Capítulo 44

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Un nuevo año había llegado, y los días libres de las fiestas habían acabado. Yoongi, tras haber salido del trabajo, buscó a su novio, quien lo había estado esperando afuera desde hacía un buen rato. Cuando lo vio, lo saludó con un beso en sus labios, lo llevó hasta su auto y condujeron hasta su casa, en donde habían planeado reunirse.

Callados, al haber llegado, los dos ingresaron al hogar del mayor. El más chico de los dos siguió al otro hasta la cocina, tomó asiento en la mesada y lo observó, mientras el otro llenaba de agua una tetera para preparar una bebida caliente para los dos.



—Has estado muy callado, Jiminnie.

—También tú. Hay algo que te preocupa, ¿Verdad?

—A ti también, ¿No?

—Bueno, jamás nos enteraremos si seguimos evitándolo.

—Estoy nervioso. Mañana por la mañana faltaré al trabajo para acompañar a Jungkook a sacar a sus padres de la cárcel.

—No pensaste en ese detalle, ¿Verdad? Irás a una estación de policía.

—Pues... no me importa más eso que ayudar a mi amigo, en realidad.



Yoongi encendió la cocina y colocó la tetera en el fuego. Luego, caminó hasta quedar frente a Jimin, quien separó un poco más sus piernas para que el otro tuviera más espacio para acercarse y, así, ser abrazado con cariño por él.



—Eres un amigo increíble. Jungkook siempre te agradecerá esto —besó su cabeza.

—Gracias.

—No es lo único que te preocupa, ¿Verdad?

—Hablé con mis padres.



Asustado por lo que venía, Jimin se alejó un poco del mayor y lo miró a los ojos. Este, sin embargo, esquivó su mirada y la bajó al suelo, soltando después un largo suspiro.



—¿Están bien? Por favor, dime que no les sucedió nada.

—Ellos están bien, el pequeño también lo está, pero... regresaron de la casa de vacaciones. La casa de mis padres, por dentro, estaba destrozada.

—¿Cuándo sucedió esto?

—Fue hace dos días.

—¿Por qué no me dijiste? —preguntó, afligido.

—No quería preocuparte más. Ya fuiste testigo de muchas cosas en muy poco tiempo, sé que esto te afecta.

—¿Y a quién no? No importa todo esto, debes decirme. No tienes que lidiar con esto solo. Estoy aquí para ayudarte. Y si no puedo hacerlo, al menos te haré compañía y te apoyaré en todo lo que hagas. Lo sabes, ¿No es así?

—Lo sé. Gracias, bebé.



El menor se carcajeó bien bajito, y se aferró al otro muchacho con fuerza. Este correspondió al gesto y colocó ambas manos en la cintura de Jimin, acariciándolo con dulzura.



—Me encanta que me llames así.

Two-faced guy [Yoonmin] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora