cap 14

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*Narrado desde el punto de vista de Rubius*
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Llevábamos días sin hablarnos, no lo soportaba en serio, no soportaba la idea de estar enamorado de mi mejor amigo y no poder hablarle, era una tortura para mi. Todo comenzó con aquel maldito sueño joder. Además de que Mangel cada vez está peor, no come, no habla, no hace nada, solo se encierra en su cuarto y ahí está hasta el siguiente día, no soportaba verlo así de mal, también había adelgazado...
Era martes y por lo que nos digeron esta noche antes de irnos es que a partir de mañana hasta la semana que viene no teníamos que ir a trabajar y lo agradecía, así podría hablar con Mangel más tranquilamente.

Llegamos a casa y Mangel sacó el móvil de su bolsillo y se fue al salón a llamar, yo le seguí.

-Sí, ¿podría ir mañana? 

¿Ir a dónde? Le veía sonreír mientras hablaba con aquella persona por el otro lado del teléfono, ¿quien coño sería?

-Vale, pues nos vemos mañana, hasta luego. Un beso para ti también.

-¿Te-te vas? -me atreví a preguntar.

-Si, voy a casa de mi madre toda la semana, mañana por la mañana me voy.

Me dijo mientras se iba por la puerta, ¿toda la semana en serio? ¿Y que iba a hacer yo? Joder Mangel..., ahora ya si que no le podría decir nada... Entonces me levanté, poniéndome recto y echando aire y decidí ir al cuarto de Mangel a dejarle las cosas bien claras.
Abrí la puerta sin llamar y ahí estaba él, poniendo la maleta encima de la cama, se giró para observarme.

-Mangel..., ya no aguanto más, te lo voy a decir bien claro -paré un momento, esperando una contestación.

-¿El qué?

Y entonces me acerqué a él, le cogí de la cara y le besé, sin embargo, él no me correspondió el beso y me apartó enseguida.

-¿Pe-pero qué coño ehtas haciendo? -preguntó sorprendido.

-¡Te quiero joder! -le respondí casi inconscientemente.

Se quedó callado, mirándome de arriba a abajo, y yo decidí irme corriendo de la habitación y entré a la mía. Joder que había hecho en serio... Sentí sus labios por primera vez, unos labios dulces que te llevan al cielo, le quería tanto...
La pregunta más importante... ¿qué pensaría él de todo esto? ¿Como se me ocurrió besarlo y decirle que le quería? Tenía miedo, no sabía que hacer, me quedé sentado en la puerta de mi habitación cerrada con la cabeza apoyada en las rodillas, empecé a sudar, ya no vería a Mangel como mi mejor amigo, nunca. ¿Ahora que hago joder?

Pasó una hora desde aquello y seguía dándole vueltas al asunto, Mangel seguramente ni se quería acercar a mí. Lo único que pude hacer es levantarme y tumbarme en mi cuarto. Comencé a llorar, joder era un imbécil, ya ni podría mirarle a la cara, ni hablarle, ni nada...
Lo que era, un gilipollas.
Me quedé dormido y por la mañana me desperté escuchando las ruedas de la maleta de Mangel. Joder me dolían los ojos de llorar. Salí casi corriendo de la habitación, miré y ahí estaba él en la puerta de la salida, apunto de irse. Me miró y volvió su mirada hacia abajo. Abrió la puerta y antes de que se fuese le dije:

-¡Mangel! Te quiero, y es de verdad. Cuando estaba nervioso aquel día fue porque tuve un sueño algo extraño contigo ¿vale? Desde aquel día cuando me miras o me hablas no puedo evitar sentir cosquillas en la tripa, no puedo evitar sonreír cada vez que te veo, tampoco soporto verte de esta manera, tan deprimido...

Se quedó mirándome fijamente, intentando comprender lo que le estaba diciendo pero acabó cerrando la puerta y se fue...

mangel y rubius gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora