cap 58

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*Narrado desde el punto de vista de Mangel*
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Joder, ehtaba inconsciente, lo sabía. Ehtaban curándome o algo, sentía mucho dolor en lah cohtillah, en la cabeza y también en lah piernah. Me cohtaba rehpirar bahtante y noté como me pusieron una cosa en la nariz y boca pa' poder rehpirar mejóh. ¿Cómo había ocurrío' ehto? Ehcuchaba voceh de fuera, creo que eran lah de loh médicoh pero no entendía na' de lo que decían. Luego lo fui ehcuchando con máh claridah, apareció una tercera voz en la sala, una voz que me sonaba un montón, una voz que no podría olvidáh jamáh, la de Rubiuh.
Ehcuché toda la conversación. Toda. ¿Qué podía morirme decían? ¿WTF? También ehcuché a Rubiuh lloráh, me mataba cuando lo hacía, por favor Rubiuh, me pondré bien te lo prometo.
Dehpué' en un rato entró Panda, reconocí su voz enseguida.

Ehtuvieron hablando un rato y luego se fue.

-Jamás te abandonaré, jamás -dijo Rubiuh en un llanto.

Quería dehpertarme ya, quería salíh de ehta pesadilla, quería abrazáh a Rubiuh con todah mih fuerzah, decirle que le quiero, que él es lo único para mí y que sentía todo lo que hice.
La verdá me sentía bahtante mal, me dolía to'. Recordé una cosa que dijeron loh médicoh, ¿qué me podía quedáh paralítico? ¿Qué coño? Tenía miedo.
Sentía como Rubiuh me acariciaba la mano y la apretaba, como sus lágrimas caían en ella...

-Mangel, si... si tu te vas -le cohtaba decíh aquello-. No sé lo que pasará conmigo, no tendré ganas de nada, absolutamente de nada... Me quedaré aquí aunque haga falta toda la vida, solo quiero que te recuperes y que estemos juntos de nuevo...

Dioh, me cago en to' ya, quería dehpertarme coño, Rubén, ehtaré bien, te lo prometo. Me quedé dormido, soñando cosas que no podía del todo explicar, luego mi cerebro dehpertó de nuevo. Eso sonó muy raro. No podía moverme, ni habláh, ni náh. 
Ehcuché la puerta abrirse.

-Hola -era una voz femenina-. He venido a traerte una bandeja de comida. ¿Vas a pasar la noche aquí?

-Sí, gracias, pero no hacía falta.

-Bueno, te la dejo por aquí. Ya verás que tu amigo se recuperará. Buenas noches.

-Hasta luego.

Seguramente era la enfermera que fue a darle algo de cenáh al Rubiuh, por lo que supuse ya era de noche. Ehcuché a Rubiuh acercarse a mí.

-Mangel, me quedaré aquí todas las noches hasta que te recuperes. Cuidaré de ti el tiempo que haga falta con tal de que estés bien.

Rubén, joder... le querría decir algunah cositah bien clarah, que tenía que preocuparse por su salud lo primero, a mí ya me atendían médicoh. Pero como él eh tan cabezón pueh no querrá comprenderlo.
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Pasaron treh díah o así y Rubén no se había ido de ehte hohpital ni por un segundo, ehtaba todo el rato a mi lado. Bueno, sí. Panda vino a por él por que decía que tenía que asearse al menoh, ehta veh no fue tan cabezón y cedió.
Y entonceh noté como loh ojoh se me iban abriendo. Cuando por fin abrí loh ojoh me sentía muy débil, me dolía la cabeza un montón y al menoh podía rehpirar bien con el aparato ehte. Entonceh vinieron treh médicoh a ver como ehtaba.

-¿Estás bien? -me quitaron la cosa esa de la cara para que pudiera habláh, noté como me faltó un poco de aire.

-S-Sí, máh o menoh -me cohtó bahtante habláh.

-Tendremos que hacerte una revisión.

Dehpuéh de que me revisaran y to' apareció Rubiuh, se quedó sorprendido, con lágrimah en loh ojoh. Loh doctoreh ehtaban conmigo y fueron hacia él, para hablarle, no ehcuchaba na' de lo que decían pero me dirigían miradas to' el rato.
Al acabáh la conversación Rubén vino a mi deprisa a mi.

-Mangel... -empezó a llorar.

-No, no llores -negué con la cabeza-. Estoy aquí.

-Mangel, joder -se sentó en la silla que había al lado, y se acercó a mi lo más que pudo, yo ehtaba sentao con la espalda apoyada en el respaldo de la camilla-. Te quiero.

Tenía unah ganah de besarle tremenda, ehtaba muy débil y encima de dolía to', que ahco joder.

-Y yo, lo-lo siento mucho -me cohtaba habláh, me cohtaba rehpirar con cada palabra-. Rubiuh, he comprendio' que ereh lo que máh quiero en ehte mundo.

-Y tú, Mangel -se acercó a mi cara y me beso lentamente, joder, hacía tiempo que no le besaba-. Decían los médicos que te podías quedar paralítico pero ahora me han dicho que no, que puedes andar, aunque al principio de costará un poco.

-Ahora ya puedeh irte tranquilo a casa o algo... -me cogía de la mano, se le veía muy feliz.

-No, no, hasta que no salgas del hospital ni de coña, al menos no te puede pasar nada malo... -giró un poco la cabeza.

-¿Qué pasa? ¿Te han dicho algo máh loh médicoh?

-Estás muy débil y que no saben como puede reaccionar tu cuerpo a los antibióticos e historias de esas...

-Rubiuh, ehtoy bien, ¿vale? No me va a pasah nada, te lo prometo.

-Espero que sea así, por que no quiero imaginárme...

-Ey, ya ehtá bien. Hablemoh de otrah cosah si quiereh, pero de ehto ya no.

Y me besó de nuevo, añoraba tanto suh besoh, joder. Pero le tuve que apartar enseguida por que me quedaba sin aire y cogí la cosa esa pa' rehpirar.

-Jamás me separaré de ti, ¿entendido? -yo solamente pude asentir.

mangel y rubius gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora