*Narrado desde el punto de vista de Rubius*
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El día sin Mangel me fue mal, lo echaba muy en falta y lo necesitaba a mi lado todo el día. Al menos estaba Raspberry que me hacía compañía, pero no era suficiente, sin Mangel... no era nada. Jodeeer, joder Mangel ven, ven ya por favor.
Por la mañana me desperté pronto, ni ganas de dormir tenía. Si con un día me pasa esto... no sé lo que me pasaría en una semana. Solo estaba deseando que volviese, para besarle, abrazarle y contarle lo mal que me ha ido sin él.
Llamé al móvil de Mangel, intuía que estaba de camino por la hora que era o alomejor ya había llegado, eso me ponía muy feliz.
-¿Si? -era la voz de Mangel, joder, me emocioné.
-Ma-Mangel joder, ¿vienes para casa? -no pude evitar ponerme contento.
-Ya llegué a Madrid -dios, eso me quitó un peso de encima, ya estaba aquí-. Pero me llamó Laura y voy a ir a tomáh algo con ella. Máh tarde iré. Bueno, adióh.
Y colgó, ¿cómo qué a tomar algo con Laura? Joder la Laura esta ya me estaba hartando, puta joder, Mangel es mío y soy yo el que tiene que ir a tomar algo con él, no ella. Seguramente en este momento me tranquilizaría diciéndome que me quiere y luego me daría un beso, joder, lo necesitaba ya.
Me tenía que tranquilizar, lo primero él era mi novio y me quería y lo segundo Laura solo es una amiga y compañera del trabajo, nada más.
Pasaron un par de horas más y llamaron a la puerta, tuve que dejar mi partida en la Play e ir a abrir. ¿Mangel? Era él, joder.
-¡MANGEL! -grité de la emoción, venía con las maletas y entró a dejarlas en su habitación, yo le seguí.
-Hola Rubiuh -se le veía algo, no sé, extraño-. ¿Todo bien?
-Sí, joder, al verte a ti todo va mucho mejor -y fui corriendo a abrazarle, pero él no me correspondió-. ¿Qué pasa? -le sonreí de nuevo, acercándolo hacia la pared. Le cogí de la cara para besarlo pero él esquivó mi beso. ¿WTF? También quitó mis manos de su cara.
-Lo siento... Quizá mi padre tenga razón y yo... bueno, no sea homosexual y todo esto ha sido una confusión.
-¿Qué, qué dices? Anda, deja de hacer esta broma. No tiene gracia.
-No es ninguna broma, Rubén. Laura me pidió salir esta mañana y le dije que sí, por que me gusta. Será mejor que dejemos esta tontería ¿no crees? Por que es lo que es, una tontería, ya está -me quedé mirándolo, sin poder decir nada.
-Pe-pero, ¿tú me quieres, verdad? -pude preguntar.
Después de un largo silencio, mirándonos, Mangel solo pudo decir:
-No.
Agaché la cabeza, ese "No" me destrozó por dentro, me fui a mi cuarto cerrando la puerta y me desplomé en la cama, empezando a llorar de cara en mi almohada. <<Por que es lo que es, una tontería>> ¿Cómo que una tontería? Para mi era todo, Mangel era lo que me hacía seguir adelante todos los días. No me quería...
Joder, joder, joder. Que asco de vida, quise morirme en el momento que me dijo no. ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Cómo iba a poder pasar mis días sin los besos de Mangel? Sin sus caricias, sus sonrisas... Ahora se las dedicaría todas a ella, a Laura, a esa puta que le ha seducido para dejar de quererme. En serio, sentía como punzadas que se me clavaban en el corazón.
Me pasé llorando casi toda la noche y no salí de mi cuarto para nada, al final acabé dormido.
Me desperté más o menos tarde, era lunes y tenía que ir a Bgames a trabajar. Fui al baño, tenía los ojos rojos e hinchados de tanto llorar. No tenía ganas de nada, me sentía débil, estaba muy triste y apenado. ¿Qué iba a hacer ahora? No podía quedarme en esta casa donde todo me recordaba a Mangel. No podía asumir esa idea de que me había dejado, de que no me quería, de que todo era una tontería para él.
-¡Joder! -empecé a llorar de nuevo.
Decidí no ir a Bgames, él estaría allí, con Laura y no dudaría en hacer alguna locura. Recogí la maleta para irme a casa de mi madre una temporada, no podía seguir aquí.
Llamé a mi madre para comentárselo y ella dijo que sí. Me iría ahora mismo.
