*Narrado desde el punto de vista de Mangel*
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Loh diéh minutoh anteh de llegar a la ehtación del pueblo llamé a mi madre pa' que noh viniera a recoger. Y ahí ehtaba con el coche ehperándonoh. Fuimoh corriendo y dejamoh lah maletah en el maletero y noh subimoh loh doh en el asiento de atráh.
-Que sorpresa Rubén, hace ya tiempo que no te veía -dijo mi madre con una sonrisa.
-Ya... Mangel quiso que viniera porque dice que estar aquí es aburrido -me miró el cabrón riéndose.
-Pe-Pero ¡Qué mentiroso! Eh mentira, tu ya sabeh que a mi me guhta ehtar aquí.
Todoh noh reímoh durante el camino a mi casa. Al llegar ví a mi perro ahí en su caseta tumbado, me recibió tirándose encima mía y lamiéndome toda la cara. Al entráh a casa ví también a mi padre sentado en el sofá viendo la tele.
-Hola papá -le saludé acercándome a él-. ¿Qué tal?
-Ho-Hola, hace ya bastante tiempo que no viene por aquí -se levantó, dándome un abrazo y vio a Rubiuh que ehtaba en la entrada-. ¿Él es tú mejor amigo? El que vive contigo.
-Sí, es Rubén -le hice un gesto pa' que viniera y se acercó timidamente.
-Ho-Hola -le sonrió y le dio la mano.
Cogimoh la maletah del coche y noh fuimoh a mi habitación, bueno, el cuarto de invitadoh que llega a ser mi habitación y lo dejamoh todo ahí. Cerré la puerta y me acerqué a Rubiuh pa' darle un beso. Su sonrisa era única.
-¿Cómo se lo vamos a decir? -preguntó mirando hacia abajo-. Tengo miedo.
-Dehpué de cenáh se lo diré. No te preocupeh Rubiuh, son mih padreh se lo tendrán que tomar bien sí o sí ¿vale? -le cogí de la barbilla y le besé de nuevo-. Vamoh abajo.
Lo que me resultó extraño es no ver a mi hermana por ningún sitio, le pregunté a mi madre y dijo que ehtaba con suh amigah, me quedé máh tranquilo con aquel dato. El día lo pasamoh bien, hablando con mih padreh y eso, aunque Rubiuh aún tenía un poco de vergüenza y no hablaba a menoh que le preguntasen.
-Y Rubén -comentó mi madre-. Un chico como tú debe tener novia ¿verdad?
-¿No-Novia? -se puso rojo de repente y me miró a mí-. No, no tengo...
Hizo una media sonrisa y miró pa' abajo. Alguien llamó a la puerta, mi padre se levantó pa' abríh y mi madre se fue a la cocina, mientrah Rubiuh y yo noh quedamoh en el salón.
-Joder Mangel... cuando me ha preguntado eso el corazón me ha dado un vuelco.
-Tranquilo -apoyé mi mano en su hombro.
Por la puerta del salón entraron mi hermana y treh amigah suyah que no había vihto en mi vida. Me levanté pa' saludarla y Rubiuh conmigo.
-Hola pequeñaja -la abrazé fuerte haciéndola dar un grito.
-Eres tonto, pequeñajo tú, ya tengo dieciséis años -me sacó la lengua.
-Ay tonta... -la despeiné-. Venga Rubiuh saluda, a que ehperas.
-Hola -le dio doh besoh y se fueron pa' arriba, haciendo comentarioh, seguramente de nosotroh.
Ehperamoh un rato a que la cena se preparase. Todoh fuimoh a la mesa menoh mi hermana y suh amigah, que supuehtamente ya habían comío'. El pollo asao' de mi madre era único y el mejóh de todoh.
-¿Está rico chicos?
-Sí, delicioso -le rehpondí a mi madre.
Al acabáh de cenáh recogimoh la mesa y noh fuimoh al salón. Jodéh, si que se sentían nervioh al querer decirleh una cosa así. Cogí de la muñeca a Rubiuh y lo llevé conmigo.
-Mamá, papá, oh queremoh decíh una cosa...