*Narrado desde el punto de vista de Rubius*
----David me dijo que iba a salir y que volvería en un rato. Ya era tarde ¿Dónde iría? Mientras tanto seguía con otro paquete de pan de pipas, jo, como me gustaba. La verdad tenía mucha, mucha hambre y con el pan de pipas no podía negarme.
Jamás creí que David fuera tan buena persona, ayudándome con todo y preocupándose por mí. A él también le preocuparía que estuviera así como estoy, pero yo no podía hacer nada, necesito a Mangel, lo necesito tanto...A los tres cuartos de hora o así volvió, vino al salón y se sentó a mi lado, sonrió.
-Pareces un hamster comiendo así -eso me hizo que sonriera yo también, la primera vez en dos semanas y luego comenzamos a reírnos.
-¿Dónde has ido? -me miró un momento.
-A hablar con Mangel... -vio que me puse nervioso-. Fui a decirle unas cosas bien claras pero veo que no quiere entrar en razón, Rubén, él te sigue queriendo y de eso estoy seguro.
Yo no pude hablar. ¿Me seguía queriendo de veras? No le creía, si Mangel me quisiera hubiera venido hace tiempo a buscarme... Movía la cabeza a todos lados, queriendo no llorar, dejé el paquete en la mesita que había al lado.
-Mentira -salió una lágrima de mis ojos-. No me quiere -comencé a llorar de nuevo-. ¿Para qué vas? No lo entiendo, ¿para qué coño vas?
-Cálmate Rubén...
-Tú, tú no sabes lo que es querer abrazar a una persona todos los días, hablarla, besarla. Tú lo único que haces es estropear todo ¡joder! -me levanté del sofá y le señalé.
-Encima que lo he intendado "arreglar" ¿Vienes hablándome así? -empezó a gritar-. Eres un desagradecido Rubén, te estoy intendando ayudar, hacerte reflexionar pero tú no quieres entender nada.
-¡Qué me dejes! -grité y me acerqué a él para empujarlo con las pocas fuerzas que tenía-. Tú no eres ningún amigo.
Entonces me senté en el suelo, apoyándome contra el sofá, empezando a pasarme las manos por la cabeza y llorando. David se acercó a mí y se sentó a mi lado, apoyándome en su pecho.
-Ya vale, estás perdiendo los nervios, cálmate -empezó a tocarme el pelo-. Sé perfectamente lo que se siente al no poder abrazar a la persona que tú quieres todos los días, Rubén.
-¿De quién estás enamorado? -pregunté aún apoyado en él.
-Si tu supieras Rubén... no creo que te haría mucha gracia.
-Dímelo -me puse a su lado, mirándolo con los ojos aún llorosos.
-No Rubén, te sonaría raro, demasiado.
-Por favor... -le cogí de una mano y puse cara de cachorrito.
-Pero no te enfades ¿vale? -yo asentí, parecía que era algo "importante" para él-. No sé como ocurrió pero... me enamoré de ti -estuvo mirándome, la verdad me quedé sorprendido, no sabía que decirle, joder, ¿qué coño? Aparté mi mano de la suya-. Sé que te habrás sorprendido, la verdad, jamás pensé en decírtelo...
Alomejor David era la persona que me convenía... Me levanté torpemente y David seguidamente conmigo. No sabía que decirle joder, estaba flipando un poco.
-Siento si te ha molestado... -le miré de nuevo.
-No, no pasa nada, es que, se me hace un poco raro.
-Bueno... ya sabes algo más...
No le culpaba por nada a Panda de que me quisiera, sé lo que se sentía al decirle eso a una persona, con Mangel... Quería olvidarme ya de él joder, no quería sufrir más. Los dos nos quedamos parados en medio del salón sin saber que hacer.
-David... -entoncés me acerqué a él y lo abracé-. Puede que seas lo mejor para mi -le susurré en el oído.