cap 51

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*Narrado desde el punto de vista de Rubius*
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Esta noche fue una de las mejores que pasé en estas dos semanas, dormí bastante bien, ocho horas seguidas. La verdad, me hizo efecto, estaba verdaderamente mejor, todo gracias a Panda. Me despertó por la mañana para que fueramos a las oficinas de Bgames, no tenía muchas ganas pero igualmente había que ir.
No desayuné nada, seguía sin tener hambre y tampoco pudimos porque íbamos algo apurados.
Cuando llegamos no quise mirar a nada ni a nadie, sé que Mangel estaba ahí. Lo que de verdad me hizo entristecerme más fue cuando Rikote dijo que grababa con Mangel, a solas... 

Era él, de pies a cabeza, le había echado tanto de menos... No le podía tocar, ni abrazar, ni besar y eso me mataba, joder. Nos sentamos para grabar, no podía hablar, tenía un nudo en la garganta de las ganas que tenía de llorar, de no poder acercarme siquiera a él. Se le acabó cayendo el mando de la play, yo le miré y él a mí, hacía tanto tiempo que no veía sus ojos, sus labios, su cara. Mangel...
Joder, me levanté y me fui corriendo, las lágrimas me caían como torrenciales, entré en el baño, sentándome en el suelo apoyado contra la pared.

Entonces entró enseguida David, sentándose a mi lado y apoyando mi cabeza en su pecho.

-Rubén, no estés así por favor...

-No, es imposible -me agarré a él-. Tú, tú no sabes lo que es tenerlo así de cerca y no poder... -empecé a llorar más-. Abrazarlo, besarlo o almenos hablarle.

-Tranquilo, Rubén -se levantó y me levantó a mí también-. Anda no llores, mejor ves a casa, yo le diré algo a Rikote.

-Gracias -no pude evitar darle un abrazo.

Me fui a casa, algo mal, algo triste después de ver a Mangel, esto me afectó más aún... Después de tanto tiempo sin verle y ahora... verle ahora me ha destrozado aún más.
David me dio las llaves para poder entrar. Tampoco hice gran cosa, me senté en su ordenador para ver algunas cosas y luego miré la tele.
David llegó como a las cuatro de la tarde o así.

-¿Qué tal estás? -me preguntó.

-Bien, bueno, mejor que antes.

-¿Has comido?

-No, no me apetece.

-Rubén... tienes que comer, ¿vale? Joder, estás todo el día reprimido en ti y en tus recuerdos. Tienes que olvidarte de él, no va a volver ¿o no lo ves? Te estás afectando a ti mismo y vas a acabar mal. ¿Quieres ingresar en el hospital? Eso es lo que quieres ¿verdad?

-No, déjame.

-¿Cómo que déjame? Yo me preocupo por ti, y todos tus seres queridos se preocuparán por ti también. ¿Acaso no te ves? Odio que estés así, no me gusta verte de esta manera. Pero por favor tienes que olvidarte de todo y empezar a cuidarte.

-¡Qué me dejes! Todos queréis lo mismo de mí. Yo hago lo que me salga de las narices porque es mi vida. Y me da igual morirme o enfermar o lo que sea ¿te queda claro? Yo necesito a Mangel a mi lado, lo necesito pero nadie ve eso -me levanté del sofá y me encerré en la habitación que estaba, pegando un portazo.

Joder, una vida sin Mangel a mi lado no era nada... Me daba igual todo, a la mierda. No salí hasta la noche que fui a la cocina a por algo de beber, Panda no estaba por ningún lado, así que supuse que estaba en su habitación.
Pff, me encontraba realmente mal, me dolía la cabeza y estaba empezando a marearme o algo. Me senté en una silla que había en la cocina. Empezaba a ver todo negro a mi alrededor, también sudaba, intenté levantarme.

-Panda... -dije en un tono bajo-. Ayúdame...

Y al decir esas últimas palabras caí rendido al suelo. 
"Rubén" "Rubén, despierta" Una voz me hablaba mientras me pasaba algo frío por la frente. Era Panda. Me desperté poco a poco y lo vi con un trapo mojado.

-Al fin despertaste.

-¿Qué, qué hora es? -pregunté algo desorientado.

-Las once y media, ves, esto te pasa por no comer.

-Pff... -me entregó un paquete de pan de pipas.

-Anda come, que sé que te gustan -las cogí con resignación y abrí la bolsa, empezando a comer poco a poco y luego a zampármelas de una en una.

-Gracias. 

Joder, no sabía como agradecerle esto a Panda, era un genial amigo y por un momento hizo olvidarme de Mangel. Ahora iba a ser el único apoyo de confiaza que iba a tener, tenía que comenzar a hacerle caso...

mangel y rubius gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora