*Narrado desde el punto de vista de Rubius*
------Joder al puto Mangel no le entraba en la cabeza que Sandra era una puta y ahora tenía que aguantarla en mi casa, es que me cago en todo. De repente, mientras conversábamos Mangel y yo alguien llamó a la puerta, interrumpiéndonos, así que él fue a abrir.
-Ey tíos, ¡que pasaaa! -gritó una voz, la de Cheeto-. ¿Y Rubiuh?
-Aquí -salí del cuarto-. ¿Qué haces aquí?
-No sé, son lah cinco y decidí vení' pa' ehtar con vosotroh anteh de irnoh de fiehta.
Y Sandra salió del salón, como si nada, saludándole.
-¿Habéih vuelto Mahe y tú?
-No -contesté enseguida-. Y creo que mañana se irá de aquí ya.
Ella me echo una mirada de mala manera al igual que yo, asco de mujer. Nos fuimos al salón y me senté en medio de Sandra y Mangel, solo para joderla y también estar al lado de él. Fui acercando mi mano a la suya, léntamente, le acaricié los dedos y él me miró, acariciándome con su mano también.
-Bueno, podríamoh jugáh a algo -dijo Cheeto.
-Si, me parece bien, ¿jugamoh al Fifa? -contestó Mangel, apartando mi mano de la suya.
-Yo iré a grabar algo, que hace tiempo que no subo nada...
Fui a mi habitación, encendí el ordenador y puse el juego de Slender The Arrival, hacía ya tiempo que no jugaba y claro, tenía que mencionar a Alex Tintor que era el alma de este juego sin duda. Me reí.
Al acabar de grabarlo ya eran como las seis y media, me levanté para estirarme un poco y fui al salón, esos dos seguían jugando pero Sandra no estaba ahí.
Vi a Raspberry que se metía en el cuarto de Mangel y fui a por ella, cuando vi a Sandra sentada en el ordenador. Se asustó al verme.-¿Qué haces aquí? -preguntó la muy puta.
-Vengo a por MI gata, ¿algún problema? Esta no es tu casa y hago lo que me salga de los cojones ¿te enteras? A ver si ahora también me vas a mandar, lo que faltaba. Te reviento la cara nena.
-¿Me vas a pegar cómo esta mañana? Inténtalo y llamo a la policía.
-Anda ves a chupársela a cualquier otro, me harías un favor largándote de aquí.
De pronto aparecieron Cheeto y Mangel en la puerta, yo cogí a mi gata que estaba en la cama y me fui. La muy cabrona no paraba de arañarme, cerré la puerta de mi habitación y empecé a editar el vídeo, acabé como a las ocho y ya lo subí. Llamaron a la puerta de nuevo, era AlexBy, venía solo.
-Hoooola a todos chavales -se rió.
Pasaron las horas y ya era la una de la mañana, nos íbamos ya de fiesta, a la discoteca, Sandra por mala suerte también tuvo que ir.
Había mogollón de personas dentro.-Ey tíos, vamoh a la barra a pedíh algo ¿no? -preguntó Mangel.
Después de estar unas cuantas horas ahí, gritando, chillando, divirtiéndonos y bebiendo, Mangel me cogío del brazo y me llevó hacia los baños que no había nadie.
-Joder Mangel, ¿qué haces? -ya estábamos borrachos del todo, creo, me empotró contra la pared y empezó a besarme, joder, como lo amaba.
-Hace tiempo que no sentía tuh labioh, joder Rubiuh, te amo -comezamos a darnos un beso con lengua, hasta quedarnos sin aliento, empezaba a tocarme por todo el cuerpo, bajó a besar mi cuello y luego volver a mis labios de nuevo, sentía su aliento dentro de mi boca, el calor de su cuerpo con el mío. Gemí, no pude evitarlo-. Te amo, cuando llegemoh a casa quiero hacerte...
-¿Mangel? ¿Rubiuh? -sonó la voz de Cheeto, y nos apartamos enseguida.
-Estamos aquí.
-Joder tíos vamoh, que quiero pedir un cubatita.
Y de nuevo fuimos a pedir más bebida, había cámaras grabando, cámaras grabando besos. Recuerdo haber grabado una vez así, pero esta vez era diferente y esperaba a que viniese a nosotros.
Un cámara se acercó a nosotros.-¡Que viva el Rey y que viva Ehpaña! -dijo Mangel con su copa en la mano-. ¿Queréih un beso?
Me cogió de la barbilla y me besó con lengua, duró un rato pero me daba igual, estaba borracho, luego me reí. Vi a Cheeto y Alex un poco flipando.
-Joder Mangel tío, como estás hoy -dijo Alex.-¡A bailáh!
Lo que me extrañó es que Sandra no estubiera cerca nuestra, seguro que la muy guarra se fue a zorrear por allí. La fiesta siguió hasta las siete de la mañana, cuando Cheeto nos llevó a todos en su coche a casa. Cantábamos por la ventanilla. Menos Sandra, que estaba delante, callada.