Capítulo 40

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Los días de diciembre habían pasado volando, y el mes estaba ya a poco de terminar. Jungkook se encontraba en su trabajo, escribiendo en la computadora unas cosas que su superior, el señor Ahn, le había pedido. Este hombre, de pronto, salió de su oficina y se ubicó a su lado.



—Jungkook, es todo por hoy. Puedes ir a casa, ¿Sí?

—Ya casi termino.

—Puedes continuar los informes otro día, ¿Por qué tanto apuro?

—Es... —dejó de lado la computadora—. quiero hacer bien mi trabajo. De verdad necesito el dinero.

—¿Sí? —se sentó en una esquina del escritorio— ¿Algo que quieras comprarte?

—No, realmente. Es algo bastante personal. Tiene que ver con mis padres. Fue por eso que había entrado al... ya sabe. Estaba desesperado por conseguir la cantidad necesaria.

—¿Es... mucho? Hablo del dinero.

—Sí, lo es. Junté lo de mi antiguo trabajo, y juntaré lo de este, también. Incluso estoy trabajando en unas pinturas que venderé en línea. Quiero sacarlos cuanto antes —soltó sin querer.

—¿Sacarlos?



El muchacho presionó juntos sus labios, pues había hablado de más sin quererlo. El señor Ahn, conmovido por la historia del más chico, soltó un largo suspiro.



—¿Sabes? No suelo tener ciertos gestos con cualquiera. Y pensé que estos serían incluso menos frecuentes con chicos que alguna vez fueron compañeros de quien me amenazó con un arma —se carcajeó—. Sin embargo, llevas ya un tiempo trabajando conmigo. Sé que no eres un mal chico, Jungkook. También creo que esto que quieres hacer es por una buena causa.

—Lo es.

—Aguarda un momento.



Jungkook vio al hombre marcharse hasta su oficina. Luego, minutos después, lo vio volver a salir. Llevaba entre sus manos un sobre de color blanco, el cual se le fue entregado enseguida. Al haberlo abierto, el joven vio dentro una buena cantidad de dinero.



—Esto--

—¿Será suficiente? Al menos, espero que te sea de ayuda.

—Señor Ahn, no puedo aceptar esto.

—Dijiste que debías sacar a tus padres de alguna parte, ¿A qué te referías?

—Pues... ellos fueron encarcelados injustamente. A menos que alguien pague la fianza, no serán liberados.

—Tómalo, entonces. Lo necesitas más que yo. Además, iba a usarlo para hacerle otro de mis pedidos a Hoseok —confesó en un susurro—, pero esto es mucho mejor.



Jungkook se paró de su silla y se inclinó hacia adelante, en señal de respeto.



—Muchísimas gracias, señor Ahn —se levantó—. Prometo devolvérselo en cuanto pueda.

Two-faced guy [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora