Capítulo 41

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Yoongi no podía salir de su asombro. Su madre, a quien no había visto desde hacía más de diez años, estaba frente a él. Estaba bien, se veía feliz y no lo había echado a patadas, sino que lo estaba abrazando con todo el amor del mundo. Luego, ella tomó entre sus manos su rostro, lo bajó suavemente hasta haber igualado su altura con la de ella, cerró sus ojos y acarició con su nariz la de su hijo, tal y como hacía con él cuando era pequeño.

Fue por eso, porque él recordó todos esos momentos, que comenzó a llorar casi con desespero, pudiendo recién en ese instante corresponder el abrazo que su madre le había dado.

De pronto, unos pasos se oyeron a espaldas de la mujer. El padre de Yoongi apareció allí y, al haber visto a su hijo, no dudó ni un segundo en haberse sumado al abrazo.

Jimin observaba todo desde una corta distancia. Al parecer, su sorpresa estaba resultando todo un éxito. Toda la escena que se estaba llevando a cabo frente a sus ojos, hizo que pudiera sentir una gran parte de lo que ellos estaban sintiendo por aquel tan esperado encuentro. Emocionado, secó un par de lágrimas que se le habían escapado, y aguardó a que la familia terminara con su abrazo. Esto pasó unos minutos más tarde, cuando la mujer se alejó un paso de su hijo.



—¿Quieres pasar? —sorbió por la nariz— Te prepararé un té. Mejor, te prepararé de esas galletas que te gustaban tanto. Siempre me las pedías ¿Sabes qué? Dime tú qué quieres. Lo que sea, intentaré hacerlo.

—¿Nada? —secó un poco su rostro, el cual se había empapado con su llanto— No lo sé. Es difícil reaccionar ante tal sorpresa.

—¿Sorpresa?

—Bueno...



Yoongi se movió hacia un costado, haciendo que ambos adultos tuvieran una mejor visión de Jimin. Este, tímido, se inclinó respetuosamente para saludarlos.



—Señor y señora Min, soy Park Jimin. Soy quien trajo a Yoongi aquí. Ninguno de ustedes sabía acerca de esto, así que pido disculpas si he hecho algo que no debía.

—Por supuesto que no, hijo —dijo el padre de Yoongi, acercándose a él y poniendo una mano sobre su hombro—. Pasen, seguramente tienen mucho que contar.



Los dos mayores abrieron el paso para que los otros dos pudieran entrar. Cuando lo hicieron, los guiaron hasta la cocina, en donde los recién llegados se sentaron. La señora se sentó con ellos, mientras que su marido puso a calentar un poco de agua para preparar bebidas calientes para todos.



—Has cambiado mucho —dijo la mujer con una triste sonrisa— ¿Qué ha sido de tu vida? ¿En dónde estabas?

—No les agradará mucho saber la respuesta...

—Yoongi —comenzó a decir su papá, luego de haberse sentado—, puedes contar lo que sea. Necesitamos saber la verdad.

—¿Para estar seguros de si deberían echarme de nuevo a la calle? —alzó una ceja.

—Porque eres nuestro hijo, y queremos saber. No hemos sabido de ti en mucho tiempo. Sé que fue nuestra culpa. Mía, sobre todas las cosas. Los padres cometemos errores. Este fue uno muy, muy grave del cual nos hemos arrepentido todo este tiempo. Incluso intentamos dar contigo a los pocos días, pero jamás te hemos encontrado.

—Estábamos asustados. Teníamos cientos de cosas que pagar, muy poco dinero para hacerlo... teníamos tanto en nuestras cabezas, que habernos enterado de lo que habías decidido fue demasiado. No actuamos correctamente. Debimos haber hablado contigo; debimos haberte dicho que ese no era el camino correcto. Haberte echado de casa fue el peor error de todos. Realmente lo sentimos.

Two-faced guy [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora