Two-faced guy [Yoonmin] ©

Capítulo 12

Una mujer de unos setenta años se bajó de la camilla, y luego de haberle agradecido a Namjoon por su buena atención médica, salió del consultorio. Era un día bastante agitado para el joven, quien suspiró un poco cansado por la cantidad de pacientes que tenía por ver.

Se acercó a su escritorio y se sorprendió al ver al siguiente en la lista. Preocupado, se acercó a la puerta.

—¿Park Jimin?

El muchacho se levantó de su asiento. Sus ojos estaban entrecerrados y sostenía su estómago con fuerza, como si estuviera agonizando de dolor. Lo ayudó a entrar y cerró la puerta detrás de él.

—¡Demonios, Jimin! ¿Qué pasó?

—Nada —se paró normalmente—. Hola, hyung.

—¿Eres estúpido? ¡No puedes venir así! ¡Hay mucha gente afuera! ¡Vete! Te veré en mi descanso.

—No, no, espera. Necesito saber algo.

—Jimin, en serio.

—¿Recuerdas a Yoongi? —se sentó en la camilla.

Namjoon rodó sus ojos y se sentó junto a él.

—Sí, ¿Qué pasa con él?

—¿Lo conoces bien?

—Algo así.

—Entonces, puede que sepas algo que quiero saber... eres médico, puede que sepas acerca de su salud... él tiene problemas psicológicos, ¿Verdad? ¿Sufre de bajo autoestima?

—¿Eh?

—Es que... no te mentiré. A pesar de haberlo conocido hace apenas un mes, él me gusta mucho.

—¿Yoongi?

—Sí, y creo que le atraigo, también.

—¿Y qué tiene que ver eso con su autoestima?

—Es que él dice querer tenerme cerca, pero dice que no puede dejar que eso pase porque me hará daño. Las personas que no se quieren lo suficiente por lo general suelen decir esas cosas, ya sabes... como si no se sintieran suficientes para los demás ¿Acaso él sufre algo de eso? ¿Cómo puedo ayudarlo?

—En primer lugar, estoy terminando mis estudios para ser un médico clínico, no un psicólogo. Mis conocimientos en el área son básicos. En segundo lugar, no creo que lo diga por eso.

Jimin gruñó por lo bajo. Odiaba sacar siempre conclusiones erróneas ¿Era tan mal observador?

Por otro lado, no le gustaba tener que hacer preguntas. Él confiaba en Yoongi, realmente lo hacía, pero sabía que algo no andaba bien, y si él no quería decirlo para poder recibir la ayuda que merecía, entonces recurriría a los medios necesarios.

—¿Y por qué es?

—No puedo ayudarte, Jimin. Eso es algo que sólo él puede decirte.

—Es como si supieras lo que realmente está pasando...

—Lo hago, pero no me corresponde informarte al respecto. Lo siento.

—¿Por qué no?

—Ya te dije. Pregúntale a él.

—¡No quiere decirme!

—Lo hará en cuanto esté listo. No debe ser fácil para él, ponte de su lado.