cap 72

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*Narrado desde el punto de vista de Mangel*

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Ya llegó el vierneh, mierda, mierda y mierda jodeh, ehtaba super nervioso por lo que podía pasah o por lo que iba a decíh su madre, ehperaba a que se lo tomara bien por que si no...

Hoy no fuimoh a bgames y ademáh ya se lo dije a todoh, íbamoh a salíh temprano pa' ehtar cuanto anteh.

De momento ehtábamoh preparando to' lo que faltaba aún, la gata se quedaría con Cheeto otra veh y ya la recogeríamoh el domingo. Ya sabía lo que sentía Rubiuh esa veh que fuimoh a mi casa a decírselo a mih padreh. De momento eran lah dieh de la mañana y llegaríamoh juhto a la hora de la comida.

-Rubiuh, ¿ya lo tieneh to' preparao'?

-No, me faltan algunas cosas -gritó dehde la otra habitación.

Yo sé que a su madre le caía bahtante bien por seh el mejor amigo de su hijo y eso pero ehta veh no sé lo que pensaría de mí, ademáh, su hermana ehtaba también, pero era pequeña y no entendería lo que pasaba. A la media hora ya ehtábamoh lihtos pa' irnoh, llamamoh a un taxi pa' que noh viniera a recogeh.

Rubiuh parecía no sé, como trihte y preocupao', solo miraba hacia la ventana al paisaje. Entonceh le cogí de la mano y se giró enseguida, le sonreí y él, solo me hizo una sonrinsa sin ganah.

-¿Ehtáh bien?

-Sí, perfecto.

-No lo creo, es por la opinión de tu madre ¿verdad? Eh, tiene que tomárselo bien sí o sí, no te ralleh máh que yo también ehtoy bahtante nervioso.

Luego me hizo una sonrisa máh alegre. Tardamoh como una hora y media doh hora en llegar por el maldito tráfico y ya allí pagamoh al taxista y eso y noh fuimoh al portal. Rubiuh llamó al telefonillo y contehtó una voz femenina, la de su madre, subimoh y ahí noh recibió en la puerta.

-Hola cariño -abrazó a Rubiuh-. Hombre Miguel ¿te quedas tú también?

-Eh sí, mamá, siento no haberte dicho nada de que él se quedara -me miró dehpué'.

-No te preocupes, hacía ya tiempo que no te veía, bueno, desde la última vez que viniste que estabas tan... mal.

En ese momento recordé todo lo que le hice a Rubén, dejarlo por Laura y él sufriendo y sin coméh, pero jamáh pasaría ehto, nunca máh. La madre noh invitó a entrah y dejamoh la maletah en una habitación vacía que llegaba a seh la mía. Luego ella se fue y Rubiuh y yo noh quedamoh soloh.

-¿Cuándo se lo diráh?

-Mañana... -entonceh entró una niña pequeñaja, su hermana.

-Hola hermanito, hola Miguel.

Era bahtante mona, se acordaba de mí, Rubiuh la cogió en brazoh y empezó a hacerla reír, jodeh, ¿por qué me daba tantoh celoh que hiciera eso? Aunque bueno, Rubiuh no podría conmigo en brazoh... ni me lo quería imagináh. El piso era bahtante amplio y sí, llegamoh casi a la hora de la comida, unoh ehpaguetih.

Luego Rubiuh fue a darle doh besoh al padrino, se le veía felih al ver a su familia y yo, bueno, me senté en el sofa a veh algo en la tele a lo que Rubiuh vino luego.

-Dentro de poco comeremos.

-Vale -le sonreí, dehpué' vino la madre.

-Mangel ¿qué tal todo?

-Bien, bien, tuve una accidente...

-¿Cómo? -empecé a contarle todo lo que me pasó cuando me atropelló el coche y todo, y noh quedamoh ahí conversando hahta que la comida se hizo.

mangel y rubius gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora