*Narrado desde el punto de vista de Rubius*
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Ayudé a Sandra a recoger sus cosas, no lo hacia por que quisiese si no para que se fuera antes y al fin se fuese para siempre, dios joder por fin, por fin Mangel descubrió a Sandra, pero ahora estaba destrozado y me daba una pena, joder Mangel, tú también me estás haciendo sufrir.
Entré corriendo a mi habitación, ahí estaba él, llorando encima de la cama.
-Mangel...
Se giró para observarme, y solo fui hacia él para abrazarle, para consolarle, para hacer que se sintiera mejor y hacerle saber que siempre me tendrá ahí, para lo que fuera. Seguía abrazado a mi, sin querer soltarme, llorando.
-Lo siento, lo siento Rubiuh, no quise pegarte, por favoh perdóname -empezó a llorar más.
-No te preocupes Miguel, aquí siempre me tendrás para lo que quieras.
Se me hizo raro llamarlo así ya que siempre le llamaba Mangel, pero bueno... Estaba a gusto abrazándolo, no quería soltarle jamás, joder, esto sonaba tan... gay.
-Ru-Rubén -dijo tartamudeando-. ¿Pu-puedo quedarme aquí a dormih contigo?
-Claro que sí.
Él ya se acostó en un lado de la cama y yo igual, los dos dándonos la espalda. Con la luz apagada ya, escuchaba a Mangel llorar, me giré, apoyé mi brazo en el suyo y empecé a acariciarle suavemente en el mismo sitio, creo que le tranquilicé un poco y eso era bueno. Así, los dos terminamos dormidos con Raspberry en medio nuestra.
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Estaba tranquilamente en mi cama abriendo los ojos mientras me desperezaba cuando miré a todos lados y Mangel no estaba. Me levanté y fui a mirar al salón y la cocina, tampoco estaba. Pensé que estaría en su cuarto vistiéndose o algo, así que fui al baño para asearme un poco y lo vi allí, peinándose, con una toalla tapando su cintura para abajo, se giró y me miró sonriéndome, dejó el peine y fue acercándose hacia mi, apoyándome contra la pared y empezando a besarme hasta dejarme sin aliento. Empezó de nuevo, metiendo su lengua dentro de mi boca, tocándome todo el cuerpo... Dios.
Cuando de pronto escucho una voz de fondo diciendo:"Despierta Rubius" y a alguien pasando por encima de mi cuerpo, "Venga despierta" dijo de nuevo.
Fui abriendo los ojos poco a poco y me encuentro a Mangel ahí, sentado al lado mía encima de la cama. ¿Qué coño? Había sido un puto sueño, joder, estaba sudando y encima tenía todo empapado.
-¿Qué ta' pasao' Rubiuh? ¿Por qué sudah tanto? -dijo mientras me acariciaba el pelo, dios, no sabía que hacer. Puto sueño gay en serio.