palabras con los veros. Los sábados, cuándo se emborracha hasta no aguantar de pie, cuándo un último trago no era suficiente...me llama. Me suele decir que esos poemas iban para mí, y que estaba enamorada de mí, pero quién iba a creerle, no tenía ni coherencia ni razón, solo alcohol en las venas. Yo lloraba mientras escuchaba sus palabras, sabía que estaría ahí con personas mejores que yo, mientras ella me decía que me amaba, sentía el dolor en el pecho, ardiendo como mil demonios en un mismo infierno. Jodido, jodido era verla los domingos en media de la carretera, gritando algo qué nunca entendía, con unas pintas despreciables, la ropa desgarrada, el pelo hecho un desastre pero, a quién iba a mentir, seguía entando preciosa, era un caos espectacularmente precioso, era increíble, ella era todo lo que cualquiera podría soñar. Me quedé horas mirándola hasta que iba a buscarla y la acompañaba hasta casa porque ella no sabía ni dónde estaba, ni dónde iba, ni siquiera recordaba mi nombre, y aunque nunca me daba las gracias. Todos decían que se sentía sola,pero era imposible, ella era fuerte o eso creía, pues ella creía en los infinitos, no tenía imposibles, su lema es los para siempre y tenía la palabra nunca prohibida. No sé que me duele más, saber que nunca la volveré a ver, o saltarme su ley.

-Duff, ¿no te estás haciendo mucho daño ayudándole? -Pregunta Martin cuando ve que entro por la puerta principal y me dirigí a la cocina.

-Me preocupo por ella -Confieso- No cómo ese Logan Butler, su noviecito no tiene ni el detalle de acompañarla a casa en ese estado -Explico y saco una botella de zumo de naranja y me lo sirvo en un vaso.

-No es su novio -Aclara- Sabes qué tienen algo -Reconoce.

-Me da lo mismo novio, amigo con derechos o su amante. Un mínimo... no sé -Hago una pausa y doy un trago al zumo- No puedo dejarla, Martin.

-Ese Logan tiene amigos muy problemáticos -Avisa mi hermano apoyándose en la encimera- Es el hermano mayor de mi amigo James.
Resoplo y dejo el vaso en lavabo, salgo de la cocina y camino a mi cuarto, Martin me sigue.

-Deberías decirle que la quieres... bueno si es que aún la quie...-Dice pero le interrumpo.

-Valió ya, no puedo volver con ella por qué en septiembre me voy a California. No puedo hacerle más daño, ya le he hecho demasiado -Confieso y me llevo las manos a la cabeza con frustración.

Él suspira y me toca el hombro -Siempre te voy a apoyar Duff, tú sólo ten cuidado. También te haces daño ti mismo.

Narra Maggie

La señora O'Donell me dejo pasar y fui directa al cuarto de Finn.
Él dormía cómo un bebé, y una idea se me pasa por la cabeza.
Me tiré encima de él, comencé a reír cómo loca cuando abrió los ojos de golpe y me tiro al suelo.

Tattooed Heart «Duff McKagan» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora