15 |Intenso & Dulce

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Narra Maggie

Sus labios capturan los míos en un beso, y en ese mismísimo instante siento que me convierto en pura, eterna e intensa electricidad.

Sus manos me empujan contra su pecho, sus brazos se tornan pesadas cadenas a mi alrededor y la calidez de su cuerpo me envuelve en un abrazo; el frío, la lluvia y la gélida brisa desaparecen en cuánto ambos nos perdemos en el roce de nuestros labios.

Su boca, sus manos y hasta su propia alma parecen adueñarse de mi cuerpo. Entierro mis propias manos en su cabello húmedo y fresco, mientras que él recorre con sus dedos mi cuello.

Su boca jamás se despega de la mía y anhelo que jamás lo haga; el sabor a menta inunda mi paladar.

Nos separamos para coger aire y miro a Duff a los ojos.

Dios mío, soy una persona débil cuándo se trata de él, sus labios son cómo una puta droga que piden más. Su amor es sagrado y si me corresponde, seré la persona más feliz de este planeta.

-En serio me gustas -Dice juntando nuestras frentes.

-A mí también, Duff -Digo mirándole directamente a los ojos.

Mi corazón latía muy deprisa, sino fuera por la lluvia, sería una noche preciosa.

Estábamos enteros mojados - ¿Cómo vas a volver al internado? -Pregunto y se encoge de hombros.

Entonces se me ocurre una peligrosa pero magnífica idea.

***

-Sube, ¡ahora! -susurro en forma de grito.

Duff no tenía ni dinero, ya que se lo había gastado en el último momento en el tren. Llovía y tampoco iba a ir caminando en medio de la noche.

Mamá trabaja de turnos en psicología, y hoy tenía turno de noche en el hospital en la zona de psiquiatría.

Por otro lado estaba Álex, que procedía a irse de fiesta pero aún seguía en casa.

Duff trepo las ramas del árbol y llego a mi cuarto.
Echó un vistazo alrededor de mi habitación y esbozo una sonrisa.

-Este está ordenado, tu cuarto del Sirens está hecho basura -Ríe.

-No me jodas McKagan -Rió pero alguien llama a mi puerta.
Maldigo.

-¡Al armario! ¡Ahora! -Le susurro en un grito ahogado.

-¿Quién es? -Pregunta con una sonrisa burlona.

-Álex, mi hermano. Y cómo vea un chico en mi cuarto, te cortará las bolas -amenazo- ¡Al armario! Y calla un poco loro -siseo y Duff se mete al armario riendo.

Abro la puerta y me encuentro a Álex arreglado y oliendo a una francia varonil que me ahoga los pulmones.

-¿Vas a salir?

-Sí, con Ava. Vendré tarde -Informa.

-Vale, pasátelo bien -Qué yo también lo haré- Disfruta de la noche con tu novia -Digo con la sonrisa más falsa que puse en mi vida.

-Ese internado te ha dejado tocado, Maggie -Dice y voltea.

Cierro la puerta y suspiro pesadamente. Álex era un chico popular y muy atractivo, pero no era de los típicos hermanos que te protegían de todo, le daba igual si andaba saliendo con chicos, pero si me dice que no me acerqué a una persona, le hago caso ya que le tengo mucho respeto y me quiere cuidar.

-Ya puedes salir -Digo delante de mi armario y Duff abre la pequeña puerta- ¿Te dirán algo si no vas a dormir al internado? -Pregunto.

-No, ya soy mayor de edad. Así que no hay problema, mañana por la mañana me levantaré temprano para no causar molestias -Dice y sólo me puedo derretir de lo dulce que es.

Tattooed Heart «Duff McKagan» ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora