cap 88

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*Narrado desde el punto de vista de Mangel*

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Pasaron siete meseh ya dehde lo ocurrido y vivíamoh bahtante tranquiloh dehde entonces. Noh mudamoh lejoh de Madrid y noh fuimoh a vivir en una casa en medio de la montaña, aquí to' era paz y relajación.

También adoptamoh un perro blanco y lo llamamoh Duque, era grande y joven ademáh de juguetón. Lah gatah vivían tranquilamente dentro de la casa y a veceh salían a pasear por ahí y en cuanto a nuehtro canal... ya no entramoh en algunoh meses. Decidimoh darnoh un tiempo de dehcanso.

-Mangel... fue la mejor idea mudarse aquí -dijo Rubén.

-Si... tieneh razón -sonreí-. Y ahora... ¿qué haremoh?

-¿De qué?

-Sobre el canal y eso... 

-Mangel, dejemoslo -sonrió-. Para siempre, olvidémonos de todo eso, comencemos una nueva vida.

Sin decir nada le abracé, fuerte y le comencé a besar por el cuello.

-Nosotroh también tenemoh que darnoh algún caprichito de vez en cuando -él entendió a lo que me refería.

-Eres un pervertido, Mangel -y me besó dejándome sin aliento.

En la cama acohtadoh nuehtroh cuerpoh dehnudos se rozaban, necesitando del otro, acariciaba el pecho de Rubén, su barriga, mientrah le mordía el cuello y el gemía.

-Ma-Mangel... aah.

Le succioné un pezón y él me cogió del pelo, casi arracandomelo.

-¡Aah! Sigue -gritó de placer.

Mi mano fue bajando hacia su miembro ya erecto y mi cabeza subió hahta besar suh suaveh labioh con necesitad, mi lengua y la suya hicieron contacto y la saliva corría de nuehtrah bocah, comencé a masturbarle y él chilló arañandome la espalda hasta casi hacerme sangre, me puse encima suya y él me enredo con suh piernah.

-Hazlo, por favor -dijo jadeando.

Entonceh entré dentro de él, gritó clavándome suh uñah de nuevo y embestí cada veh máh rápido, yo jadeaba al unísono con él.

-¡Más! -gritó él.

Le embehtía cada vez máh fuerte hahta que noté un líquido correr por mi ehpalda, Rubiuh logró hacerme sangre pero no me importó, el placer que sentía no era na' comparao' con ese dolor.

Al final de to' me corrí en su interior y me acohté a su lao', besándolo.

-Eres el mejor, Mangel... 

-Y ahora... ¿Quieres el desayuno?

mangel y rubius gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora