*Narrado desde el punto de vista de Rubius*
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Estaba con Mangel, siempre a su lado, que pena verle así joder. Quería que ya se recuperase y en vez de eso cada vez se estaba poniendo peor. Algo extraño pasó, Mangel fue cerrando los ojos y parecía que le costaba respirar bastante.
-Mangel, Mangel joder.
Él no respondía, ni abría los ojos ni nada. Joder, ¿qué estaba pasando ahora? Me fui rápidamente por la puerta a buscar médicos o algo, ellos fueron enseguida conmigo, al entrar por la puerta de nuevo no podía creerme lo que estaba sucediendo. No, no podía ser, no. Su corazón supuestamente ya no latía, se escuchaba el sonido continuo de un "Piiii..." En la pantalla aquella, la líneas ya no subían ni bajaban, eran rectas, continuas.
-¡Rápido! ¡Tenemos que llevárnoslo a otra sala! -gritó uno de los médicos, uno de ellos se acercó a mí haciendo que saliera de la sala al pasillo, mientras otros llevaban a Mangel en la camilla a otro sitio.
No podía creérmelo, era imposible, Mangel ¿había muerto? Me apoyé en la pared para luego derrumbarme en el suelo empezando a llorar. ¿Qué iba a hacer ahora? ¿De verdad estaba ocurriendo esto?
-¿Ru-Rubén? -era la voz de David, el que vino a mi lado enseguida-. ¿Qué ha pasado?
Entonces me abracé a él, apretándolo con todas mis fuerzas y sollozando en sus hombros. Me dolía el pecho, el alma, todo. Deseaba morir en estos momentos, en que todo esto fuera un sueño.
-Tranquilo -empezó a acariciar mi pelo.
Entonces me ayudó a levantarme y nos sentamos en unas sillas que había allí, yo no podía más, no aguantaba más, sin Mangel mi vida no era nada. Tenía miedo de todo, estaba temblando, también empezaba a marearme. Estaba apoyado en el hombro de David, él aún no comprendía lo que ha pasado, seguía llorando, era inevitable, jamás superaría esto. Sin darme cuenta un médico se acercó a nosotros.
-Estamos haciendo todo lo posible para salvarle, no sabemos lo que ocurrirá.
-¡Mentira! -me levanté y lo empujé-. ¡No estáis haciendo nada! ¡Ya no se puede hacer nada! -me desplomé de nuevo en el suelo.
-Estamos metiéndole descargas eléctricas, si funciona su corazón volverá de nuevo a latir pero de momento no parece que reaccione a las descargas. Creemos que no sobrevivirá.
-Gracias... -dijo David.
Me cogió del brazo y me levantó, sentádome de nuevo. Lo tenía todo perdido, Mangel ya no estaría nunca más en mi vida, lo tenía claro.
-Eh, seguro que se recupera, Miguel es fuerte, ten esperanzas.
Panda me abrazó, yo le correspondí. Pasaron como unos cinco o diez minutos, no sé, el tiempo ya no significaba nada para mí, y vino un médico.
-Bueno... -suspiró-. Miguel Ángel no ha logrado sobrevivir, lo intentamos muchas veces pero nada, su corazón no responde. Lo siento mucho...
Y se fue, ya está, lo tenía todo perdido, lo único que podía hacer era llorar mi dolor, todo mi mundo se apagó, se me fueron las ganas de todo, incluso de vivir...
-¿Qué hacemos? -preguntó Panda, al que se le veía también un poco triste.
-Quiero verle -dije casi sin ganas.
-Rubén...
Sé que iba a estar peor cuando le viera, pero tenía que hacerlo, sé también que no lo iba a superar y no sabía lo que haría con mi vida. La puerta de la sala en la que estaba él se mantenía cerrada, yo delante de ella. Eché aire por la nariz y decidí entrar. Me mató al verlo, tumbado en la camilla, sin respiración, sin latidos, muerto...
Me cogí una silla que había al lado para sentarme cerca de él, cogí su mano, una mano inmóvil y comencé de nuevo a echar lágrimas las cuales caían en su mano.
-¿Por qué Mangel? Me dijiste que jamás me dejarías, que íbamos a estar siempre juntos -hablaba mientras le miraba-. Preferiría que esto me hubiese pasado a mí y que tú siguieras vivo. ¿Qué voy a hacer sin ti ahora?
No podía parar de llorar, no podía llegar a entender esto hasta que al final algo sucedió, Mangel me apretó la mano. Me quedé sorprendido, sin palabras.
-¡David! ¡Que Mangel me acaba de apretar la mano! -me fui de la silla rápidamente al pasillo a buscar a alguien, un doctor vino conmigo-. Me apretó la mano.
-¿Seguro? -le puso los dedos en el cuello, su cara fue de asombro total-. Es imposible, el corazón le ha empezado a latir de nuevo y está respirando, esto es increíble. Ahora vengo voy a avisar a más doctores.
No me lo podía creer, era un milagro, Mangel, Mangel ha sobrevivido, estaba vivo. Enseguida vino más gente y dijeron que saliera de la sala, venían con muchos tubos y aparatos.
-No me lo creo David, no me lo creo -le abracé-. No me lo creo...
-Te dije que era un hombre fuerte.
-Creo que ahora soy la persona más feliz de todo el mundo, Ma-Mangel vive de nuevo, joder, jamás en la vida le dejaré, lo tengo claro, cuidaré de él todos los días de mi vida.