cap 60

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*Narrado desde el punto de vista de Mangel*
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De fondo ehcuchaba gritoh y sonidoh de voceh, jodeh, no podía dormíh tranquilamente con ese ruido. Así que fui dehpertándome y pa’ mi asombro no pude creerme lo que ví ¿Sandra? ¿Qué hacía aquí ella? Pff, me encontraba fatal, no podía habláh ni na’, todo me dolía máh que ayer, tenía máh sueño que anteh, Rubiuh y Sandra se acercaron a mí diciéndome cosah, no hice tampoco mucho caso por que la cabeza me daba vueltah y volví a dormirme.
Soñé algo muy bonito, Rubiuh y yo en una casa al lao’ del mar, sin nadie que noh molehtase, viviendo todoh loh díah nuehtro amor. Parecía to’ tan real…
Me acabé dehpertando en la madrugada, había un reloj que marcaba lah doh y media de la noche. La luz ehtaba apagada pero entraba por la ventana la luz de lah farolah y de lah casah y eso. Vi a Rubiuh dormíh en una butaca que había ahí, joder, me guhtaría levantarme y besarle. Me daba mucha pena Rubiuh, yo le hacía sufríh mucho y no era juhto, no me guhtaba verle así.

Me encontraba muy débil aún, necesitaba un médico joder, ehtaba sudando y to’ y me ardía la cabeza, ademáh de que me duele un montón el lao’ izquierdo del pulmón.

-Rubiuh… -le llamé pa’ que me ayudara, apenah hablé fuerte-. Rubiuh, dehpierta, por favor…

Rubén me ehcuchó, no sé como pero logré que se dehpertara, se levantó y vino corriendo hacia mí.

-Ma-Mangel que pasa -se le veía un poco dormío.

-Me encuentro fatal, llama a alguien por favóh… -me miró, asintió y se fue corriendo por la puerta.

Suponía que por lah nocheh tendría que haber algún médico o algo. A loh pocoh minutoh Rubén vino acompañao’ de un doctor.

-¿Está bien? -preguntó Rubén.

-Tranquilo, voy a anestesiarle, se mejorará o eso esperamos.

No sé lo que me hicieron pero acabé por dormirme, no recordé nada pero al dehpertar me encontré muchísimo mejóh, alomejóh por alguna medicina o algo que me habían dao’ no sé. En el reloj marcaban lah cinco y media. Por la puerta entró una enfermera.

-Buenas tardes -me sonrió, venía con un plato de comida-. Tendrás que comer un poco ¿no?

-¿Cu-Cuánto ehtuve dormío’?

-Los médicos me dijeron que dos días.

¿Doh díah en serio? Me puso la bandeja de comida en lah rodillah, yo ehtaba sentao' con lah ehpalda apoyada en la camilla, era unah de esah que apretabah un botón y podíah elegíh si ehtar apoyao' o tumbao'. Tenía bahtante hambre, la enfermera se quedó conmigo. Era una sopa, parecía apetecible, cuando cogí la cuchara me temblaba toda la mano y acabé tirándolo to'.

-Mejor te lo doy yo -sería lo mejóh, porque me ehtaba empezando a encontráh mal de nuevo y me ehtaba empezando a marear dehpué' de la primera cucharada de sopa, ehtaba empezando a nublarse la vihta y lo veía to' negro-. ¿Estás bien?

La enfermera empezó a tocarme la frente. Seguramente necesitaba coméh algo dulce o no sé, pero ehtaba peor, empezaba a cohtarme rehpirar, al final quedé dehmayao'. Cuando dehperté de nuevo ví mucha gente rodeándome, eran médicoh.

-Ya despertó, tranquilos. Cada vez estás peor y ningún antibiótico ni nada te ayuda -y era la verdáh, no sabía lo que me pasaba-. Tendremos que empezar con las vacunas.

Entonceh ví como Rubiuh entró por la puerta, loh médicoh optaron por acercarse a él y explicarle todo, luego se fueron. Él se acercó a mí, cogiendo la silla y sentándose a mi lao' cogiéndome de la mano.

-Joder, joder, necesito que te recuperes por favor, ¿qué te pasa Mangel? ¿Por qué cada vez estás peor? -se le veía bahtante trihte, yo no podía contehtar, no tenía fuerzah y encima ehtaba con la cosa esa de rehpirar-. Es de noche ya, antes vine también pero estabas dormido pero no te voy a abandonar nunca. Tus padres no saben nada todavía y mejor que no lo sepan porque se preocuparían demasiado, bueno, y es normal pero... mejor que no.

Tenía razón, mih padreh no podían sabeh na' de ehto, no hahta que me recuperara aunque pasasen doh meseh. A Rubiuh se le veía otra veh máh delgao' y con ojerah de nuevo, odiaba que ehtuviese así, tan preocupao' por mí. El reloj marcaba lah doce y media. Rubiuh se quedó un rato a mi lado, mirándome.

Ahora ya si que me ehtaba preocupando, me mareaba, ehtaba empezado a sudar de nuevo, la cabeza me ardía y me dolía un montón, cerré loh ojoh, no aguantaba máh. ¿Qué me ehtaba pasando? Sentí como cada veh me cohtaba rehpirar máh y máh, el aire no llegaba bien a mih pulmoneh, ehta veh era muy dihtinta a lah otrah. 

-Mangel, Mangel joder.

Rubiuh me ehtaba llamando, pero cada veh su voz la ehcuchaba máh lejana, ehtaba empezando a ver to' negro en mi mente, ehtaba desapareciendo to'. Ehcuché muchah voceh muy, muy lejoh, no lah apreciaba bien. Noté como dejaba casi de rehpirar, el corazón me latía muy dehpacio, ehtaba apagándose to' en mi interior. Al final todas lah voceh desaparecieron, dejé de rehpirar y el corazón ya no bombeaba sangre, lo último que ehcuché fue un pitido largo "Piiiiiiiii..."

mangel y rubius gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora