cap 17

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*Narrado desde el punto de vista de Mangel*
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Ya no lo soportaba, habían pasao' 4 díah en casa de mi madre, tenía la necesidad de volveh y de veh a Rubiuh, lo tenía to' bien claro, le quería, me había enamorao de él ¿Cómo puede seh posible ehto? Le ehtaba dando muchah vueltah y al final acabé pensando en todos loh momentoh divertidoh que habíamoh pasao' juntoh. Cada veh que me miraba y sonreía... todo.
Entonceh tenía decidido irme para Madrid, pa' decirle todo a Rubén, que le quería y me guhtaría ehtar a su lao' siempre, joder, no paraba de pensah en él, en todo...

Era sábado ya por la tarde y mañana por la mañana me iría, lo máh pronto que pudiera. Ehtaba en mi habitación preparando la maleta, no le había informado a mih padreh aún de que me iba pero de pronto sonó la puerta.

-Hijo soy yo -era mi madre.

-Pasa.

-¿Te vas? -me preguntó curiosa.

-Sí, mañana por la mañana me iré, ehpero que no te importe, eh que... tengo que acabar unah cosah en Madrid.

-Claro que no, puedes irte cuando quieras.

-Gracias mamá -y se fue por la puerta.

Decidí cenah aunque no tubiera mucha hambre, ehtaban todos en la mesa de la cocina, mi padre, mi hermana y mi madre, no decíamoh na' ya que mi padre y mi madre dihcutieron hace apenah unah horah por una tontería. Odiaba lah discusioneh de verdad.

-¡Joder, no aguanto más, siempre igual cojones! -gritó mi padre de repente, dando una palmada a la mesa y yéndose, yo miré a mi madre.

-No te preocupes Miguel, ya sabes como es tu padre, a veces se cabrea y otras está bien -dijo sonriéndome.

Yo me levanté de la mesa pa' ir a hablah con mi padre, dejando a mi madre y mi hermana ahí, joder en serio, odio que mi padre se cabreé, de pequeños ya pasamoh una mala racha con él...

-Papá -dije acercándome a él, que estaba en el sofá del salón, el ni siquiera me miró.

-Que.

-¿Por qué te cabreas así con mamá? Ella no te ha hecho...

-¿Tú también me vas a contradecir? Mira, ahora mismo no quiero hablar con nadie y será mejor que te vallas -respondió cabreado.

-Como quierah.

Y subí por lah ehcaleras a mi habitación, si digo la verdá, mi padre nunca me cayó muy bien, cuando mi hermana tenía siete añoh y yo trece mi padre no se comportaba muy bien que digamoh, me acuerdo perfectamente un día que le pegó una ostia a mi madre en la cara, yo leh estaba mirando a escondidah. Pobre mamá, la admiraba...
Acabé de preparar la maleta y ya eran lah doce y media, tenía sueño, iría a dormih, me tocaba dehpertarme temprano.

mangel y rubius gayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora