Cualquier joven que se encuentra lejos de sus padres y solo en una casa, creería que aquello sería un plan más que maravilloso; un motivo para sentirse relajado y descansar, o uno para festejar y dar locas fiestas. Sin embargo, Jungkook tenía otros planes mejores: contar las marcas en el techo de madera de su cuarto.
El muchacho había estado desde hacía más de una hora así, panza arriba en su cama. No tenía nada que hacer, ni nadie con quien pasar el rato, pues Taehyung había sido invitado por los Park a cenar afuera, y ambos sabían que habría sido imprudente y riesgoso que Jungkook hubiera ido con ellos.
De pronto, minutos más tarde, el chico se sorprendió al haber escuchado la puerta del frente. Hasta donde sabía, Yoongi no llegaría sino hasta dentro de una semana. No obstante, cuando se paró para ver qué estaba sucediendo en la sala, lo vio entrar.
Era complicado para Jungkook descifrar qué estaba sucediendo dentro de la cabeza de Yoongi. Este lucía preocupado y, a la vez, más feliz y tranquilo que nunca. Era una combinación más que extraña, que lo dejaba increíblemente desconcertado. Lentamente, se acercó a él.
—¿Hyung? ¿Pasa algo?
—Pasa... de todo —dijo, dejándose caer en uno de los sillones junto a la entrada.
Jungkook lo siguió, sentándose a su lado y, curioso, lo miró con el ceño fruncido.
—¿Recuerdas que te dije que estaría fuera por unos días, porque Jimin me tenía una sorpresa?
—Lo hago.
—Pues... me llevó a ver a mi familia.
Los ojos de Jungkook se abrieron enormemente ante la noticia.
De pronto, en cuestión de segundos, comprendió todo a la perfección.
—¡No puede ser! ¿Qué pasó? ¿Cómo fue?
—Fue increíble, Jungkookie —sonrió—. Resulta ser que, a los pocos días, me habían buscado. Estaban arrepentidos por haberme echado a la calle. Dijeron que siempre habían querido encontrarme, y nos dejaron quedarme a mí y a Jimin para pasar las fiestas con ellos.
—Las fiestas... todavía no pasaron. No todas.
Jungkook hizo un mohín con sus labios. Una horrible sensación de temor se esparció por todo su cuerpo.
—¿Qué hizo Jay?
—Instaló un micrófono en uno de los suéteres de Jimin. Me envió un mensaje. Era una amenaza. Decía que le haría daño a mi sobrino de seis años.
—¿Qué pasó, ahora?
—Envié a Jimin a casa. Le dije que dijera que estaba en casa de Namjoon.
—Jay sabrá que eso no es cierto.
—No me interesa. Habrá que seguir con esto un poco más. En cuanto a mi familia, tenían una casa de vacaciones cerca de las montañas. Luego de haber desechado el micrófono, les pedí que fueran y que se quedaran, por lo menos, tres días ahí. Compré también un teléfono nuevo, y otro con un número que solamente ellos y Jimin tendrán.
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Two-faced guy [Yoonmin] ©
FanfictionJimin era un experto en sospechar que los demás escondían cosas, pero jamás había imaginado que la persona en quien más había aprendido a confiar le ocultaría una vida llena de secretos.