Capítulo 18

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Jungkook mantenía su mirada fija en Yoongi, quien estaba sentado junto a su camilla. El mayor estaba atento a la pantalla de su celular, y de vez en cuando sonreía o soltaba silenciosas risitas mientras mordisqueaba su labio inferior y presionaba sus dedos pulgares con rapidez en su dispositivo mientras respondía los mensajes que le llegaban. El otro joven jadeó, cansado. Rodó sus ojos.







—¿Acaso Jimin no se cansa de hablarte?

—¿Y quién dice que estoy hablando con Jimin, mocoso?

—¡Por favor! ¡Tu cara me lo dice todo!

—Una cara no puede decir cosas.

—¿Te das cuenta de las estupideces que estás diciendo sólo para no admitir que sí estás hablando con él? Si tu objetivo es no perder la dignidad, estás perdiendo como el mejor.

—Mírate... todo lo que hice por ti, y me tratas de esa forma.

—Es inevitable.







Yoongi guardó su celular y lo miró fijamente. Una sonrisa burlona apareció en sus labios.







—Oye...

—¿Sí?

—Vi a Taehyung el otro día.

—¿Quién es Taehyung?

—¿No te acuerdas? El artista.

—Ahh... ¿Y?

—Creí que había algo entre ustedes.

—Sí, nos gustaba el arte y charlamos sobre eso, como también sobre los dos bobos que se habían ido al balcón a hacer quién sabe qué cosas.

—Ya quisieras que ese hayas sido tú con él, idiota.







Jungkook negó con la cabeza.







—Escucha, ¿Qué haremos cuando me den el alta?

—Volveremos a casa.

—Qué gracioso, ¿Cómo viviremos?

—Tengo todo planeado, tranquilo ¿Recuerdas que yo solía vender en la universidad?

—Sí.

—Digamos que hay alguien ahí que puede ayudarme.

—Digamos que hay alguien ahí que puede ayudarme

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Lunes por la mañana. Entre bostezos, Jimin llegó a la universidad. Lo que más quería en ese momento era dormir, pero no podía, ni lo había hecho esa noche, ya que había tenido que leer un libro entero para una de las materias que estaba cursando. Frotó sus ojos y miró hacia adelante. Creyó que su vista le estaba fallando, pero no. Min Yoongi estaba allí tal y como lo había visto la primera vez, cuando lo conoció. Vestía como cualquier alumno, y llevaba una mochila en su espalda, como también una simpática sonrisa en su rostro. Jimin sabía que debía ir directo a su salón y elegir un buen lugar antes de que se llenara por completo, pero ¿Qué se podía hacer? No podía negarlo. Ser curioso era algo que definía a Jimin por completo, era uno de sus rasgos principales y no podía evitar entrometerse en asuntos ajenos... mucho menos cuando quienes estaban involucrados eran conocidos suyos. Por eso, su energía se cargó como por arte de magia y corrió hasta quedar al lado de Yoongi, sorprendiéndolo al haber presionado sus costados desde atrás. El mayor volteó con el ceño fruncido, y suspiró al haber visto al pelirrubio.

Two-faced guy [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora