*Historia dedicada a dabinnie, quien me pidió que escribiera con esta temática e incluso me ayudó con varios detalles. A pesar de que sea posible que no sea lo esperado, lo hice con todo el amor del mundo. Te amo mucho ♡*
Es increíble cómo las apariencias pueden engañarnos, en todas partes y a cada momento. Una persona puede aparentar ser amable, cuando en realidad es vil; una flor puede parecer inofensiva, para luego, cuando un insecto se posa en su interior, tragarlo en segundos; una ciudad puede parecer tranquila, pacífica, segura y limpia... pero uno no sabe qué hay detrás de aquella máscara que fue creada para ocultar la realidad.
Min Yoongi se despertó una mañana, tras haber escuchado sonar su alarma. Bostezó y despeinó aún más sus negros cabellos. Se paró y fue a tomar una ducha. Al salir, se vistió con una playera blanca y unos jeans negros, tomó sus cosas y se preparó mentalmente para su agotadora jornada, ya que tenía mucho que hacer.
El joven subió a su auto, y condujo hasta una de las universidades más prestigiosas que tenía Busan, lugar al cual se había mudado hacía un par de años. No le había tomado mucho tiempo llegar hasta allí. Estacionó el vehículo, bajó, tomó su mochila y, después de haberla colgado sobre uno de sus hombros, caminó con una pequeña sonrisa en sus labios hacia el interior del establecimiento, mezclándose con los cientos de jóvenes que también llegaban al lugar.
Sabía el camino de memoria: puerta principal, pasillo, un giro hacia la izquierda, unos metros más hasta la escalera y subir hasta el tercer piso. Un par de vueltas más, y ya pudo encontrar la oficina del director. Su secretaria estaba sentada afuera, mientras hablaba con otros maestros. Al ver llegar al joven, esbozó una sonrisa.
—¡Buen día, Yoongi!
—Hola, señora Wang —se inclinó respetuosamente— ¿Cómo está?
—Muy bien, gracias, corazón. Puedes pasar. El director no tiene a nadie ahora.
—Gracias.
Sin embargo, a pesar de haber obtenido el permiso, Yoongi decidió ser respetuoso y tocar la puerta. Los docentes a su lado cuchicheaban entre ellos, alabando los buenos modales del muchacho.
De pronto, se oyó la voz del hombre, indicando que dejaba entrar a quien estuviera afuera, y Yoongi lo hizo.
—Buenos días, señor Ahn.
—Buenos días. Pasa.
Yoongi cerró la puerta detrás de él y, a pasos alargados, se acercó hasta el escritorio, sentándose sobre él.
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Two-faced guy [Yoonmin] ©
FanfictionJimin era un experto en sospechar que los demás escondían cosas, pero jamás había imaginado que la persona en quien más había aprendido a confiar le ocultaría una vida llena de secretos.