Capítulo 2

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Era ya de noche. Yoongi había terminado de entregar todo en la universidad, como también en otros tantos puntos de la ciudad. Estaba realmente exhausto. Lo único que deseaba era llegar a su casa, cenar y dormir. Después de todo, tendría un par de días libres.

O eso creyó.

Su teléfono comenzó a sonar y atendió, aunque sin ganas de hacerlo. A esas alturas del día, hasta contestar una llamada era agotador.



—¿Hola?

Hola, Yoongi, ¿Qué estás haciendo?

—Hola, señor. Estoy regresando a casa. Ya terminé todas las entregas.

¿Podrías venir aquí un momento?

Sí, enseguida.



Yoongi cortó y bufó, desviándose del camino que estaba tomando, para ir a la casa de su jefe.

El lugar era enorme, imposible de recorrer en poco tiempo. Era entendible que Kang Joo Seung, el líder de aquella banda de traficantes, fuera el dueño de un lugar así, ya que era uno de los mejores en lo que hacía, y sus ingresos le permitían vivir la vida lujosa que tenía.

Kang era también como un padre para Yoongi; alguien que estaba siempre de su lado, lo protegía, lo alentaba, lo ayudaba y lo regañaba, de vez en cuando. El muchacho sentía un afecto muy grande por su jefe, como si ambos fueran de la misma sangre. Y era por eso, por el inmenso respeto que le tenía, que Yoongi se esforzaba para dar lo mejor que podía. Se sentía muy agradecido con él, y pensaba que debía regresarle todo de alguna manera. Incluso cuando sabía que todo ese respeto y aprecio era, en gran parte, plenamente laboral, y no por su persona.

Cuando el muchacho llegó, unos hombres uniformados salieron de un pequeño cuarto de seguridad que estaba ubicado en el frente. Al haberse asegurado de que era una persona autorizada a entrar, le abrieron el portón. Yoongi ingresó con su vehículo, y lo estacionó frente a la gigantesca casa. Su jefe lo estaba esperando en la puerta, y sonrió al verlo. Palmeó su hombro dos veces, de manera amistosa.



—¿Cómo estás, hijo?

—Bien... cansado.

—Sabía que resaltarías eso, pero es importante. Sígueme.



Ambos caminaron hacia la oficina del hombre. Otros dos tipos de seguridad se encontraban vigilando en la puerta, e hicieron una reverencia en señal de saludo y respeto. Yoongi sonrió de lado, sabiendo que eso no sólo era para su superior, sino también para él, porque ser la mano derecha de uno de los jefes de la banda más poderosa de Busan, era importante e imponía miedo, de alguna forma.

Después de haber pasado, ambos se sentaron junto a una mesa, en donde Joo Seung había desparramado unos cuantos papeles.



—Antes que nada, tome.



Yoongi, quien había llevado consigo su mochila, se la sacó y le entregó todo el dinero de cada una de las ventas, como también una carpeta en donde registraba tanto lo que entregaba, como los nuevos pedidos.

Two-faced guy [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora