cap 26

3.1K 130 19
                                    

*Narrado desde el punto de vista de Rubius*
------

Joder al puto Mangel no le entraba en la cabeza que Sandra era una puta y ahora tenía que aguantarla en mi casa, es que me cago en todo. De repente, mientras conversábamos Mangel y yo alguien llamó a la puerta, interrumpiéndonos, así que él fue a abrir.

-Ey tíos, ¡que pasaaa! -gritó una voz, la de Cheeto-. ¿Y Rubiuh? 

-Aquí -salí del cuarto-.  ¿Qué haces aquí?

-No sé, son lah cinco y decidí vení' pa' ehtar con vosotroh anteh de irnoh de fiehta.

Y Sandra salió del salón, como si nada, saludándole.

-¿Habéih vuelto Mahe y tú?

-No -contesté enseguida-. Y creo que mañana se irá de aquí ya.

Ella me echo una mirada de mala manera al igual que yo, asco de mujer. Nos fuimos al salón y me senté en medio de Sandra y Mangel, solo para joderla y también estar al lado de él. Fui acercando mi mano a la suya, léntamente, le acaricié los dedos y él me miró, acariciándome con su mano también. 

-Bueno, podríamoh jugáh a algo -dijo Cheeto.

-Si, me parece bien, ¿jugamoh al Fifa? -contestó Mangel, apartando mi mano de la suya.

-Yo iré a grabar algo, que hace tiempo que no subo nada...

Fui a mi habitación, encendí el ordenador y puse el juego de Slender The Arrival, hacía ya tiempo que no jugaba y claro, tenía que mencionar a Alex Tintor que era el alma de este juego sin duda. Me reí.
Al acabar de grabarlo ya eran como las seis y media, me levanté para estirarme un poco y fui al salón, esos dos seguían jugando pero Sandra no estaba ahí.
Vi a Raspberry que se metía en el cuarto de Mangel y fui a por ella, cuando vi a Sandra sentada en el ordenador. Se asustó al verme.

-¿Qué haces aquí? -preguntó la muy puta.

-Vengo a por MI gata, ¿algún problema? Esta no es tu casa y hago lo que me salga de los cojones ¿te enteras? A ver si ahora también me vas a mandar, lo que faltaba. Te reviento la cara nena.

-¿Me vas a pegar cómo esta mañana? Inténtalo y llamo a la policía.

-Anda ves a chupársela a cualquier otro, me harías un favor largándote de aquí.

De pronto aparecieron Cheeto y Mangel en la puerta, yo cogí a mi gata que estaba en la cama y me fui. La muy cabrona no paraba de arañarme, cerré la puerta de mi habitación y empecé a editar el vídeo, acabé como a las ocho y ya lo subí. Llamaron a la puerta de nuevo, era AlexBy, venía solo.

-Hoooola a todos chavales -se rió.

Pasaron las horas y ya era la una de la mañana, nos íbamos ya de fiesta, a la discoteca, Sandra por mala suerte también tuvo que ir.
Había mogollón de personas dentro.

-Ey tíos, vamoh a la barra a pedíh algo ¿no? -preguntó Mangel.

Después de estar unas cuantas horas ahí, gritando, chillando, divirtiéndonos y bebiendo, Mangel me cogío del brazo y me llevó hacia los baños que no había nadie.

-Joder Mangel, ¿qué haces? -ya estábamos borrachos del todo, creo, me empotró contra la pared y empezó a besarme, joder, como lo amaba.

-Hace tiempo que no sentía tuh labioh, joder Rubiuh, te amo -comezamos a darnos un beso con lengua, hasta quedarnos sin aliento, empezaba a tocarme por todo el cuerpo, bajó a besar mi cuello y luego volver a mis labios de nuevo, sentía su aliento dentro de mi boca, el calor de su cuerpo con el mío. Gemí, no pude evitarlo-. Te amo, cuando llegemoh a casa quiero hacerte...

-¿Mangel? ¿Rubiuh? -sonó la voz de Cheeto, y nos apartamos enseguida.

-Estamos aquí.

-Joder tíos vamoh, que quiero pedir un cubatita.

Y de nuevo fuimos a pedir más bebida, había cámaras grabando, cámaras grabando besos. Recuerdo haber grabado una vez así, pero esta vez era diferente y esperaba a que viniese a nosotros.
Un cámara se acercó a nosotros.

-¡Que viva el Rey y que viva Ehpaña! -dijo Mangel con su copa en la mano-. ¿Queréih un beso?

Me cogió de la barbilla y me besó con lengua, duró un rato pero me daba igual, estaba borracho, luego me reí. Vi a Cheeto y Alex un poco flipando.


-Joder Mangel tío, como estás hoy -dijo Alex.

-¡A bailáh!

Lo que me extrañó es que Sandra no estubiera cerca nuestra, seguro que la muy guarra se fue a zorrear por allí. La fiesta siguió hasta las siete de la mañana, cuando Cheeto nos llevó a todos en su coche a casa. Cantábamos por la ventanilla. Menos Sandra, que estaba delante, callada.

mangel y rubius gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora